La “Vecchia Signora” despertó en el complemento y ahora le lleva 7 de ventaja a Roma. Milán se quedó con 9 hombres pero consiguió un triunfo épico.
Juventus superó 2-0 a Crotone como visitante en el partido pendiente de la giornata 18 (había sido postergado por la disputa de la Supercopa de Italia ante Milán).
En el Stadio Enzo Scida de la región de Calabria, los de Massimiliano Allegri se llevaron una merecida victoria ante un rival que aguantó hasta donde pudo. No es casual que la squadra de Davide Nicola esté en los puestos de descenso, con apenas 3 triunfos en 23 presentaciones.
Recién a los 61´ llegó la apertura del marcador: cabezazo de Kwadwo Asamoah que fue controlado a medias por el arquero Alex Cordaz y Mario Mandzukic estuvo donde tenía que estar para empujarla al gol.
Sobre el minuto 74 apareció la conexión sudamericana y Juventus liquidó el partido. Pase del venezolano Tomás Rincón – jugó su primer partido como titular – para un Gonzalo Higuaín que dejó en el camino a Cordaz a puro amague y definió ante el arco vacío para gritar su conquista número 16 en el campeonato (está a 1 del bosnio Edin Dzeko).
Cómodo triunfo para la “Juve”, que ahora le saca 7 de diferencia al “Gialloross” en la carrera hacia el sexto scudetto consecutivo.
Milán se trajo una heroica victoria 1-0 sobre Bologna en el Renato Dall´Ara y corto la racha de 3 caídas en fila. Un accidentado partido para los entrenados por Vincenzo Montella, que en 38 minutos de juego se quedaron con uno menos por la expulsión de Gabriel Paletta.
Pese a la superioridad numérica, los de Roberto Donadoni casi que ni inquietaron al joven Gianluigi Donnarumma y el primer tiempo se fue casi sin situaciones de riesgo.
A los 59´ otra irresponsabilidad de un jugador “Rossonero” dejó al visitante con 9 hombres: Juraj Kucka pegó una patada digna de amarilla y como ya tenía tarjeta fue pintado de rojo.
Para colmo de males, Andrea Poli ingresó a los 62´ en reemplazo de Carlos Bacca para reforzar la marca en la mitad de la cancha. Pero el volante italiano se lesionó y ya no había más cambios. Por lo tanto, Milán tenía en cancha 2 menos y 1 lastimado.
La única aproximación de Bologna fue un remate de Ladislav Krejci solito y solo frente a Donnarumma, pero el juvenil guardavallas se mandó la atajada del campeonato y evitó el primero gol del partido.
El empate era un buen negocio para Milán y Bologna tampoco hizo mérito alguno para ganarlo (quedó fresco el recuerdo del reciente 1-7 sufrido en este mismo escenario ante Napoli).
Sin embargo, el que tuvo una chance y no la desaprovechó fue el equipo milanés, que llegó a la hazaña en el último minuto: gran desborde del belga Gerard Deulofeu y un preciso pase para la entrada de Mario Pasalic, quien solamente tuvo que acertarle al arco. Increíble triunfo, de tinte heroico, y merecido castigo para un conjunto local que ni siquiera se animó a más en óptimas condiciones.
(Foto Principal: SportsCenter)
