Argentina derrotó por 0 -1 a Brasil en el Maracaná con un golazo de Otamendi en el segundo tiempo y escribió una nueva página gloriosa. Cortó con el invicto de Brasil como local en eliminatorias: Nunca había perdido en esa condición en toda la historia de este torneo. La nota triste la jornada la volvió a poner la policía brasilera poniendo toda su cobardía sobre la mesa para reprimir a los hinchas argentinos que se encontraban en las tribunas.
El horario que Conmebol dictaminó para el comienzo del juego era 21:30hs y hacia allá iba la noche, pero el descontrol volvió a hacerse presente en Brasil. A diferencia de lo ocurrido en la final de la Copa Libertadores con los hinchas de Boca, aquí la represión policial se dio en las tribunas. Otro nuevo papelón de las organizaciones que, a esta altura, ya dejan en claro que las cosas se hacen mal a propósito. Las posibilidades de que se tomen cartas en el asunto y haya verdaderos cambios a futuro parecen ser pocas.
Los jugadores argentinos fueron los primeros en acercarse hacia la tribuna del disturbio, detrás de ellos fueron algunos de Brasil. Los palazos de la fuerza policial no cesaban y fue Leo Messi el encargado de llevarse a todos sus compañeros hacia el vestuario como manifestación por lo sucedido. Luego de varios minutos en el vestuario y de muchas conversaciones sobre que hacer al respecto, volvieron al terreno de juego con la decisión de jugar. Media hora después de aquel horario preestablecido y con las revoluciones muy altas comenzó el partido.
El primer tiempo estuvo totalmente viciado por el nerviosismo y la rivalidad llevada a la agresión. Así mismo, esas emociones eran las que no permitían ver un fútbol vistoso pese a la calidad mundial de los jugadores en campo. Gabriel Jesús, Rapinha y Rodrygo eran los más alterados por parte de los locales. Estos 45’ iniciales tuvieron como mayor atención una salida hacia el banco de suplentes de Messi para ser atendido por el doctor. El capitán necesitó intervención en el aductor de su pierna derecha y se lo veía debilitado.
En la parte final del match se vieron algunas cosas diferentes. Por ejemplo una jugada de Gabriel Jesús que, con mucho empuje, avanzó metros hasta llegar al área en donde un rebote dejó a Gabriel Martinelli de frente al arco con una oportunidad de oro pero el jugador del Arsenal no definió bien y además se encontró con el mejor arquero del mundo. Fue la única oportunidad de verdadero peligro que tuvo la canarinha en toda la noche.
En el minuto 63’ fue cuando Gio Lo Celso envió centro desde el tiro de esquina para que Nicolás Otamendi convierta uno de los mejores goles de su carrera. Salto perfecto y un cabezazo clínico contra el poste para poner a delirar a la Argentina en toda su dimensión. Festejo padre mostrando el escudo y el parche dorado a todo el Maracaná.
Los dirigidos por Fernando Diniz estuvieron paralizados desde el momento en que la pelota tocó la red de Alisson, hasta el pitido final. Tomados por el nerviosismo y con un público en silencio. Muestra de esto fue la expulsión de Joelinton que embistió contra De Paul con un manotazo en el rostro del jugador del Atlético Madrid.
La victoria de Argentina lo coloca como líder de las eliminatorias con 15 puntos, lo sigue Uruguay con 13. Mientras tanto, Brasil está colocado en la ubicación 6° con tan solo siete unidades.
Redacción: Juan Bovone
Foto: La Brújula 24
