El padre de los melllizos fue además presidente interino de Gimnasia en 1983 al ser el vocal con mayor antigüedad como socio ante las renuncias del presidente y los vices. Desde el verano estaba internado en la clínica Ipensa luchando contra el covid.

Antes de ser el papá de Guillermo y Gustavo Barros Schelotto, Hugo ya tenía una vida en Gimnasia. Médico del plantel profesional, dirigente, cuando los mellizos era apenas dos pulgas que jugaban en la canchita de 7 del Bosque, 80% tierra y pasto a los costados, su papá debió afrontar el caos generado por las deudas y la mala campaña del equipo en la B. La renuncia de Coco Sánchez y de sus vicepresidentes lo convirtieron en titular del club, al que llevó a la salida democrática con una nueva CD encabezada por Héctor Atilio Delmar. Cuentan quienes vivieron esos días que ante los reclamos de acreedores, Hugo desandó el puñado de cuadras desde la sede hasta su casa de Plaza Rocha y volvió con la escritura de su casa como garantía de que Gimnasia iba a cumplir.
Disfrutó de la gran familia que armó con Cristina: sus hijos, Pablo (también médico, fue arquero en las juveniles mens sana), Carolina (política), Guillermo y Gustavo. Entre los muchos nietos, se dio el gusto de ver debutar en la primera del Lobo a Juan Cataldi y ojalá se haya enterado de que Bautista Barros Schelotto también inició su camino en el fútbol profesional. Jurado de Honor en tiempos de Cacho Delmar, acompañó a Salvador Robustelli como primer candidato a vocal titular por “Convergencia Gimnasista” en las elecciones de fines de 2019.
Tripero y futbolero en ese orden, Hugo fue un gran tipo. Simple, amable, siempre a disposición para un minuto de charla (que siempre se convertían en varios), siempre dispuesto para Gimnasia. Su apellido ha quedado indisolublemente ligado al Club por lo hecho por sus hijos. Sin embargo, por propias acciones de Hugo, ya Barros Schelotto no era un apellido más.
En estos tiempos de tragedia colectiva -a veces solamente comprendida cuando las balas pican cerca- el dolor de la familia gimnasista es mayúsculo. Se fue uno de los buenos. Y no alcanza pensarlo en la tercera bandeja del Bosque para mitigar esta tristeza.
