Excursionistas, astuto y efectivo, sacó provecho de los errores de Talleres

Excursionistas dio el gran golpe en Escalada. Con mucha efectividad y oportunismo y una gran actuación del arquero Iriarte (foto), sumó su segundo triunfo en el torneo y comienza a creer que el sueño de consolidarse en la categoría no es una utopía. Talleres, en cambio, quedó navegando entre la decepción y la duda. Por momentos, el equipo que conduce Cristian Aldirico exhibe un fútbol muy vistoso, tiene jugadores de buen pie y un goleador temible como Daniel Vega, pero otra vez volvió a pagar un alto precio por su ingenuidad defensiva. Le pasó hace muy poco cuando lo goleó Acassuso y esta vez volvió a sufrir por lo mismo. El albirrojo entró dormido y al minuto y medio Excursio le cobró la primera factura. Rápido contrataque, centro atrás y fuerte derechazo del volante Semería, que clavó la pelota en la red. Talleres trató de asimilar el mal trago e intentó cambiar la historia rápidamente. Salió a buscar con mucha determinación y enseguida comenzó a generar situaciones de peligro en la valla visitante. Vega, Martín Blanco y Enzo Baglivo tuvieron buenas oportunidades para convertir, pero el arquero Iriarte respondió con excelentes invertenciones. Daba la sensación de que el empate no iba a demorar mucho, pero a los 18 minutos otra siesta defensiva de los locales derivó en una escapada de Leguiza, que quedó mano a mano con el arquero Zeiden, lo dejó en el camino y empujó la pelota al gol: 2 a 0 y sorpresa en el sur.
Con esa ventaja en la mochila, Excursio creció en confianza. Orsi manejaba los hilos del juego en el medio y asustaba cada vez que metía pelotazos largos para Vivanco y Leguiza, los dos tanques de arriba, y Semería desequilibraba casi siempre con sus proyecciones por izquierda.
Talleres perdió empuje y cayó en zonas de confusión, pero cerca del final de la primera etapa volvió a meterse en el partido con el penal (falta contra Martín Blanco) que “Trapito” Vega transformó en gol.
En la segunda parte, los visitantes se replegaron notoriamente y apostaron a cuidar la diferencia con un férreo cerrojo defensivo. Talleres asumió la iniciativa, lo acorraló y dispuso de una inmemorable situación a los 23 minutos con un nuevo penal, pero esta vez Iriarte le ganó el duelo a Vega y desvió la pelota al corner. Tras ese tiro de esquina, el arquero se lució nuevamente al taparle un potente cabezazo a Ezequiel Noblea. Ya era la figura indiscutida de la tarde-noche. Los minutos restantes se jugaron con mucho nerviosismo. Talleres no bajó los brazos y siguió buscando frente a un rival que aguantaba como podía y trataba de enfriar y frenar el juego apelando a habituales artimañas, como las simulaciones de calambres y cosas por el estilo, hasta que el pitazo final, tras cinco minutos de juego adicionado, selló una victoria muy celebrada por el equipo del Bajo Belgrano.