Ingeniería de punta para los de Manuel Pellegrini, que derrotaron 5-4 a Valencia desde los 12 pasos y levantaron el tercer trofeo de Su Majestad en su historia.
A contramano de lo que se ve habitualmente en España, ni Barcelona ni Real Madrid ni tampoco el “Aleti” formaron parte de la definición de la 118 edición de la Copa del Rey. La primavera le trajo flor de regalo a Real Betis, que en el Estadio de la Cartuja en Sevilla, venció 5-4 por penales a Valencia luego de empatar 1-1 durante 120 minutos, para coronarse campeón luego de 17 años.
El “Verdiblanco” había dado el golpe ante su clásico rival citadino en un accidentado encuentro por los octavos de final y se floreó frente a Real Sociedad en cuartos, con un contundente 4-0. En las semis dejó en el camino a Rayo Vallecano y se metió en la final, que no disputaba desde la temporada 2004-05.
Por su parte, los “Ches” habían despachado a Atlético Baleares y Cádiz en octavos y cuartos respectivamente, para luego afrontar una dura batalla con Athletic Bilbao, a quien pudieron doblegar en las semifinales.
Los de José Bordalás distan mucho del equipo que se codeaba con los grandes de Europa y que se posicionaba como la “tercera vía” en España. Décimo en el certamen ibérico y con nulas aspiraciones a regresar a un torneo continental: era la oportunidad de levantar un título luego de 3 años.
El estilo que el ingeniero Manuel Pellegrini supo inculcarle al elenco “bético” ya lleva su marca registrada. En el quinto peldaño de la tabla y con el sueño intacto de arrebatarle a su archirrival Sevilla el protagonismo europeo bien ganado desde hace años.
A los 11´ llegó la primera explosión del fútbol. Escalada de Héctor Bellerin por derecha y un centro al punto del penal para el soberbio cabezazo de Borja Iglesias, que combinó potencia y precisión y dejó sin recursos al portero georgiano Mamardashvilli.
Se jugaba como se vivía y la intensidad crecía con el correr de los minutos. Cada pelota se disputaba como si fuese la última y el colegiado Alejandro Hernández tuvo que advertir a los protagonistas sobre el exceso de vehemencia.
Y a la media hora vino la paridad con un descuido de la defensa sevillana. Pase filtrado de Ilaix Moriba para un Hugo Duro que se escapó al control de la defensa. Carrera en soledad para el delantero nacido en Getafe y exquisita definición con una preciosa vaselina por sobre el achique de Claudio Bravo.
Betis casi recupera la ventaja con un derechazo rasante de Juanmi desde el borde del área pero el balón fue devuelto por el poste, luego que Mamardashvilli la desviase con la punta de los dedos.
La pierna fuerte estaba a la orden del día y el entusiasmo inicial se fue apagando al acercarse la hora señalada. No se modificó el marcador en 90 minutos y fue necesario disputar 30 más.
Tampoco se inclinó la balanza del score en el suplementario y la corona de Su Majestad debía decidirse desde los 12 pasos. Arrancó pateado Valencia y tanto Carlos Soler, Ure Racic como Goncalo Guedes acertaron, al igual que Willian José, Joaquín y Andrés Guardado del lado “bético”.
Llegó el turno del estadounidense Yunus Musah y el homenaje a Tom Brady que no debió ser: disparo muy alto como si fuese propio del Super Bowl y la chance para los andaluces de pasar al frente. Tello aprovechó el envión anímico y José Gayá después lo emparejó. Faltaba el quinto penal y la gloria estaba en los pies de Juan Miranda.
El muchachito de 22 años – oriundo de Olivares – lo ejecutó como un veterano. Dicen que el zurdo le pega fuerte y cruzado pero este niñato la acarició con sutileza y la depositó junto al vertical de la mano diestra del arquero georgiano que eligió el otro palo. Grito sagrado y delirio desatado para una marea verde y blanca que cubrió entera a una ciudad que sólo celebraba en clave roja.
“Yo no quiero vestirme de rojo”, cantaba Charly García junto a León Gieco y Sevilla ahora es “verdiblanca”. El Ingeniero Pellegrini lo hizo posible y sus muchachos se pusieron manos a la obra para construir una de las noches más felices de su historia. Real Betis se lleva la Copa del Rey a sus vitrinas por tercera vez en su historia (1977 y 2005 las anteriores).
“Dulces días, dulces ratos, los que en Sevilla se gozan”, escribía el poeta Miguel de Cervantes en “El rufián dichoso” y Real Betis tocó el cielo con las manos en una noche mágica. Y no hizo falta luchar contra molinos de viento, porque lo que parecía una utopía en un tiempo no tan lejano, ya es una realidad para este equipo que ya nos regala su prosa futbolera.
Por Emiliano Schiavi / @ejschiavi
Síntesis:
Real Betis (1) (5): Bravo; Bellerin, Pezzella, Bartra y Álex Moreno; Sergio Canales (Tello), Guido Rodríguez, William Carvalho (Guardado) y Juanmi (Joaquín); Fekir (Ruibal) y Borja Iglesias (Willian José). DT: Manuel Pellegrini.
Valencia (1) (4): Mamardashvilli; Foulquier (Musah), Diakhaby, Gabriel Paulista y Alderete; Guillamón (Racic), Moriba (Thierry Correia), Hugo Duro (Bryan Gil) y Gayá; Soler y Guedes. DT: José Bordalás.
Goles: Borja Iglesias (11´) (BET) y Hugo Duro (30´) (VAL)
Árbitro: Alejandro Hernández
(Foto Principal: @RealBetis)