Argentina no pudo con Francia y se terminó el sueño olímpico. Los de Mascherano cayeron por 1 a 0 en un partido dónde merecieron algo más. Una camada que invita a ilusionarse y la incógnita sobre el futuro del DT.
Fue una derrota que duele, pero que deja tranquilidad de cara a lo que se viene. Argentina no pudo continuar adelante en los Juegos Olímpicos de París y cayó con Francia por 1 a 0 en los cuartos de final. Fin del sueño olímpico y el sabor amargo del regreso a casa, con todo el clima enrarecido que se respiró en torno al partido. Una victoria muy celebrada por el local, en una muestra de que la final de Qatar, aún resulta difícil de digerir.
Se sabía de antemano lo importante de evitar entrar en el palo a palo con Francia, equipo que hizo de las transiciones rápidas, una de sus mayores virtudes en estos Juegos. El equipo de Javier Mascherano no lo pudo evitar porque rápidamente se encontró en desventaja. A los 5’, córner desde la izquierda y cabezazo de Jean-Philippe Mateta, anticipándose a Nicolás Otamendi, para el 1-0.
A partir de allí, y por el espacio de 15 minutos, Argentina sintió el impacto y quedó mal parado en su afán de ir por el empate, obligando a Gerónimo Rulli a entrar en acción. Pero luego de ese sofocón, con eje en Ezequiel Fernández, el equipo de Mascherano comenzó a dominar el juego. Tuvo la igualdad con un remate del Equi que sacó el arquero francés y con un cabezazo que increíblemente marró Giuliano Simeone.
En el complemento, Argentina dominó territorialmente, pero no tanto en lo futbolístico. A medida que fueron pasando los minutos, Mascherano metió mano en el once y termino incluyendo a Lucas Beltrán, Luciano Gondou y Claudio Echeverrí. Chances tuvo, pero no las pudo concretar. Francia pudo haber aumentado, pero el VAR anuló el gol de Michael Olise por una falta previa al Equi.
Llegó el final del partido y una gresca que no pasó a mayores, originada en alguna cargada del local. Fin del sueño olímpico, alimentado por el aura ganadora que envuelve al fútbol argentino a nivel selecciones. Y también por el peso de algunos nombres propios que fueron a París. Ahí radica la sensación de decepción, no de frustración, porque es evidente que el plantel argentino daba para que se subiese al podio de mínima.
Alguno de los nombres propios sin duda garantizan recambio en la Selección Mayor, lugar que lógicamente no tienen hoy por el presente brillante del equipo comandado por Lionel Scaloni. Pero es indudable que Ezequiel Fernández, Cristian Medina, Lucas Beltrán, Julio Soler, entre otros, sumados a los que no fueron cedidos a los Juegos, aseguran un porvenir para ilusionarse.
Solo una duda queda luego de París y está relacionada con el futuro de Mascherano. Muy castigado por no poder coronar en su etapa de jugador, parecía que la clasificación a los Juegos (con eliminación a Brasil) le había quitado una mochila pesada de encima. La decepción de París seguramente atraiga comentarios duros hacia su figura. Pero como bien dijo el DT post partido “Ahora, ir al hotel y tratar de digerir esta derrota. ¿Si la digiero de manera distinta a otras derrotas? Sí, claramente uno se va golpeando la cabeza contra la pared varias veces”. Será cuestión de seguir insistiendo hasta que la pared se rompa, como sucedió con Lionel Messi y Angel Di Maria.
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