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#Ídolos: Con Garrafa a todos lados

Recordado por su clase con la pelota y por vivir la vida en sus términos dentro y fuera de la cancha, José Luis “Garrafa” Sánchez quedó en la memoria de todo el fútbol argentino. Es por eso que hoy, repasamos la historia de este ídolo del Taladro.

A la hora de hablar de idolos banfileños rapidamente se puede pensar en jugadores que hayan formado parte del equipo que salió campeón por primera vez en 2009, o hablar de Javier Sanguinetti, el jugador que más veces ha vestido la casaca. Pero para todo aquel que lo vió jugar, no quedan dudas que el que mejor representó al club, fue Garrafa.

José Luis Sánchez nació un 26 de mayo de 1974 en la provincia de Buenos Aires. Sus primeros pasos con la pelota fueron en el club de sus amores, Deportivo Laferrere, en donde el mundo del ascenso empezó a familiarizarse con su nombre y con ese apodo que heredó de su padre. Un enganche zurdo, guapo, al que le gustaba pisar la pelota y tirar caños. Sumado a eso, tenía una muy buena pegada y manejaba bien los dos perfiles. Es entonces que, en el 2000, luego de un breve paso por el fútbol uruguayo y haberse alejado de las canchas por cerca de 7 meses, llega a Peña y Arenales.

Hasta el 2005, Garrafa deleitó al público del Florencio Sola con sus goles, asistencias, pisaditas y caños. Fue una pieza clave para el tan recordado ascenso del 2001, en el que Banfield vence a Quilmes y logra llegar a la Primera División. En el partido de vuelta, Garrafa jugó como lo hacía siempre, como si siguiera jugando en un potrero de su barrio y consiguió un penal que luego convirtió un gol y asistió en dos oportunidades.

Pero Garrafa no solo formó parte de aquella gran alegría, porque con Banfield también disputó la Copa Libertadores, algo que el equipo lograba por primera vez en su historia. Sus gambetas llegaron a todos los rincones de América, y ayudaron a que el Taladro llegara hasta cuartos de final de la edición 2004/5. Pero los ídolos no son solo aquellos que saben tratar bien la pelota. A José Luis lo recuerdan por haber sido un tipo humilde, amable, un poco calentón y un gran amante del fútbol. Ese mismo que, luego de su paso por el Taladro, eligió volver a su amado Laferrere a seguir jugando ese deporte que amaba. O aquel personaje que iba a comer asados con los hinchas de los equipos en los que jugaba y después jugaba un picadito, porque el fútbol estaba en todo lo que hacía.

Garrafa jugando un partido con hinchas de Banfield. Fuente: @Eusebio888

Pero la redonda no era su única pasión. Amaba las motos. Disfrutaba la adrenalina de ir rápido. Fueron las motos también las que impidieron que, en 1996, llegara al Boca de Bilardo, pero al Doctor no le entusiasmaba mucho ese amor que el Gordo tenía por las motocicletas. Fue ese mismo vehículo el que le llevó a una muerte muy temprano, cuando en el 2006, luego de tener un accidente, José Luis Sánchez falleció a los 31 años. Pero como lo dicen las banderas que hoy no cuelgan de los alambrados, Garrafa está presente. Presente en espíritu, en la platea que lleva su nombre y en la estatua que lo inmortaliza en el Estadio Florencia Sola.

Como bonus, ¿A cúantos jugadores conocen a los que le hayan dedicado canciones? Porque Martín Alvarado, músico e hincha de Banfield, dejó plasmada la importancia y el valor de Garrafa en su canción “Tema de Garrafa”.

Foto: infobae.com

Franco Rossi

Mi nombre es Franco Rossi, tengo 20 años y vivo en Capital Federal. Soy estudiante de
periodismo deportivo en ETER y disfruto mucho el fútbol, el tenis y el basket. Me gusta tanto el
fútbol que quiero aprender más de él y de la gente que vive de ello, por eso es que elijo ser
periodista deportivo. Agradezco la oportunidad y el espacio que me brindan desde el Rincón
del Fútbol y daré siempre lo mejor de mí. Actualmente me encargo de la información de
Banfield.

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