Ambos son suplentes transitorios. En el caso de ser previsible, Peñarol muestra interés por el volante y goleador. En lo que respecta al ex jugador de Vélez, su situación tiende a ser irreversible para Darío Insua.
Dado el momento delicado por el que atraviesa el equipo, la dirigencia espera resolver en cuestión de días la condición contractual de Nicolás Blandi y Ricardo Centurión.
Los dos llegaron como variantes para revertir ciertas deficiencias de las posiciones ofensivas. A pesar de su pasado y las características que lo respaldaron a lo largo de sus carreras, fueron siendo desplazados de la alineación inicial.
Lesiones y comportamientos personales, desencadenan en complejas circunstancias. El delantero, jugó algunos minutos pero ingresó desde el banco de suplentes en la mayoría de los encuentros desde febrero.
En cambio, el hábil volante no se presentó a diferentes entrenamientos en pleno semestre, y se estimó que sus inconvenientes internos son los que fundamentan la intermediación del préstamo a cargo de Vélez Sarsfield.
Por si aparecían dudas Peñarol aparece como opción para los atacantes. Similarmente, el contrato en Boedo finaliza en diciembre de este año. En el caso del delantero, la salida es totalmente negociable porque el “wachiturro” solicita un ingreso insuficiente para las arcas uruguayas.
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