La despedida de su tierra no fue la más cálida que esperó “Die Mannschaft” tras el poco convincente triunfo sobre Arabia Saudita. Los resultados de los amistosos previos hacen dudar a la prensa y a una parte del público, pero a nivel oficial los alemanes siguen implacables como siempre.
Alemania viajará mañana martes rumbo a Rusia para iniciar la defensa del título conseguido en Brasil hace 4 años. La concentración será en la localidad de Vatutinki, a 16 km de Moscú y el estreno tendrá lugar el próximo domingo, ante México y en el Estadio Olímpico de Lushniki.
Joachim Löw puede emular la hazaña conseguida por Vittorio Pozzo con la “Nazionale” en la década de 1930: celebrar el bicampeonato (muy cerca quedó Carlos Salvador Bilardo en Italia 1990 con la “Albiceleste” cuando cayó en la final precisamente ante Alemania).
A Löw le entusiasma la idea: –“Ser coronado campeones del mundo otra vez naturalmente significaría mucho. Sería histórico. Significa tanto para los jugadores como para el entrenador. Entonces pondremos toda nuestra energía y recursos para lograrlo”, dijo en una entrevista concedida a la cuenta oficial de Twitter de la DFB.
Pero a pesar de haber alcanzado 2 semifinales continentales y de levantar la cuarta corona para Alemania en un torneo mayor, se han sembrado dudas con respecto al funcionamiento del equipo. Seis amistosos disputados como parte de la preparación que arrojaron un saldo de 1 triunfo, 3 empates y 2 caídas.
El único partido que tuvo como vencedores a los germanos fue el de la despedida de su público, en el BayArena. No pudo lucirse el campeón del mundo con un exiguo triunfo 2-1 sobre Arabia Saudita.
En declaraciones a ESPN, Mats Hummels fue autocrítico y acerca del partido ante los árabes señaló que “lo hicimos más difícil de lo necesario”. “Tuvimos un buen comienzo en el juego, tuvimos un buen control pero luego comenzamos a jugar con demasiados errores. Dimos el balón muchas veces en situaciones en las que no tuvimos que hacerlo. Necesitamos ser más dominantes en el campo”.

También afloran los cuestionamientos sobre el armado de la lista final. Dejar sin Mundial a Sané resulta llamativo pero está claro que el entrenador sabe lo que hace. Hubo voto de confianza hacia Manuel Neuer – los 9 meses de ausencia en las canchas presagiaban que el dueño del arco sería Ter Stegen – y una merecida revancha para Marco Reus, quien se perdió el torneo de Brasil por una lesión en un amistoso ante Armenia, a días del inicio de la Copa.
Más allá de lo que digan los últimos números, la estadística puede tirarse abajo si se cuentan los partidos oficiales: Alemania ganó 14 de los 15 partidos que disputó desde la derrota 0-2 ante Francia en las semifinales de la Euro 2016.
Se habla de Toni Kroos, Thomas Müller o Mesut Ozil, pero los germanos no tienen un nombre del calibre de Messi, Cristiano Ronaldo o Neymar. Y Löw recuerda qué se decía de su equipo hace 4 años: – “En 2014 fue ciertamente una ventaja. No teníamos ninguna superestrella. Nos esforzamos por tener éxito como equipo. Esa mentalidad de equipo definitivamente puede actuar a tu favor”. Como siempre, Alemania demuestra que el todo es más que la suma de las partes.
(Foto Principal: DFB Twitter)