Croacia venció a Rusia por penales y lo sacó de su Mundial. El partido terminó 2 a 2, con un gol por equipo en tiempo suplementario. Por semifinales se enfrentará a Inglaterra el próximo miércoles en Moscú.
Llegó el final para Rusia, el anfitrión de la Copa del Mundo 2018. En Sochi, Croacia le ganó 4 a 3 en la serie de penales y se metió entre los mejores cuatro del torneo. Los noventa minutos habían terminado 1 a 1 con goles de Denis Cheryshev y Andre Kramaric, y en tiempo suplementario marcaron Domagoj Vida y Mario Fernandes para que el resultado termine 2 a 2. Se acabó la aventura para los dirigidos por Stanislav Cherchésov, que hicieron un torneo por encima de las expectativas. En semifinales, los croatas jugarán contra Inglaterra en Moscú el miércoles a las 15 horas.
El partido tardó treinta minutos en destrabarse. Rusia tuvo un buen inicio, pero en cuanto los dirigidos por Zlatko Dalic consiguieron el control la pelota, los locales volvieron al plan con el que vencieron a España: estar bien parados y atentos para aprovechar sus oportunidades. Los croatas no podían traducir el predominio en la posesión en chances claras y las veces que lograron alertar el arco de Igor Akinfeev fue por vía aérea, siempre con centros que llegaban desde la derecha.
Pasada la media hora del encuentro, Cheryshev avanzó desde la izquierda, tiró una pared con Artem Dzyuba y sacó un zurdazo de media distancia que sorprendió a Danijel Subasic, para poner arriba al local. Croacia parecía sentir el golpe y en pocos minutos fueron amonestados Dejan Lovren e Ivan Strinic. Sin embargo, y como ante Dinamarca, logró empatar el partido en su siguiente ataque: Andre Kramaric marcó de cabeza, tras centro de Mario Mandzukic. La defensa rusa había quedado mal parada y, aunque había cuatro futbolistas en el área, no logró evitar el empate.
El segundo tiempo comenzó con los mismos libretos con los que ambos equipos plantearon el partido, pero la defensa rusa falló al despejar una pelota que había rescatado Kramaric e Ivan Perisic definió cruzado. La pelota pegó en el palo y recorrió la línea, pero terminó alejándose del arco de Akinfeev, que no había tenido una buena respuesta en la jugada que derivó en esta posibilidad. Dalic decidió, un instante después, hacer un enroque de jugadores del Inter de Milán: sacó a Perisic y puso a Marcelo Brozovic para soltar un poco más a Luka Modric.
Croacia aumentaba su dominio con el correr de los minutos, pero casi queda abajo en el resultado por un cabezazo de Aleksandr Erokhin que se fue por poco. En lo que quedaba del partido, continuó asumiendo el protagonismo pero sin generar ningún peligro. Ambos equipos repetían el resultado con el que habían terminado sus partidos en octavos de final: empate y a tiempo extra.
A los diez minutos del primer suplementario, Domagoj Vida cabeceó tras un córner de Modric, la pelota pasó entre las piernas de Vedran Corluka, que había ingresado muy poco antes por Sime Vrsaljko, y se metió en el arco para que Croacia pase a ganar por primera vez en el partido. Daler Kuzyaev tuvo en sus pies el empate, ya en los segundos quince, pero Subasic se quedó con la pelota. A falta de seis minutos para el fin del partido, Mario Fernandes consiguió la igualdad de cabeza tras un centro de Alan Dzagoev.
En los penales Croacia se impuso 4 a 3 y ganó su segunda definición consecutiva. Subasic se lo tapó a Fedor Smolov y Fernandes desvió su remate. Para los croatas había errado Mateo Kovacic y el encargado de sentenciar la serie fue Ivan Rakitic, al igual que lo había hecho contra Dinamarca. De esta forma, el equipo de Zlatko Dalic se transformó en el segundo en ganar dos series de penales en un mismo Mundial: el primero había sido Argentina en Italia 1990.
Foto: FIFA
