Neymar disputará en Qatar su tercer Mundial. El delantero de PSG aún no conoce el peso de la copa y, como figura de uno de los principales candidatos al título, sabe que es una chance que no puede dejar pasar.
Por Martín Wajsbrut
Si bien ya cumplió 30 años y nunca pudo meterse en la discusión real sobre quién es el mejor jugador del mundo, no hay dudas que subestimarlo podría llegar a ser un gran error. Neymar lleva más de 12 años demostrando su talento en cada lugar en el que le tocó jugar y atravesó la mayor parte de su carrera siendo el alma de la Selección brasilera.
Su debut en el Scratch fue en 2010 en un amistoso contra Estados Unidos y en aquel partido marcó el primer gol de su equipo, que ganó 2 a 0. En ese encuentro, se dio el gusto de compartir cancha con Robinho, a quien idolatraba años antes por su desempeño en Santos, su primer amor. Desde entonces, lleva más de 120 encuentros, además de 2 participaciones en Juegos Olímpicos. Todo indica que, con el tiempo, debería pasar a Pelé como máximo goleador histórico de la Selección y a Cafú como el jugador que más partidos disputó.
A pesar de que ya deslumbraba en Primera con sus 18 años, Dunga eligió un plantel de jugadores con más experiencia para disputar el Mundial de Sudáfrica 2010 y Ney se quedó con las ganas. Mal no le hubiese venido al equipo, que quedó eliminado en cuartos de final ante Países Bajos, en lo que fue el final de una magra actuación en el torneo.
Para el 2014 ya llevaba una temporada en Barcelona, era la figura indiscutida de su Selección y fue de los pocos jugadores que estuvo a la altura de las circunstancias. En el Mundial que lo tuvo como local, Brasil tuvo más presente que nunca el fantasma de 1950 y sufrió el torneo desde el primer día. Tal es así, que desde el momento que se lo llevaron en camilla en el partido ante Colombia por los cuartos de final, todo se tiñó de negro para la Verdeamarelha. Ya sin su presencia, llegaron las goleadas en contra ante Alemania y Países Bajos, y su formidable actuación en los partidos previos quedó en un segundo plano.
Rusia 2018 le llegó en otra etapa de su carrera. El brasileño fue el encargado de romper con la MSN que había formado con Lionel Messi y Luis Suárez en el Barsa, ya que un año atrás había sido transferido a PSG por 222 millones de euros. Por haberse separado del argentino y por la exorbitante suma de dinero que habían invertido en él, la expectativa y la presión fueron tan grandes que ningún logro parecía ser suficiente. Brasil llegaba como favorito al torneo, pero quedó eliminado en cuartos ante Bélgica. Ney no tuvo el brillo que había mostrado 4 años antes.
Qatar aparece como una gran oportunidad para el delantero, que atraviesa un gran momento en PSG, otra vez con Messi como compañero. La otra figura del equipo es Kylian Mbappé, con quien no tiene una buena relación fuera de la cancha pero se sigue entendiendo dentro de la misma. A diferencia de los otros Mundiales, ya no parece preocupado por competir por ser mejor que otros futbolistas y la situación parecería ser la propicia para que pueda desplegar su mejor fútbol.
Sin embargo, las condiciones no parecen estar dadas para que pueda estar concentrado solamente en el torneo. Si bien ya pasaron varios años de su pase de Santos a Barcelona, las irregularidades en las que se incurrieron lo llevaron a juicio y hace apenas algunas unas semanas tuvo que presentarse a declarar. Además, Ney apoyó en forma explícita a Jair Bolsonaro en las recientes elecciones presidenciales y Lula Da Silva, el ganador de las mismas, lo acusó de haber garantizado su impunidad a cambio de su apoyo. En la celebración por el resultado de los comicios, los seguidores de Lula cantaron en su contra y, a raíz de las declaraciones del futuro presidente, su caso podría complicarse nuevamente. Mientras tanto, sigue alimentando su ilusión mundialista con goles y asistencias todas las semanas.
Me encantó. Banco mucho