Los “ajedrezados” patearon el tablero y pusieron en jaque a los helenos, para demostrar que en esta repesca “Sobra el Griego”. Suiza le puso una manzana en la cabeza a Irlanda del Norte y acertó mejor que Guillermo Tell, para dejar a los británicos ahogando sus penas sin el VAR.
Croacia superó 4-1 a Grecia en el Stadion Maksimir de Zagreb y puso un pie y medio en Rusia 2018. Sólida performance de los entrenados por Zlatko Dalic, que fueron muy superiores a un conjunto visitante que ahora necesitará un partido perfecto para soñar con la cita mundialista.
Apenas 20 minutos le tomó a la ex República Yugoslava sacar una diferencia de 2 goles, que se convertiría en la tranquilidad necesaria para manejar los tiempos del partido.
A los 11´, un flojo control por parte del arquero Orestis Karnezis luego de un pase atrás hizo que la pelota se le adelantase demasiado. Arremetió Nikola Kalinic y el guardavallas en su afán por rechazar el balón se encontró con la pierna del delantero del Milán. El árbitro Gianluca Rocchi no dudó y señaló la pena máxima. Toda la frialdad de Luka Modric para colocar el balón y quebrar el cero.
Los croatas se animaron y aumentaron la ventaja con un hermoso gol de Kalinic. Buen desborde por izquierda en la avanzada de Ivan Strinic y el bueno de Nikola ensayó un precioso taco para el 2-0 parcial.
Grecia sacó un poco de amor propio y achicó la brecha con una pelota parada. En media hora de partido, Konstantinos Fortounis ejecutó un córner desde la izquierda y el capitán Sokratis Papasthatopoulos (llora el que sublima el nombre en la casaca) metió un milimétrico cabezazo bombeado que se clavó junto al palo derecho de la valla defendida por Danijel Subasic.
Sin embargo, los locales no dejaron agrandar a los del alemán Michael Skibbe y 3 minutos más tarde volvieron a estirar la diferencia. Esta vez la jugada se gestó en la derecha y la gran visión de Sime Vrsaljko terminó con un envío para que Ivan Perisic dijese que sí con la cabeza, en absoluta soledad.
El tiro de gracia llegó a los 49´,cuando Modric volvió a confiar en las escaladas de Vrsaljko y un error defensivo resultó fatal. Konstantinos Stafylidis quiso amortiguar el centro con el pecho, con intención de cederle el balón a su arquero, pero se quedó corto y pudo más la velocidad del defensor del Atlético Madrid. Vrsaljko tocó la pelota y quien pasó a cobrar por caja fue Andrej Kramaric, para el 4-1 definitivo.
Suiza fue un relojito y derrotó 1-0 a Irlanda del Norte en el Windsor Park de Belfast. Fueron más los helvéticos en el balance del partido, pero consiguieron la única diferencia por un polémico penal sancionado por el árbitro rumano Hategan.
Realmente los comandados por el bosnio Vladimir Petkovic no necesitaron de una ayuda arbitral para salir airosos de la capital irlandesa. Por decantación se veía que el gol iba a llegar, ya que los británicos mostraron poco y nada para hacerle daño a una férrea defensa helvética.
Con la bandera del buen fútbol que llevaron adelante Blerim Dzemaili y Xherdan Shaqiri, Suiza lastimó en la etapa inicial con buenas intenciones. A los 12´ un buena disparo de Granit Xhaka pasó apenas por encima del horizontal. Pasaron 7 minutos y Haris Seferiovic puso a prueba los reflejos del arquero Michael McGivern, quien le sacó un remate de volea con una magistral parada.
Apenas iniciado el complemento, Shaqiri ensayó un zurdazo con destino de gol, pero la caprichosa pasó demasiado cerca del ángulo superior derecho de McGovern.
A los 57´ llegó la jugada que cambió el rumbo del encuentro. Shaqiri disparó dentro del área y Corry Evans tuvo ese acto reflejo de darse vuelta para que el balón no le impactase en la cara. La pelota le dio en la espalda – casi al costado del omóplato para ser precisos – pero el referí Hategan juzgó que hubo mano y marcó el punto del penal.
Atónitos quedaron los defensores irlandeses – encima Evans se ganó la amarilla – y aquí no hubo tecnología ni segunda opinión para material de consulta. Ricardo Rodríguez no se puso nervioso y Suiza inauguró el marcador ante el lamento de los locales.
No le quedaron fuerzas al equipo de Michael O´Neill como para ir en busca del empate. Los suizos no en vano saben de relojes y tuvieron al tiempo como su principal aliado, para defender la ventaja y jugar con la desesperación del rival.
La serie no está definida ni mucho menos, pero Irlanda del Norte necesitará algo más que “El Hierro del Norte” para soñar con una Copa del Mundo tras 32 años: deberá ganarle a un seleccionado helvético que hace 14 partidos que no pierde en casa por eliminatorias mundialistas.
(Foto Principal: FIFA.com)
