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“Ezi, el bombardero de Silesia”

Pasaron 80 años del estreno polaco en una Copa del Mundo y lo más destacado fue la aparición goleadora de Wilimowski, primer jugador que anotó 4 tantos en un partido mundialista.

El máximo torneo de selecciones tuvo su tercer capítulo en tierras europeas. Francia fue elegida como la sede para la copa de 1938, en un “Viejo Continente” convulsionado por la cruenta Guerra Civil desatada en España y por las amenazas expansionistas de la Alemania de Hitler.

Otro Mundial con fuerte presencia europea: Uruguay y la Argentina se abstuvieron de participar y el cuadro principal de los octavos de final lo completaron los impensados seleccionados de Cuba e Indias Holandesas.

Polonia tuvo su emparejamiento ante Yugoslavia y resultó vencedora con un marcador global de 4-1, tras la victoria 4-0 en Varsovia (doblete de Leonard Piatek y los restantes tantos de Jerzy Wostal y Ernest Willimowski) y la caída 1-0 en Belgrado (gol de Blagoje Marjanovic).

Pero el sorteo no resultó nada favorable para las “Águilas”, ya que tuvieron que medir fuerzas nada menos que ante Brasil (obtuvo su clasificación al Mundial tras la renuncia de Bolivia).

La lluviosa tarde del 5 de junio de 1938 dejó una batalla memorable entre 2 equipos que protagonizaron uno de los partidos más excitantes de una Copa del Mundo. El escenario fue el Stade de la Meinau, la casa del Racing de Estrasburgo y se jugaron 120 minutos memorables en la historia del fútbol.

Leónidas Da Silva – apodado “El Diamante Negro” – adelantó al Scratch a los 18´ y Friedrich Scherfke lo empardó de penal 5 minutos más tarde. Romeu le devolvió la ventaja a los sudamericanos a los 25´ y Peracio puso el 3-1 parcial a los 41´.

Los polacos reaccionaron y comenzó el show de Ernst “Ezi” Willimowski, quien facturó por duplicado y niveló el score a 3. Una nueva aparición de Peracio significó el 4-3 en el minuto 71 y el artillero nacido en la Alta Silesia consiguió el agónico 4-4 a los 89´.

El campo de juego era un verdadero lodazal y hubo algo más que una lluvia de goles. A Leónidas le pesaban los botines, que a esa altura parecían adoquines en sus pies. Convirtió 2 goles más, uno de ellos sin un zapato, ya que se lo quitó en un momento y jamás pudo ponérselo otra vez.

“Ezi” volvió a sacudir la red brasileña a los 118´ y redondeó su póker, para que el resultado fuese un inédito 6-5 en favor del “Scratch”, más parecido al básquet que al fútbol. Por primera vez en una Copa del Mundo, un jugador convertía 4 goles en un mismo partido.

No eran casuales los dotes goleadores de Willimowski: cuando vistió la camiseta del Ruch Wielkie Hajduki (actualmente conocido como Ruch Chorzow) señaló 112 tantos en 86 partidos.

Su actuación más recordada se dio el 21 de mayo de 1934, cuando anotó 10 goles en la paliza de su equipo sobre Union Touring Lodz por 12-1. Todo un récord que aún se mantiene en la primera división del fútbol polaco.

Un tremendo bombardero del área rival… hasta que la Guerra hizo estragos y el fútbol tampoco fue ajeno a semejantes heridas que aún no cierran. La invasión de la Alemania hitleriana sobre Polonia hizo que “Willimowski” formara parte de los denominados Volksdeutsche: ya no era polaco sino que “pertenecía al pueblo alemán”.

Sepp Herbeger – quien a la postre sería el entrenador que llevaría a Alemania a su primera corona mundial ante Hungría en 1954 – enseguida notó las virtudes de “Ezi” y lo convocó para el seleccionado germano. Su paso por “Die Mannschaft” dejó 13 goles en 8 partidos. Pero tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, el regreso a casa no fue el esperado.

Willimowski fue considerado un traidor por el nuevo régimen comunista instalado en Polonia. Había perdido su identidad, ya que no fue querido en su tierra natal ni tampoco valorado en Alemania. Ni siquiera lo tuvieron en cuenta para afrontar la Copa del Mundo de 1954, donde los teutones dieron la primera sorpresa en una final.

“Ezi” transitó los últimos años de su carrera en clubes alemanes, pero sin el reconocimiento que se había ganado en el campo de juego desde su hazaña en Estrasburgo. Se retiró en 1951, tras haber vestido las camisetas de 9 clubes alemanes.

La última vez que el fútbol le dio la espalda fue en 1974, cuando quiso visitar al seleccionado de Polonia en su segundo Mundial – justamente en Alemania – pero los dirigentes polacos le denegaron el permiso. Pero se rumoreó que hubo una reunión entre Kazimierz Gorski, el entrenador de la “Águilas” y el propio Willimowski, a quien el DT reconoció como su ídolo: aunque no se trató de un encuentro demasiado cordial, ya que a Gorski lo espiaba la policía secreta polaca. Apenas una visita de cortesía muy fugaz, como para rememorar viejas épocas.

Hubo otras historias que involucraron a “Ezi” en sus primeros años como futbolista: desde su encuentro con un joven llamado Karol Wojtyla – mucho más adelante conocido como el Papa Juan Pablo II – en las montañas Tatra o el intento de Brasil por nacionalizarlo luego de los 4 goles sufridos en carne propia.

Es que “Ezi” dejó su marca en la historia de los Mundiales, hasta que Eusebio (en 1966) y Emilio Butragueño (1986) emularon su hazaña. Fue Oleg Salenko quien rompió el récord al marcar 5 en el mismo partido ante Camerún, en 1994. Al menos Willimowski tendrá un registro difícil de superar: haber marcador 4 tantos para un seleccionado que finalmente perdió su partido.

(Foto: Retro Football Blog)

Emiliano Schiavi

Soy Emiliano Schiavi y siempre me interese por el fútbol internacional. Sin cable ni internet me las arreglaba leyendo el "Guerin Sportivo" o cualquier revista extranjera que sólo se conseguía en pocos kioscos del Centro. También me acompañaba algún VHS sobre la historia de los mundiales y nunca me cansaba de verlos. Por eso le preste atención al fútbol de Europa, Africa, Asia y - si estaba aburrido - Oceanía. Descubrí un medio maravilloso como la radio y conocí buena gente (grandes amigos) que me acercaron al Rincón del Fútbol. La radio es una pasión, pero escribir es un deleite. Y todos los dias lo hago en este espacio, donde investigo y me gusta informar y entretener. Mi mayor expectativa para este nuevo proyecto es seguir aprendiendo. Porque a los 45 años también se aprende, créanme. Tengo total libertad para expresarme, leer y ser leído. Porque nadie desafina cuando uno escribe lo que se le canta. Digamos todo ...

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