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La consagración de D10S

Hoy es 29 de junio y se cumplen 31 años de una de las hazañas deportivas más importantes de nuestro país: la obtención del Mundial de fútbol en México. Para quienes tuvimos el privilegio de ser testigos, aquel mundial nos regaló algunos hechos maravillosos de la mano de un jugador fabuloso: Diego Armando Maradona. En tierras aztecas, Maradona se puso el equipo al hombro y lo llevó a la final, allí nació el Barrilete Cósmico que tomó la pelota en mitad de cancha y llegó al arco inglés desparramando jugadores para marcar el gol más hermoso de la historia de los mundiales. Allí nació la Mano de Dios, allí el Diego fue campeón y nos trajo la copa, allí nació la leyenda. En estas humildes líneas recordaremos las declaraciones de un Maradona único y distendido al momento de cumplirse un año de aquel logro.

Tenochtitlán, la antigua ciudad fortaleza del Imperio Azteca se erigía sobre lo que hoy es el Distrito Federal de México, resulta un poco difícil imaginar que allí había un enorme lago surcado por puentes y caminos que unían varias islas. Cronistas y viajeros nos hablan en varios documentos de una ciudad esplendorosa. Su caída y posterior decadencia se debió a la codicia de imberbes conquistadores españoles que no duraron en derramar sangre y saquear uno de los imperios más grandes de América. El jueves 19 de septiembre del año 1985 hubo otro gran derrame de  sangre, la antigua Tenochtitlán ya había dado paso al crecimiento del Distrito Federal y un feroz terremoto sacudió la capital mexicana. Los expertos en la materia midieron 8.1 en la escala de Richter, fue el mayor desastre natural ocurrido en México. Las cifras de muertos nunca se conocieron pero se estima que las victimas pudieron haber sido cerca de 20.000 personas. Esta desgracia puso en peligro la organización del mundial. Sin embargo, bajo el lema “México está de pie”, el orgullo y la tenacidad azteca se pusieron de manifiesto y la organización llegó en tiempo y forma para que la fiesta del fútbol se llevara a cabo en junio del año siguiente.

La Selección Argentina inició su camino compartiendo grupo junto a Corea del Sur, Italia y Bulgaria. “A Corea le ganamos bien, sin jugar brillantemente, pero era el debut y es comprensible que hubiera nervios. Además, ¡cómo me dieron esos coreanos h… de p…! Me daban sólo a mí. Lo tenían a Valdano que mide como dos metros y ni lo tocaban…” declaró Maradona, recordando el triunfo por 3 a 1 con dos goles de Valdano y un cabezazo de Ruggeri.

Contra Italia la cosa no comenzó bien, ya que los italianos se pusieron en ventaja con un gol de penal hasta que apareció el Diego y con una guapeada puso el 1 a 1 final. El último rival de la serie fueron los búlgaros y los players de Bilardo ganaron 2 a 0 con goles de Valdano y Burruchaga. Diego lo recordaba así: “Nos quedaba Bulgaria, pero la verdad es que no le temíamos… ¿saben dónde supe que el partido estaba ganado? Cuando salimos por el túnel rumbo a la cancha… Nosotros íbamos en fila pero gritando, golpeándonos brazo a brazo… ellos nos miraban y yo les note la cara de miedo. Habrán pensado: estos nos pasan por encima…”

En Octavos de Final el rival fue Uruguay y gracias a un gol de Pasculli se logró la victoria. Según Maradona, fue el partido más difícil de todos: “Fue el partido más h… de p… del mundial… Pudimos ganarlo por goleada y terminamos pidiendo la hora con ese tiro de Rubén Paz… después de ese triunfo dije ‘chau, ahora que venga cualquiera’. Francia, Brasil, el que sea… Ya no tenía miedo”.

Y Brasil no pudo ser porque Francia lo dejaría afuera en Cuartos de Final, el rival argentino fue Inglaterra. En la previa estaba latente el recuerdo de la Guerra de Malvinas ocurrido cuatro años antes y los jugadores tomaron el partido de una manera muy especial, casi como una revancha: “…antes de salir a la cancha contra Inglaterra todos sentíamos algo especial. Es lógico: como argentinos nos dolía lo de Malvinas. Y era lindo vengarse aunque fuera en un partido de fútbol…”

¡Y qué linda venganza! El resultado fue 2 a 1 con dos goles increíbles del Diez: “Ya se… ya sé que todos estarán pensando en el gol, en el primero, ese que hice con la mano. Se han dicho tantas cosas, se han escrito tantas pavadas… la verdad es que no llegaba y me tiré con todo. Entró y salí corriendo como loco a festejar… Shilton protestó en seguida”. “Después vino la obra maestra del terror. Creo que es un gol que va a quedar en la historia… a mí me ayudaron mucho Burruchaga y Valdano, que me acompañaron en toda la jugada. Entonces yo amagaba y seguía. Cuando salió el tiro, sentí que el grandote (por Terry Butcher) me metía una patada brutal, pero no me dolió. La emoción superó al dolor. Grité como loco…”

En Semifinales Alemania derrotó a Francia por 2 a 0 y Argentina a Belgica por idéntico marcador. Los goles de la Selección los anotó un Maradona brillante al que sólo le faltaba un partido para cumplir el gran sueño: “Lo que son las cosas… nadie había creído en nosotros, a lo mejor ni nosotros mismos antes de llegar a México. Y sin embargo estábamos en la final”.

Aquel recordado match se jugó el domingo 29 de junio en el Estadio Azteca de la Ciudad de México. Era un compromiso por de más difícil, sin embargo las cosas comenzaron muy bien y la Selección se adelantó en el marcador dos veces con goles de Valdano y el Tata Brown. Luego, el equipo germano reaccionó y alcanzó la paridad a puro cabezazo, primero fue Rummenigge y luego Rudi Völler. Parecía que el partido se definiría más allá de los 90 minutos pero Argentina tenía un As bajo la manga que recordaba ese momento así: “… estaban muertos, no podían dar un paso más…cuando le puse la pelota, sentí que estaba el tercero. Burruchaga definió a lo grande”.

Y el Burru puso el tercero, el gol del mundial, ese que nos hizo estallar de alegría, el que sirvió para dar la vuelta olímpica en un colmadísimo Estadio Azteca. Fue el gol que le permitió al Diego levantar la copa del mundo y que esa imagen quede para siempre grabada en nuestras retinas.

La anécdota del festejo final queda en palabras de “D10S”:

“En el vestuario empezamos a cantar y no paramos hasta Buenos Aires, yo creo. Cuando llegamos a la concentración del América, todos los jugadores nos dimos la mano y así hicimos la vuelta olímpica. En la cancha donde entrenábamos. Todos juntos, apretados, como el primer día. De sólo acordarme se me pone la piel de gallina…”

Ilustración: Martín Tobaldo Pastore (https://www.facebook.com/martin.tobaldopastore)

Diego González

Diego Gonzalez nació un 11 de agosto del año 1975 en el Hospital Evita de Lanús, exactamente el mismo lugar donde también nació un cara sucia de Fiorito que años más tarde regaría de alegría el suelo argento. Estudió historia, de ahí su pasión por esa rama de las Ciencias Sociales, además de trabajar en una escuela pasa varias horas de la semana metido en el Archivo Histórico de Barracas donde aprendió a desempolvar documentos, libros y fotos. Hace un tiempo estuvo recluido en un retiro espiritual rogándole (quien sabe a quién) que sus neuronas no lo abandonen y se alineen correctamente para poder hacer uso de su pluma en pos de informar y entretener, siempre desde sus tres pasiones: la historia, el fútbol de ascenso y, desde hace algunos años, el fútbol femenino.

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