Olimpo se juega una de las últimas cartas frente a Banfield. Con una sola modificación tras la lesión de Cahais, los de Bassedas intentarán cosechar los tres puntos. La calculadora, al rojo vivo.
El Aurinegro sabe que no depende de sí mismo para salvarse del descenso que ya parece inevitable. Con el triunfo, Tigre quedó a las puertas de la permanencia y sólo Vélez y Patronato podrían ser los rivales que apuntar. Sin embargo, si los entrerrianos ganan su partido (lunes frente a Arsenal -ya descendido-), sellarán una nueva temporada en Primera. El destino del Fortín, en tanto, es igual al de Tigre. Un triunfo, los deja muy cerca de la salvación. Por ello, el elenco bahiense debe dar el máximo para evitar que, de darse todos resultados adversos, descender de categoría. Esto sucedería si no gana y el resto sí lo hace.
Y los elegidos para la difícil tarea serían los mismos que igualaron en uno con Temperley la fecha pasada, a diferencia de un integrante. Matías Cahais sufre molestias en una de sus rodillas y deberá dejarle su lugar a Nicolás Herranz. En contrapartida, Ramírez se recuperó de su desgarro y podrá estar en el banco. Tanto en el medio como en la avanzada no habrá variantes, algo que sorprende teniendo en cuenta el bajo rendimiento del equipo que provocó varios reproches de los simpatizantes.
De esta forma, los once serían: Villar; Lacunza, Ojeda, Herranz, Pantaleone; Bellocq, Villarruel; Vidal, Tellechea, Covea; Troyansky. El partido comenzará a partir de las 17.45 con arbitraje de Fernando Espinoza, en un reducto que Olimpo no visita desde 2014 (fueron tres localías seguidas del Aurinegro) y en donde no gana desde el 2006, cuando por el torneo Clausura, derrotó al Taladro por 1-0 con el tanto de Ezequiel Maggiolo.
Con el agua al cuello y un porvenir complicado, la visita intentará dar el batacazo y aprovecharse que el rival guardará figuras para el clásico frente a Lanús. Pero por supuesto que el motivo principal estará en seguir sumando y así, taladrar a los de arriba.
Foto: La Nueva