En Roma no salió el sol pero la lluvia se detuvo. El clásico arcobaleno se extendió sobre el Stadio Olímpico y se decidió rápidamente que Roma y Sampdoria reanudasen su encuentro suspendido por el diluvio.
Al descanso se fue ganando el visitante 2-1 por los goles de Luis Muriel y Fabio Quagliarella (Roma se había puesto en ventaja por intermedio de Mohamed Salah).
Luciano Spalletti tomó 2 decisiones acertadas: mandó a la cancha a Edin Dzeko y al eterno Francesco Totti. Entre charcos volvió a picar la pelota y el Calcio continuó su marcha en este mediodía argentino.
Como el mejor homenaje al Día del Maestro, el genial Francesco Totti metió un hermoso pase que el bosnio Edin Dzeko controló como si el piso no estuviese mojado (vaya paradoja). Dzeko dejó en el camino a Marco Viviano y empató el partido en el minuto 60.
Desde el ingreso de Totti, Roma tuvo 7 ocasiones de gol que fueron conjuradas entre Viviano y la poca precisión para definir. Solamente Il Capitano tenía la receta para un triunfo necesario.
En el minuto 92, Skriniar le cometió falta a Dzeko dentro del área y el árbitro sancionó penal (el cuarto en 3 jornadas). Y el maestro dibujó con un remate al palo izquierdo de Viviano para poner el 3-2 y desatar la euforia en la ciudad eterna … eterna como Totti: ¿de verdad se tiene que retirar ?
(Foto: Serie A TW)