Boca recuerda hoy el 3-0 a River por los cuartos de la Libertadores 2000. Una de las jornadas mas ricas de su historia, marcada por el “muletazo” de Palermo y el caño de ensueño de Riquelme a Yepes.
No es un dia mas el de hoy para los hinchas Xeneizes. El 24 de mayo de cada año, los recuerdos vuelan a una noche de Copa Libertadores. Esas noches cargadas de adrenalina y emoción. Particularmente el 24 de mayo de 2000, Boca vivió una jornada que permanecerá inalterable en la memoria azul y oro.
Ese día el club de la Ribera venció a River 3-0 por los cuartos de final de la Copa Libertadores. Un triunfo que valió el pasaje a las semis del máximo certamen continental. Una victoria que reafirmó que ese equipo de Carlos Bianchi tenía pasta de campeón. Y más que eso: que estaba forjado para sembrar historia.
Hoy se cumplen 20 años de la noche del “muletazo”, el gol de Martín Palermo que selló el 3-0. El tanto del “optimista del gol”, en la noche de su regreso tras la lesión reglamentaria del 13 de noviembre de 1999. Ese hecho -con la frase previa de Américo Gallego, por entonces DT del Millonario, “de Boca no me preocupa nada. Y otra cosa, si ellos ponen a Palermo en el banco, yo lo pongo a Enzo (por Francescoli)”-, fue la cereza del postre para una noche de película.
El rival de toda la vida enfrente, remontar el 1-2 en contra de la ida y …el caño antológico de Juan Román Riquelme a Mario Yepes. Una delicia que estará por siempre en los manuales del fútbol y sobre el que el Diez contó tiempo después “a veces pienso que por ahí no era necesario hacer eso. Él -por Yepes- me siguió y se comportó un fenómeno. En ningún momento me insultó ni nada. Estaba en todo su derecho de darme una patada”.
Los goles de Delgado, Riquelme -de penal- y de Palermo, marcaron una noche épica que hoy recuerda todo el munda Boca. La propia institución lo rememoró en sus redes sociales al expresar “un día como hoy, en el 2000, Boca superaba por 3 a 0 a River en los 4tos de final de la Copa Libertadores… un encuentro lleno de emoción y de hechos inolvidables. ¡Hoy, 20 años después, volvemos a disfrutarlo!”.
Luego siguió la agónica eliminación a América de México en el mítico Azteca y la posterior en la consagración en el Morumbí ante Palmeiras. Pero la noche del 24 de mayo de 2000 fue la semilla que germino la gloria.
Imagen destacada: El Intransigente
