Y no solo porque habían pasado cinco partidos desde la ultima obtenida por los foxes sino que frente a su rival de hoy, recién pudo catapultar toda la superioridad que había tenido en el encuentro, en los últimos diez minutos. Para la visita, fue una inmejorable posibilidad de poder sumar de a tres nuevamente y salir del descenso después de muchas fechas.
A priori era un lindo partido para ver este postergado de la fecha 22 entre Burnley y Leicester, porque ambos equipos tenían cosas en juego.
Por un lado los locales, que venían de dar el golpe dos fechas atrás ganándole al Tottenham y haciendo estallar de furia a Antonio Conte para con su dirigencia, por los pocos resultados obtenidos en los últimos años jugados con el mismo plantel (según su opinión) y por el otro, la visita que llegaba con una racha preocupante de cinco partidos sin conocer la victoria, por lo cual en lo que transcurría del 2022 aún no había podido sumar de a tres.
Los protagonistas del cotejo fueron ni mas ni menos que los hombres de Brendan Rodgers, que buscaron por todos lados la apertura del marcador en el primer tiempo, llegando una y otra vez al área rival, pero no pudiendo convertir gracias a la increíble actuación de Nick Pope que tapo tres pelotas clarísimas de gol, sendos remates de Barnes, Daka y Tielemans.
En el complemento, el rendimiento de la visita bajaría un poco pero cuando corría el minuto 80 llego una jugada al menos, rara, porque un rechazo de Schmeichel, desde su propio arco y un mal calculo de la defensa local, hizo que la pelota le cayera a Vardy en posición legitima y este asistió a Madison para que con un zurdazo de afuera del área, ponga el 0-1 para su equipo, en lo que era un acto de justicia total por lo que habíamos visto en el encuentro.
Ese gol descoloco por completo al Burnley que ya estaba preparado para poder llevarse al menos un punto que lo hacía igualar la línea del Everton en la tabla de posiciones, eso hizo que los de Sean Dyche se adelantaran un poco en el campo, pero cuando quiso reaccionar, nuevamente apareció Barnes por el costado izquierdo de la defensa local, para dejar despatarrado a Roberts, que tuvo un partido para el olvido y el extremo que envió un centro preciso a la cabeza de Vardy para que el 9 convirtiera el 0-2 definitiva con los que el Leicester volvía a sumar tres puntos valioso en su lucha por mantenerse lejos de la zona peligrosa.
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