Después de la dura derrota sufrida el domingo último, San Martín volvió a los entrenamientos con la mente puesta en mejorar el rendimiento colectivo y buscar la regularidad de juego que le está faltando.
Pablo Lavallén se mostró preocupado al finalizar el partido con Banfield. Un partido donde se vieron dos equipos muy distintos. Uno en el primer tiempo, que llegó a anotar dos goles en 11 minutos y a dominar buena parte de esa etapa; y otro equipo muy distinto que pareció haber salido dormido en el segundo tiempo, y que tiró por la borda todo lo bueno que había hecho en la primer parte.
En declaraciones al finalizar el encuentro, el DT verdinegro declaró: “siento amargura, tristeza y la verdad no le encuentro explicación a cómo el equipo se destartaló en el segundo tiempo. Habíamos preparado en el entretiempo la forma como para tratar de que a ellos les cueste entrar y creo que hicimos todo al revés de lo que habíamos preparado y eso me desorientó muchísimo”.
También fue contundente al afirmar: “asumo la responsabilidad, quizás no fui claro en el entretiempo de lo que teníamos que hacer y eso nos llevó a un desorden que en realidad no es lo que pretendo, ni es lo que busco y eso es lo que más me duele…”. “Habrá que replantearse muchas cosas”.
Así se encuentra el equipo hoy, en la búsqueda de esa regularidad que no aparece. San Martín es un equipo difícil, complicado para ganarle, ya lo demostró frente a rivales de la jerarquía de San Lorenzo y River, pero no le sobra nada, no tiene gran recambio y los partidos, como el del domingo, hay que cerrarlos. Esta vez no se pudo, ¿se podrán ajustar algunos engranajes en este receso por fecha FIFA?
Veremos cómo le va al Santo en el Hilario Sánchez frente a Talleres, su próximo rival. Por el momento, hay que pensar que aún restan 25 fechas de cara al término del torneo y, de momento, la tabla de promedios devuelve aire y tranquilidad para trabajar.
Foto: Luciana Granovsky (Télam)
