Boca logro un agónico triunfo por 2-1 sobre Tigre que le permite mantener la ventaja de 8 puntos sobre Talleres. Cardona y Jara marcaron para el “Xeneize” mientras Pérez Acuña descontó para la visita. El puntero no jugó bien pero llega entero a la final con River. Wilmar Barrios, la figura.
“Por eso en tu total fracaso de vivir, ni el tiro del final te va a salir”, reza el tango “Desencuentro” del gran Aníbal Troilo. Eso parecía que iba a suceder en la Bombonera cuando Reynoso dejó su remate en las manos de Chiarini en el cuarto minuto del adicionado… Parecía… porque del rebote que capturo el intratable Wilmar Barrios nació el desahogo total en la Boca.
La foto central que acompaña esta nota narra como pocos lo que valió este triunfo para Boca. Un Guillermo completamente enloquecido al ver cómo la pelota besaba la red con esa barrida de Leonardo Jara. Un Guillermo generalmente serio, que no deja ver sus emociones, esta tarde explotó. Sino hay que retrotraerse al clásico en el Monumental con victoria por 4-2 el año pasado. O más atrás aún, al pase a semifinales de la Copa Libertadores 2016 cuando en una dramática definición por penales se dejó en el camino a Nacional de Uruguay.
Es que lo único que importaba era ganar. Para mantener la distancia sobre Talleres. Para desterrar cualquier esperanza de acercamiento de los perseguidores si el partido terminaba empatado. Para sobrellevar el duro golpe que significó el empate del conjunto de Victoria a 2 minutos del final. Y sobre todo las cosas porque el miércoles se viene River en un partido a todo o nada y había que llegar con el ánimo bien arriba. Y vaya si va a ser así.
El centro de Ábila que con la punta de su pie empujó al gol de Jara desató un desahogo que hace mucho no se veía en la atmósfera azul y oro. Es que todos eran conscientes de la importancia de obtener los 3 puntos sin importar el “cómo”. Y la verdad es que el “cómo” dejó muchas dudas, algo que se viene sucediendo hace varios partidos. Pero se repite: Boca tenía que ganar y ganó. Luego del partido con River, que marca un antes y después, y un lastre que se van a sacar de encima ambos, seguramente el “Xeneize” mejore, está obligado a mejorar.
Cuando uno analiza lo acontecido en la Boca es simple hacer una síntesis en una frase: el local parió el triunfo. Ante un rival muy tímido, con pocos argumentos, que le cedió el protagonismo, el “Xeneize” sufrió más de la cuenta para poder doblegarlo.
Antes de la apertura del marcador con un penal convertido por Cardona (tras falta a Pavón), a Boca le costó muchísimo generar juego. Careció de ideas y profundidad. Se mostró nervioso e impreciso. Pablo Pérez que había arrancado bien se fue apagando y entrando en las protestas. Pavón erraba más de lo que acertaba. Tévez, a pesar de buscar desequilibrar siempre, no tenía lucidez. Nández era más ganas que fútbol. Cardona por el costado izquierdo era el único que lograba algo de desequilibrio acompañado por un Wilmar Barrios que fue el alma de un equipo desordenado. Un Barrios que cada día es más ídolo por el Riachuelo.
Luego del 1-0, Boca contó con más espacios para liquidar el partido con los contraataques que generó. El uruguayo Nández tuvo una clarísima con un remate que impactó en el travesaño. Parecía que el partido moría con el triunfo por la mínima para el puntero, porque más allá de los cambios ofensivos realizados por el “Lobo” Ledesma, Tigre no tenía ni una idea para acercar peligro hasta el arco de Rossi. Sin embargo, a los 43, un centro de Luna fue despejado defectuosamente por Magallán quedándole la pelota servida a Pérez Acuña que con un potente tiro estableció el 1-1.
El desconsuelo y la bronca se adueñaron de todo y todos. El rostro de Guillermo así lo marcaba. A pesar de jugar mal, el empate no era un resultado justo para el local, que aún con muchas deficiencias siempre buscó. El empate tenía un sabor muy amargo para el puntero.
Pero a la inversa del tango de Troilo, esta vez el tiro del final sí salió para Boca… Luego del rebote de Chiarini ante el remate de Reynoso, un Barrios que estuvo en todos lados; capturo el balón en la puerta del área, habilito a Wanchope que sin egoísmo asistió a Jara para un gol que aún se grita en la Boca.
Boca sigue encaminado rumbo a un bicampeonato que no tendría que escaparse. Aunque aún le quedan partidos de panorama complicado (el próximo fin de semana visita al siempre difícil Tucumán, más adelante queda el cruce con el escolta, Talleres, y el clásico con Independiente) y el nivel de juego no conforma, una catástrofe impediría un nuevo título para Guillermo y compañía.
Pero mucho antes que eso está River, ese clásico que se venía espiando en el calendario desde que el “Millonario” obtuvo la Copa Argentina. Y al que sólo le faltan 4 días para que llegue. Y como todo clásico, no es uno más. Y este tampoco lo será. Por la Boca quieren festejar y a lo grande en Mendoza.
Imagen destacada: Ole
SÍNTESIS
Boca: Agustín Rossi; Leonardo Jara, Paolo Goltz, Lisandro Magallán y Frank Fabra; Nahitan Nández, Wilmar Barrios y Pablo Pérez; Cristian Pavón, Carlos Tevez y Edwin Cardona. DT: Guillermo Barros Schelotto.
Tigre: Julio Chiarini; Matías Pérez Acuña, Alexis Niz, Ignacio Canuto y Ezequiel Garré; Lucas Menossi y Agustín Cardozo; Matías Pérez García, Diego Morales y Lucas Janson; Denis Stracqualursi. DT: Cristian Ledesma.
Goles en el segundo tiempo: 28m. Cardona de Penal (B), 43m. P. Acuña (T) y 49m. Jara (B).
Cambios en el segundo tiempo: 14m. Federico González por Stracqualursi (T), 30m. Emanuel Reynoso por Pérez (B), 34m. Iván Bolaño por Morales y Carlos Luna por Janson (T), 42m. Ramón Ábila por Tévez (B),
Amonestados: Menossi, Morales, González, Chiarini, Cardozo (T), Fabra, Pérez, Cardona (B)
Estadio: La Bombonera.
Árbitro: Germán Delfino.