River ganaba desde el inicio con gol de Gonzalo Montiel de penal pero en el complemento Fluminense logró el empate a través de Fred en el partido inaugural del grupo D.
Luego de unos primeros minutos de acomodarse en el campo, se empezó a ver una idea de como plantearía cada equipo el partido, Fluminense siendo un equipo compacto, sin dejar que los atacantes rivales merodeen el área y apostando al desequilibrio de alguno de sus jugadores ofensivos como Nené, Fred, Luiz Henrique o Kayky. El Millonario apostaría por el juego asociado, teniendo en Agustín Palavecino y Nicolás De La Cruz los generadores de juego y apostando como siempre al desequilibrio que causan por las bandas tanto Fabrizio Angileri como Gonzalo Montiel. Fue justamente Montiel el protagonista de jugada más importante de los primera parte cuando a los 10 minutos metió la habilitación para Rafael Borré, quien llegó a controlar pero no a ejecutar y cuando parecía que la jugada se diluía por línea de fondo, Marcos Felipe derribó al colombiano por lo que no le quedó más remedio al Chileno Roberto Tobar que señalar penal.
A los 13 minutos Gonzalo Montiel definió al lado derecho del arquero, que ya se había arrojado hacía el otro lado, para poner el 1 a 0.
El gol llevó cierta tranquilidad al conjunto Millonario y desde ahí la oportunidad de manejar el desarrollo del encuentro desde la posesión y el juego asociado, sin entrar en la desesperación, aunque ello no le evitó pasar momentos complicados contra su propio arco, sobre todo a través de la pelota detenida. Primero fue Lucas Claro de cabeza y en la réplica de esa jugada, Iago desde afuera del área, aunque en ambas hubo una buena intervención de Franco Armani. Con el correr de los minutos el equipo de Marcelo Gallardo tuvo una participación más activa de Nicolás De La Cruz, quién complicaba continuamente a la defensa brasileña con su desequilibrio.
Fluminense apostaba a Luiz Henrique por el sector izquierdo y a Kayky por el derecho, pero ambos se encontraban muy aislados del resto del equipo por lo que terminaban perdiéndose en la asfixiante presión que causaba River, con Montiel y un impecable Enzo Pérez desdoblandose por derecha para contener a Henrique, mientras que Kayky era controlado por Angileri y Casco, quienes se relevaban de forma coordinada para no dejar libre ese carril.
En el segundo tiempo el Millonario volvió a apostar por la fórmula que le había dado buenos frutos en la primer etapa, circulación de pelota constante, no rifar la pelota al área si la jugada no era segura y volver a empezar con la dupla central compuesta por Paulo Díaz y Héctor Martínez cuando fuera necesario. Fluminense también fue un espejo de lo hecho en los primeros 45 minutos, sin desordenarse en la zona defensiva pero sin lograr hacerse del balón para lograr lastimar a Franco Armani.
Fue justamente eso lo que observó Roger Machado, la soledad de sus atacantes con respecto de Kayky y Henrique, por lo que decidió el ingreso de Juan Cazares y Biel. Gallardo por su parte decidió el ingreso del juvenil Simón en lugar de un extenuado Palavecino, de excelente encuentro tanto en la recuperación como en la generación de juego. Pero con el movimiento de nombres quien salió beneficiado fue el local, ya que cuando el equipo argentino buscaba asegurar el partido a través del segundo gol, Cazares lideró una contra en la que terminó dejando a Fred cara a cara con Armani y el experimentado delantero no perdonó para poner el 1 a 1.
El buen trabajo hecho por el conjunto de Gallardo, tanto técnico como táctico, se vió empañado por la única desatención defensiva que sufrió, por lo que el empate dejaba gusto a poco y obligaba al Millonario a ir nuevamente por el gol que le permita quedarse con los tres puntos, por lo que el entrenador decidió el ingreso de dos atacantes netos como Lucas Beltrán y Federico Girotti. Fluminense cobró vida con el ingreso de Cazares, le cambió la cara y hasta le dio la chance de llegar al segundo gol, pero Armani llegó a desviar el remate del Ecuatoriano.
Los últimos minutos fueron de intensidad, con Fluminense más preocupado en no dejar fisuras en defensa que en ocuparse de conseguir la victoria, mientras que River no conseguía un resquicio por el cuál meter el balón en el área para que Borré, Girotti o Beltrán puedan convertir, por lo que fue reparto de puntos en el debut de la Copa Libertadores.
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