El Raulino de Olivera del Volta Redonda será escenario del decisivo duelo.
El clásico Fluminense-Flamengo por la 30° fecha del Brasileirao se jugará este jueves en el estadio de Volta Redonda, un club de la liga carioca que este año logró el ascenso a la Serie C. El dato seguramente sorprende a cualquier observador argentino, ya que sería impensable, por ejemplo, imaginarse un Boca-River en la cancha de Comunicaciones o en la de Defensores de Belgrano, pero en Brasil aún los equipos más modestos cuentan con importante infraestructura en sus estadios. El Raulino de Olivera (foto), que es la casa del Volta Redonda, está ubicado en el municipio homónino, a 100 kilómetros de Río de Janiero, y tiene capacidad para recibir a 20 mil espectadores . La localía del partido corresponde a Fluminense, que negoció infructuosamente la posibilidad de jugarlo en el Maracaná. Sucede que el emblemático estadio brasileño está todavía bajo arrendamiento de la organización de los Juegos Olímpicos y será devuelto al Estado de Río de Janeiro, su administrador, a fines de este mes. La dirigencia del club tricolor trató de obtener un permiso excepcional para usarlo en esta ocasión, pero la solicitud fue denegada. Como segunda opción se manejó el estadio Arena da Ilha, ubicado muy cerca de la Bahía de Guanabara, donde hace las veces de local Botafogo, pero los dirigentes de este club se negaron a cederlo argumentando razones comerciales. Frustrada las chances de que el clásico se pudiera jugar en Río, se acordó ir a Volta Redonda. En la primera rueda, cuando el local fue Flamengo, jugaron en la ciudad de Natal y el duelo finalizó con victoria de Flu 2-1. Flamengo pelea por el título del Brasileirao. Está segundo con 57 puntos, a tres unidades del líder Palmeiras. Fluminense, en tanto, está quinto con 46 puntos y por el momento clasifica para el repechaje de la Copa Libertadores 2017. Pero no puede descuidarse. Tiene muy cerca a Botagofo, Corinthians y Gremio, que también pugnan por acceder a ese premio consuelo.
(Foto: Fimdejogo.com.br)