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Praga, de una profecía al fútbol

Al pensar en un viaje a Europa, un sinfín de ciudades se ven incluidas en esa lista soñada por muchos viajeros a lo largo de todo el globo terráqueo. Entre todas ellas, muy probablemente se encuentre Praga, que es una de las veinte ciudades más visitadas del mundo.

Actualmente, Praga es la capital y ciudad más poblada de la República Checa (desde 2016 también conocida como Chequia). Es su condición de capital, Praga concentra las instituciones más importantes de todo el país, a nivel económico, político y cultural. Hoy en día la ciudad se luce con hermosos edificios de diversa índole en todo su territorio, pero, a pesar de eso, tuvo que sufrir grandes cambios a lo largo de su historia que la llevaron a ser lo que es.

La Torre de la Pólvora, en el Casco Histórico de la ciudad. Foto: Viaje Jet.

Praga, además de ser la capital de República Checa, también lo es de Bohemia, una de las tres regiones en la cuales se divide el país -las otras son Silesia y Moravia-. Justamente el nombre Bohemia es importante en la historia de esta metrópoli, pero no por la región, sino por el Reino de Bohemia, un Estado que tuvo vida desde 1212 hasta 1918.

Muchas versiones existen acerca de la fundación de Praga, pero la más contada y soñadora es la que habla de una visión que tuvo la princesa Libuše, hoy conocida como la fundadora de la ciudad junto a quien fue su marido, Přemysl. En su profecía, la princesa describió: “Veo una gran ciudad, en cuya gloria se tocan las estrellas. Veo un lugar en medio de un bosque donde un empinado acantilado se eleva sobre el río Moldava. Veo allí un castillo llamado Praga”.

De esa cita se desprenden varios detalles relativos a lo que hoy es Praga, que se encuentra a orillas del río Moldava y que posee uno de los castillos más visitados del mundo: el Castillo de Praga. Allí fue donde se instalaron los reyes de Bohemia, que hicieron de la ciudad su capital. Luego de eso, Praga pasó a pertenecer al Sacro Imperio Romano y más tarde al Imperio austrohúngaro, tal como sucedió con muchas ciudades europeas a lo largo de la historia y a través de las guerras.

El Reloj Astronómico, la mayor atracción de Praga. Foto: El Intransigente.

Justamente tras el fin de un conflicto bélico es cuando comienza la historia moderna de Praga. Con el fin de la Primera Guerra Mundial, el Imperio austrohúngaro llegó a su fin y de él se desprendieron una gran cantidad de nuevos Estados. Uno de ellos fue Checoslovaquia, que incluía los territorios que actualmente ocupan República Checa y Eslovaquia.

Sin embargo, los cambios no terminarían ahí para Praga. Por el contrario, en los años siguientes a la creación de Checoslovaquia, la ciudad vivió sus momentos más oscuros cuando fue tomada por la Alemania nazi. Este hecho derivó en una severa destrucción de la ciudad, que debió soportar guerrillas entre los alemanes y la resistencia checoslovaca, y posteriormente los bombardeos de los Aliados hacia el fin de la Segunda Guerra Mundial. Eso sin mencionar la persecución que debieron padecer los ciudadanos judíos, que fueron llevados a campos de concentración.

Con la caída de Hitler, Checoslovaquia fue liberada por la Unión Soviética y pasó a ser parte de su bloque. Esta situación continuó hasta fines de 1980, cuando a través de la Revolución de Terciopelo los checos decidieron abandonar el comunismo y alejarse de los soviéticos. Ese cambio fue el puntapié que dio inicio a una serie de modificaciones profundas en el país, que en 1993 decidió dividirse en dos: República Checa y Eslovaquia. La división, en contraste con lo ocurrido en Yugoslavia, fue pacífica y aceptada tanto por checos como eslovacos, que optaron seguir por caminos separados debido a sus diferencias culturales antes que terminar en conflictos mayores.

La Casa Danzante, un edificio moderno que contrasta con la estética de la ciudad. Foto: www.prague.eu

A nivel turístico, Praga posee una gran variedad de atracciones que justifican la cantidad de visitas que recibe cada año. Desde el mencionado Castillo de Praga hasta el Museo del Comunismo, pasando por el célebre Reloj Astronómico, la Torre de la Pólvora, el Puente de Carlos -situado sobre el río Moldava- o el Teatro Negro, originario de la ciudad y reconocido a nivel mundial.

En cuanto a lo futbolístico, Praga también es una capital. Allí conviven los clubes más ganadores de la liga checa y de la ya extinta liga checoslovaca, entre los que se destacan los más grandes del país: el Sparta y el Slavia.

Escena del aclamado Teatro Negro, originario de Praga. Foto: Teatro Negro.

El primero en nacer fue el Slavia, en 1892. De camiseta mitad blanca y mitad roja con una característica estrella roja de cinco puntas, este club representa a los intelectuales de aquella época, en la cual Praga formaba parte de Bohemia. Supo ser el segundo equipo más ganador de Checoslovaquia, pero actualmente vive una etapa de sequía que lo ubica tercero a nivel de ligas checas.

Un año más tarde surgió el eterno rival de los rojiblancos, el Sparta. El nombre tiene relación directa con la ciudad de Esparta, caracterizada por la lucha y el sacrificio, características que identifican a su parcialidad, que es reconocida por estar integrada mayoritariamente por la clase trabajadora del país. Este club está representado por el color rojo -aunque en su escudo se pueden visualizar además el azul y amarillo de la bandera de Esparta- y es el más ganador tanto de Checoslovaquia como de República Checa, con un palmarés que contiene 33 ligas, 14 Copas, 2 Supercopas y 3 Copas Mitropa (certamen internacional que disputaban los clubes de Europa del Este).

Atmósfera en un Derbi de Praga disputado en 2010. Foto: Play Waved On.

Al ser los más laureados y populares clubes del país, ambos conforman lo que se conoce como el Derbi de Praga o el “Derbi de las S”, por las iniciales de ambas instituciones. En el cara a cara quien manda también es el Sparta, quien triunfó en 132 oportunidades y cayó en 90 ocasiones. El resto del historial se compone por 67 empates.

Más allá de que los flashes se lo lleven los dos gigantes mencionados anteriormente, también es necesario destacar a otros dos clubes que tienen residencia en Praga. Uno de ellos es el Bohemians -de colores verde y blanco-, una institución cuyo único éxito sobresaliente fue la obtención de la liga checoslovaca en la temporada 1982-1983. Su estadio, el Ďolíček, se encuentra en el distrito Vršovice, a pocas cuadras del estadio del Slavia, motivo por el cual mantienen una importante rivalidad local.

El otro club de la ciudad es el Dukla Praga, fundado por las Fuerzas Armadas de Checoslovaquia y de camiseta roja y amarilla. Supo ser el tercero más ganador en la etapa checoslovaca, pero la disolución de aquel Estado lo hizo entrar en una crisis que incluso lo llevó a una desaparición temporal de la cual pudo sobreponerse. De todas formas, nunca volvió a tener el mismo poderío y, de hecho, todavía no pudo gritar campeón en lo que va de la era checa.

Así se vive el Derbi de Praga fuera y dentro de la cancha. Video: YouTube (Ultras Avanti).

Hay muchas razones por las cuales visitar Praga. Quizá por la historia de una ciudad que parece salida de un cuento medieval, quizá por la típica foto con el Reloj Astronómico de fondo o, quizá, porque la redonda atraiga a los futboleros a pisar República Checa. Pero, sea por el motivo que fuere, Praga invita a ser recorrida.

Imagen destacada: Lonely Planet

Martín Bugliavaz

Periodista. Me gusta contar historias.
Llegué al Rincón con el objetivo de comunicar con responsabilidad y también para aportar una mirada diferente del fútbol, con la cultura como pilar fundamental.

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