El tricolor de Río De Janeiro venció anoche en un partidazo al Inter en Porto Alegre por 1 – 2 con goles de John Kennedy y Germán Cano, ambos en los últimos diez minutos de juego. El colorado se había puesto en ventaja gracias al tanto de Gabriel Mercado en el minuto nueve del primer tiempo. Será la segunda final de Libertadores en la historia de Fluminense.
Con un Beira – Río a reventar se dio comienzo al segundo partido de la serie de semifinales entre Internacional y Fluminense. Con un resultado parcial de 2 – 2 por lo ocurrido en el Maracaná en el partido de ida, las ilusiones de ambos equipos e hinchadas estaban intactas. Una vez que el partido se puso en marcha, el equipo local de Eduardo Coudet se hizo cargo de todas las acciones del juego. Mucho más cuando a los 9’ Gabriel Mercado conectó de cabeza tras un córner desde la izquierda y mandó el balón contra el fondo de la red para poner el 1 – 0 en el inicio de la noche brasilera.
Fluminense sufría el partido después de esta desventaja, porque los de Fernando Diniz no tenían manera de recuperar la pelota, y en un equipo que tiene como principio rector la posesión, cuando no la consigue está sin rumbo. Así se lo veía al visitante en todo este primer tiempo. Inter tuvo en los pies de Alan Patrick la posibilidad del segundo gol, porque el número 10 tuvo terreno despejado para avanzar de frente al arco con la pelota en sus pies hasta llegar al área en donde tenía opciones de pase pero el capitán la quiso colocar de zurda y la envió afuera.
Para el segundo tiempo Fluminense salió con cambios que fueron fundamentales para que los de Río se reencuentren con sus mejores sensaciones: Ingresó el delantero John Kennedy por Felipe Melo y Matheus por Alexsander. Estas modificaciones tuvieron un rápido impacto en el partido porque además de nombres, los cambios también fueron tácticos.
Pese a esto el Inter seguía teniendo las chances más claras de la noche, porque Enner Valencia a los 67’ tuvo una gran corrida desde mitad de cancha dejando atrás a todos los mediocampistas del Flu, el ecuatoriano llegó hasta el área y cuando estaba a punto de rematar se encontró con un gran quite de Nino que le robó de manera impecable la pelota. Tres minutos más tarde, otra vez el ecuatoriano tuvo una jugada muy clara, esta vez de cabeza después de un centro clínico de Alan Patrick.
Para completar una noche negra para Valencia y para todo Internacional de Porto Alegre llegó otra nueva chance de absoluta claridad para poner el segundo liquidando así la serie. Fue a los 77’ cuando Enner se fue mano a mano con Fabio, el delantero pisó el área y definió muy mal porque la redonda se fue directamente hacia uno de los costados del arco.
Estas jugadas no serían de semejante importancia si en los últimos diez minutos de juego no hubiera ocurrido lo sucedido. En primera instancia llegó el empate, tras una muy buena jugada colectiva que puso a Germán Cano asistiendo a Kennedy que quedó mano a mano con Rochet, el brasileño la picó de manera exquisita para decretar el 1 – 1 en el partido y el 3 – 3 en la serie. Este empate ya era una sorpresa por lo acontecido durante toda la jornada.
Pero el fútbol es magnífico y siempre puede sorprender aún mas, o ya no sorprender, dependiendo donde se ponga la mirada. La cuestión es que tras otra buena jugada de sus atacantes, la pelota le quedó al oportunista y goleador Germán Cano que falla poco, muy poco. El argentino la colocó contra un palo para el delirio de todo Fluminense. Era el 1 – 2 en el 87’ y el pase a la gran final de América. Tuvo el Inter una nueva chance desperdiciada en el 95’ por un cabezazo del ingresado Luiz Adriano que Fabio sacó de gran manera.
El juez central se llevó el silbato a la boca para dar por finalizado el juego y desatar la alegría máxima para unos, como así también la otra cara de la moneda para otros. Baldazo de agua helada para toda la gente local, porque tras 13 años tenían la posibilidad de volver a jugar una final de Libertadores, pero pagaron muy caro la ineficacia. En cuanto al tricolor de Rio, estará buscando su primer título de Libertadores nada más ni nada menos que en su propia cancha, el Maracaná. Una oportunidad histórica que solo se presenta una vez.
Foto: Telefé Digital
Redacción: Juan Bovone
