El deporte marplatense ha sido ejemplo de grandes logros y continúa siéndolo a lo largo de los años; el fútbol no es la excepción. Sin embargo, la ciudad de Mar del Plata vive un cruel presente en cuanto a materia de mantenimiento.
Resulta triste observar hoy un estadio como el José María Minella, uno de los escenarios en aquel recordado Mundial de 1978, abandonado y deteriorado, casi como quedado en el tiempo. Lo peor es cuando en la Municipalidad de la ciudad se sabe esto, pero no se hace nada.
Para empezar, el problema más grave está en las torres de iluminación, cuyo material, al igual que en parte de los alambrados de los alrededores, está visiblemente oxidado. De hecho el propio Gerardo Robles, trabajador municipal y delegado del STM (Sindicato de Trabajadores Municipales), aseguró a Cazador de Noticias que si esto no recibe atención inmediata, podrían caerse.
Aseguró que las torres se encuentran colapsadas, sus bases rajadas y que hace ya dos años vienen informando de esta cuestión. Además agregó que el riesgo de caerse que tienen es inminente ¿Se está acaso esperando que ocurra una tragedia para ocuparse de esto?
Pero esto no es todo, también informó que al techo de la platea que tiene el estadio se le están soldando fierros como si se tratara de una estructura común, cuando allí uno sostiene al otro. La ciudad se merece un escenario mejor más aún sabiendo que allí juegan los dos clubes hoy más grandes de la zona como Aldosivi y Alvarado y que incluso uno requiere un lugar digno de Primera División.
Foto: Fotomontaje RDF