Perdía 2-0 en el primer cuarto de hora pero entre un Vinicius intratable y un concierto de errores, le metió a los “Reds” una “generala” que casi define la eliminatoria. Napoli extendió su buen momento y se trajo de Alemania una diferencia que puede ser decisiva.
Por estos lares se aprieta el pomo porque es carnaval y en el “Viejo Continente” la fiesta y el baile estuvo a cargo del multicampeón europeo. En Anfield Road, Real Madrid goleó 5-2 a Liverpool en el encuentro de ida correspondiente a los octavos de final de la UEFA Champions League.
Una nueva demostración (y van) del concepto de mística de un equipo que por más que parezca golpeado, abatido y en un contexto más que desfavorable, siempre se las arregla para tirarle encima a cualquier el peso de la historia con un presente que avala sus pergaminos.
De entrada nomás los ingleses se adelantaron en el marcador con una genialidad de Darwin Núñez. Minuto 4 de partido y un quirúrgico pase de Mohamed Salah desde la derecha a perfil cambiado encontró al uruguayo con un recurso colosal: magnífico taco para desairar a Courtois y señalar el primero de la noche.
Pasaron 10 minutos y parecía que no era la jornada del Madrid. Thibout Courtois recibió un pase atrás de un compañero y tuvo tiempo y espacio para decidir qué hace con la pelota. Un rebote en su rodilla se la dejó demasiado adelante y Salah aprovechó esa falla para capitalizarla en la red. Menos de 15 minutos y Liverpool lo ganaba 2-0 en un arranque furioso.
Estaba más cerca del tercero el local que los “Merengues” de un eventual descuento hasta que la jerarquía individual puso en partido nuevamente al que parecía acabado. A los 21´, Vinicius Jr. le metió bossa nova a un preciso derechazo con el pie bien abierto y devolvió al planeta Tierra al Madrid.
Era la (fatídica) noche de los arqueros y Alisson Becker devolvió gentilezas con una obra maestra del terror. Minuto 42 y Joe Gómez se la cedió al guardavallas cuando picaba Vinicius al vacío. El arquero brasileño hizo todo mal porque casi que ni levantó la vista y jugó con su pie hacia el medio. De arremetida su compatriota “Viny” puso el pie casi de comprosimo y el rebote afortunado terminó en el fondo de las mallas.
Era otro el panorama de cara al complemento y allí la chapa de multicampeón del Madrid relució más que nunca. A los 47´, un tiro libre en forma de centro de Luka Modric y cabezazo goleador de Eder Militao ante la absoluta pasividad de la defensa local.
La calamidad volvió a llamar a la puerta de Joe Gómez y se despertó el artillero que siempre está. Minuto 55 y una pared entre Rodrygo y Karim Benzema terminó con un zurdazo dentro del área casi de compromiso del francés que se desvió en Gómez y descolocó por completo al sufrido Alisson Becker.
Aún golpeado por la ráfaga “merengue”, el anfitrión volvió a pecar de ingenuo e hizo posible la generala del Madrid. A los 67´, Modric tuvo oficio para robarle la pelota a Fabinho en la mitad de la cancha e iniciar una rápida sesión de contra con un pase a Vinicius Jr. El carioca la soltó en el momento justo para Benzema y Karim demostró que no hubo “gato encerrado” en la definición: gambeta corta para dejar sentado a Alisson y sutil toque de zurda con el arco desguarnecido.
Nueva lección de fútbol, coraje y contundencia de un equipo acostumbrado a las batallas difíciles y que jamás pierde la compostura ni siquiera cuando su rival se lo lleva por delante en algún pasaje del partido.
Napoli hizo resonar el eco ganador por toda Europa porque derrotó 2-0 a Eintracht Frankfurt en su visita al Deutsche Bank Park de la Selva Negra y sacó una luz de ventaja que casi abrocha el pasaje a cuartos de final.
Sin dudas el equipo que mejor juega de las ligas top de Europa (ojo, juega lindo y juega bien, como para que sepan la diferencia los entendidos del fútbol en estas latitudes). Lo que construyó Luciano Spalletti es un bloque homogéneo que tiene una idea de juego pero que además le permite destacarse a las individualidades cuando tiene la pelota. Y hoy fue el caso de los que no suelen formar parte de la tapa de los diarios cada lunes en Italia: Hirving Lozano y Stanislav Lobotka fueron los puntos más altos en los “Azzurri”.
El preludio de lo inevitable llegó a los 36´. Disparo de “Chucky” Lozano que dio en el poste y Aurelio Buta se aprestaba a rechazar el balón. Víctor Osimhen desde atrás se lo pellizcó y el luso le dio una tremenda patada dentro del área que fue sancionada con la pena máxima. Khvicha Kvaravatskhelia con la ejecución y Kevin Trapp con la gran atajada.
Fue un alivio momentáneo porque 4 minutos más tarde llegó la merecida apertura del marcador. Lobotka recuperó una pelota en campo propio y puso a correr a Lozano por derecha con un envío largo. Gran pase rasante del mexicano al segundo palo donde Osimhen llegó preciso y precioso para empujarla. Grito número 20 del nigeriano en la temporada y lleva marcando por sexto juego consecutivo.
Los germanos se complicaron solos un rato antes de la hora de partido porque a Randal Kolo Muani se le fue larga una pelota y cuando fue a trabar le dio un terrible planchazo a Zambo Anguissa. Roja directa para el francés y panorama poco alentador para los de Oliver Glasner.
El segundo grito sagrado fue un canto al fútbol y vino en el minuto 65. Dieciocho toques consecutivos de jugadores de Napoli sin que el rival siquiera viese la pelota y la posesión plena tuvo su momento de aceleración. Zambo Anguissa lo buscó a “Kvara”, quien controló la pelota frente a 2 adversarios y metió un taco delicioso para la llegada de Giovanni Di Lorenzo. El capitán le metió tiza a su zurdazo rasante y nada que hacer para Trapp.
Por Emiliano Schiavi / @ejschiavi
(Foto Principal: @ChampionsLeague)
