Burnley parece ser otro equipo ante la salida de su histórico entrenador Sean Dyche y en un gran partido por el postergado de la Fecha 30, venció a Southampton gracias a los goles de sus defensores, en quizá, el mejor partido que se le haya visto jugar a la ultima línea del equipo. Por su parte, los Santos, sumergido en un presente demasiado irregular,tendrán que sumar algunos puntos mas si quieren seguir siendo un equipo Premier en la próxima temporada.
En la previa se sabía que había muchas cosas en juego en este partido y ambos equipos dieron un buen espectáculo para el público neutral. Pero los locales pudieron plasmar en el tanteador las oportunidades creadas y se quedaron con tres puntos fundamentales en su lucha por evitar el descenso, algo que parecía poco probable hasta hace unas fechas cuando no paraban de perder.
La primera del partido iba a ser para la visita, a los 7’ del primer tiempo, un córner desde la izquierda bien ejecutado y un cabezazo de Oriol Romeu que pasaba bien cerca del travesaño.
La respuesta iba a ser rápida y letal para los locales porque a los 11’ un gran movimiento del lateral Conor Roberts en ataque, que movió todo el cuerpo para simular un pase a Weghorst que picaba al vacío , le permitió quedar perfilado para la zurda y saco un disparo desde la puerta del área grande, inatajable para Forster y era el 1-0 para Burnley.
El tanto fue una inyección anímica para el equipo que, en la jugada siguiente, ni bien Southampton saco del medio, robo el balón y McNeil condujo casi hasta la puerta del área, donde puso un pase milimétrico a Weghorst, que remato pero su tiro lo detuvo el arquero. Los dirigidos por Michael Jackson eran superiores a su rival y buscaban el segundo tanto, que llegaría casi en el cierre de la primera etapa, con un tiro de esquina desde la izquierda del ataque local, en los pies de Brownhill, que se fue cerrando de a poco y Nathan Collins salto mas alto que todos para que de cabeza, anotar el segundo gol del partido, a los 43’.
En el complemento no paso mucho más, pero hubo un momento en el cual, Burnley supo que ganaría el partido, fue en el minuto 66 cuando un centro desde la izquierda ataque visitante, quedo en los pies de Che Adams, que no dejo picar la pelota y le entro con la cara interna del botín derecho, con la suerte de que Nick Pope estaba en el lugar y pudo despejar la pelota al córner. Esa fue la chance mas concreta que tuvieron los dirigidos por Hasenhuttl en la segunda parte, pero el destino le tenia ya preparada esta victoria a los clarets que siguen luchando por su permanencia en la máxima categoría.
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