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#Ídolos: Elías Gómez: “Lo mejor que me pasó en el fútbol es haber llegado a Barracas”

Son tiempos de cuarentena donde, inexorablemente, se nos presenta en nuestras vidas el desafío de recurrir a nuevos hábitos. Retomar la lectura, como un hábito olvidado, puede ser un buen recurso. Otro es escribir. Y quienes formamos parte de El Rincón del Fútbol hacemos uso de esta práctica, embarcándonos en la tarea de visibilizar a los ídolos de cada club de nuestro fútbol de Ascenso masculino. En mi caso, me adentré en Barracas Central y en esta nota vamos a conocer a uno de sus emblemas: Elías Gómez.

Víctor Elías Gómez nació un 13 de septiembre de 1986. Se crió y vive en Lanús, en un barrio llamado Villa Caraza. Un barrio que me resulta muy familiar, ya que fue en esas calles donde yo mismo me crié y crecí. Una gran coincidencia que surgió cuando comenzamos el intercambio de palabras. Sin embargo, no fue la única, porque Elías jugó al “Baby fútbol” en varios clubes donde mis débiles y entumecidas piernas intentaron, en algún momento, dar un pase o rematar al arco: “Arranqué a jugar en un club de barrio a los 5 años, en el Club Juventud Unida de Villa Giardino. Vivía en un barrio muy precario y mi mamá me quiso llevar a jugar a la pelota para que me distraiga un poco y para no estar en la calle. A los 6 me fui a un club que se llama Talleres de Escalada, estuve un año ahí y a los 7 años, fui al club Presidente Quintana. Allí hice todo lo que es el fútbol de “Baby”, en cancha de 6, y terminé de jugar a los 12 años, que es cuando se termina el fútbol infantil”.

El Loco y una visita a su querido Club Quintana, en diciembre de 2014. Foto: Facebook Club Presidente Quintana

Lo importante no es llegar, lo importante es el camino

A Elías lo apodan El Loco y es parte de él desde aquellos primeros años junto a la redonda. Cuando su recorrido por el fútbol infantil estaba a punto de culminar, comenzó a atajar en Los Andes. La institución lomense fue testigo de sus primeros pasos en el fútbol de once y, además, quien le dio el pase a Huracán a cambio de una cantidad de pelotas. Junto a su hermano, el Loco mudó sus guantes a Parque Patricios: “Empecé a jugar en cancha de 11 a partir de Novena División. En Sexta ya debuté en Primera, con 16 años”.

Los recuerdos de esos años en El Globo son muchos y algunos muy particulares que muestran claramente las circunstancias vividas: “Uno se acuerda de los compañeros que tuvo, cuando ibas a la Quemita a entrenar o cuando tomabas el colectivo. Tenía dos colectivos desde mi casa, tomaba el 9 y después el 46 o el 193. Viajaba con mi hermano. A nosotros ya nos conocían los colectiveros, y a veces tratábamos de no pagar el boleto para después, a la vuelta, comernos un pancho en Pompeya. En ese momento estaba 1 peso y con papas fritas estaba 1, 50”, recuerda Elías mientras se sonríe.

En Huracán fue parte del plantel dirigido por el Turco Mohamed que logró el ascenso a Primera División: “El ascenso con Huracán fue lo más lindo que nos pasó. Cuando voy a ver a Huracán, la gente te reconoce y sabe que uno pasó por ahí”.

La necesidad de jugar lo llevó a Tristán Suárez en el año 2007, fue a préstamo para formar parte de un equipo que en ese momento militaba en la Primera B: “Llegué a un club muy ordenado, muy cómodo en todo sentido. Para un jugador que asciende a Primera, no es fácil bajar a un equipo de la B, porque son distintas cosas y es difícil adaptarse. Al principio me fue bien, después me relajé y no me fue tan bien. Son las experiencias que te da la vida y esas cosas uno las tiene que agarrar para bien y no volver a cometer los mismos errores”.

Al final de este período, al Loco se le complicó el panorama. Mientras en Tristán Suárez no le renovaron el préstamo, en Huracán se le terminó el contrato. Entonces ¿Cómo sigue su camino? Con el llamado de Juan Carlos Kopriva para jugar en Brown de Adrogué: “Estuve un año y  jugué un solo partido (se sonríe). Me tocó sumar desde otro lado, desde el lugar de ser suplente. Siempre de la mejor manera, siempre sumando, nunca restando y creo que eso llevó a que Juan Carlos después me tuviera en cuenta para ir a Barracas”.

Eso que llevas en tu corazón

 “El profesionalismo que tuve en ese momento para entrenar, para sumar adentro del grupo, son cosas que hice bien” comenta el guardameta. Y tan bien las hizo que Kopriva lo tuvo en cuenta, una vez más. Fue cuando el Vikingo agarró el mando de Barracas Central que, en esos momentos, jugaba en la Primera C. Un 22 de diciembre del año 2009, Elías Gómez comenzaba a escribir un nuevo capítulo en el libro de su vida, el más extenso, el de las grandes alegrías.

En ese torneo, el Guapo terminó en lo más alto de la tabla consiguiendo 21 triunfos, 10 empates y 7 derrotas. Fue una cosecha de 73 puntos, la misma cantidad obtenida por Excursionistas. Indefectiblemente, el ascenso debió dirimirse en cancha de Atlanta con una súper final. Un gol de Carlos Salom en el tiempo de descuento permitió lograr el campeonato y Barracas Central volvía a jugar en la Primera B luego de 61 años.

El festejo por el ascenso a la Primera B. Foto: Prensa Barracas Central

Así lo recuerda el Loco: “Te quedan lindos recuerdos de los compañeros, como el Bocha López, Pablo Lambermont, Orfila, el Tatita Brown… Son cosas lindas que uno vive, momentos únicos que te llenan de alegría. El gol de Salom fue en el momento justo y sirvió para el ascenso. Son cosas lindas que te da el futbol y quedás en la historia. Marcaste algo lindo, dejaste algo en el club y eso es lo más importante: siempre dejar algo”.

En el año 2017, con Barracas Central afirmado en la tercera categoría del fútbol argentino, a Elías le tocó emigrar hacia otro club, ya que no iba a ser tenido en cuenta por Blas Giunta, quien había asumido la Dirección Técnica del equipo: “Lo llame a Blas y me dijo, con sinceridad, que la prioridad la iba a tener Pablo (Migliore) porque era un arquero con trayectoria. Yo lo supe entender y en ese momento dije que me tenía que ir porque necesitaba jugar. Sé cómo es el fútbol, si no jugás un año después está difícil conseguir trabajo. Y bueno, tomé la decisión, la más dolorosa y me tocó irme un año”.

Elías con los colores de Talleres. Foto: www.inforegion.com.ar

Mil historias se esconden detrás de los jugadores de fútbol. Algunas hasta increíbles. Tal vez, la de Elías Gómez se pueda inscribir entre ellas. Y acoto esto porque, luego de jugar una temporada en Talleres de Remedios de Escalada, regresó al Guapo para volver a escribir un nuevo capítulo glorioso de su libro. Fue parte de la mayor hazaña del club a lo largo de su historia: el primer ascenso a la B Nacional: “La verdad que ese equipo va a quedar en la historia del club y en la historia del fútbol también por la cantidad de puntos que hicimos y por como jugaba el equipo. Sin dudas fue uno de los mejores del campeonato y de la historia del club. Dejamos una huella grande para lo que es Barracas Central”.

Doy fe de lo que dice el Loco, fui testigo privilegiado de ver como jugaba aquel team comandado, primero, por Alejandro Nanía y luego por Salvador Daniele. Un equipo que salía a jugar de memoria, que vapuleaba a sus rivales y que tuvo varias figuras, entre ellas al arquero. Tan buena fue la campaña que logró el ascenso seis fechas antes de que se termine el torneo, luego se consagraría campeón.

El grito sagrado ¡Barracas Campeón! Foto: Nahuel Ventura

“Barracas para mí es todo. Es toda mi carrera futbolística, ya hace 11 años que estoy en el club y la gente me quiere mucho. Hoy soy lo que soy y tengo un nombre en el fútbol gracias a Barracas. Y gracias a Chiqui (Tapia) también. Porque soy un agradecido al que era Presidente del club porque, como siempre se lo digo a todo el mundo, él es como un padre para mí. Siempre tiene buenas palabras hacia mí, me aconseja y esas cosas son muy valorables. Sentirse así querido es lindo, porque eso quiere decir que uno, aparte de responder en la cancha, hace las cosas bien afuera de ella”.

¡Y vaya si las hace bien! Cuando uno se acerca a ver fútbol a Olavarría y Luna, escucha lo que el hincha piensa de su arquero, se palpa el cariño y la admiración que el Loco genera en la gente. Cuando se le pregunta qué fue lo mejor que le pasó en el fútbol, no lo duda: “Haber llegado a Barracas”.

Gómez lleva 361 partidos jugados en el Guapo, de los cuales 353 son por torneos locales y 8 por Copa Argentina. El ídolo de su infancia fue José Luis Chilavert: “Cuando yo era chico miraba mucho a Chilavert. Traté de observarlo y después traté de llevarlo a la práctica (se sonríe). No lo conocí personalmente, pero adentro de la cancha era un monstruo”. No viene al caso recordar cuantos goles marcó el paraguayo, pero sí tener presente que, al igual que aquel, el Loco anotó algunos, más precisamente 6 y todos de penal.

El equipo inolvidable en una noche de Copa Argentina. Foto: Prensa Barracas Central

El mejor momento aún no vino, está por llegar…

Y sobre el final aparece, inevitablemente, tocar el tema de su futuro. Me comenta que es DT en un club llamado Marplatense, también, en Lanús. Dirige a las categorías 2008 y 2010 y hacia allí apuntarán los nuevos capítulos del Loco: “Hice el curso de técnico y hace un año lo terminé. Ojalá que me dé el tiempo para jugar 3 o 4 años más y después quiero estar ligado al fútbol, ser Técnico. Yo pienso que esas cosas llevan su tiempo, hay que darle mucha responsabilidad”.

Se puede observar esa faceta cuando se lo ve jugar. Es Capitán del equipo y, sin dudas, el técnico dentro del campo de juego. El Loco grita, ordena y ataja. También decora ese futuro con sueños y me cuenta que el más grande de ellos es llegar a Primera División vistiendo la camiseta de Barracas Central.

Y en este punto Elías no se impacienta, porque no es una persona a quien la desesperación pueda llegar a invadirla: “Yo soy así, es mi manera de ser. Soy un tipo tranquilo. Un chabón que no le gusta tener problemas con nadie, que siempre trata de apaciguar las cosas, ponerle paños fríos, que trata de unir y no de destruir. Si se puede, siempre dar una mano al que lo necesita. No soy mala persona, soy un tipo normal, un tipo que le gusta estar en su casa, estar en su barrio con la gente del barrio. No me gusta, tampoco, andar llevándome el mundo por delante, soy un chabón muy tranquilo”.

Este es Elías Gómez. Emblema barraquense, un ídolo, con todas las letras.

Agradezco a Gonzalo Chan, integrante del Dep. de Prensa de Barracas Central, por aclararme algunas dudas y sumar sus invalorables datos.

Foto principal: Instagram @lanuscagoalkeepergloves

Diego González

Diego Gonzalez nació un 11 de agosto del año 1975 en el Hospital Evita de Lanús, exactamente el mismo lugar donde también nació un cara sucia de Fiorito que años más tarde regaría de alegría el suelo argento. Estudió historia, de ahí su pasión por esa rama de las Ciencias Sociales, además de trabajar en una escuela pasa varias horas de la semana metido en el Archivo Histórico de Barracas donde aprendió a desempolvar documentos, libros y fotos. Hace un tiempo estuvo recluido en un retiro espiritual rogándole (quien sabe a quién) que sus neuronas no lo abandonen y se alineen correctamente para poder hacer uso de su pluma en pos de informar y entretener, siempre desde sus tres pasiones: la historia, el fútbol de ascenso y, desde hace algunos años, el fútbol femenino.

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