Carlo Ancelotti, director técnico del club inglés, mantiene la discordia por integrar al mediocampista. En el sur de Argentina se aguarda la probable transferencia, que refundaría el mecanismo de solidaridad objetado.
Allá por enero del 2008 las virtudes de James Rodríguez se situaban en Banfield. La institución avalaba la llegada del atacante de Envigado de Colombia, en una transferencia cercana a los trecientos euros.
El hecho de transformarse en jugador categorizado en las divisiones menores, lo ubicó en la profesionalización al año siguiente, dirigido por el mismísimo Julio César Falcioni. La impronta en el juego, condicionó la estadía del colombiano en el “Taladro”, que en el mercado de pases de invierno del 2010, lo transfirió al Porto de Portugal, en una cifra cercana a los seis millones de dólares. En esa transferencia, Banfield se atribuyó el cincuenta por ciento.
Pero uno de los métodos utilizados en la industria futbolística, se denomina mecanismo de solidaridad. En este aspecto, la metodología indica que aquellos clubes en donde el jugador ha sido contenido y desarrollado para su performance profesional antes de los 23 años, percibirán una porción de futuros préstamos o transferencias.
La trayectoria europea del futbolista nacido en Cúcuta, le concedió a la entidad argentina, reservar un monto del traspaso al Mónaco y al Bayer Múnich.
El mercado de pases en Europa tiende a ser referido a dichas eventualidades. Zinedine Zidane no tiene en cuenta a James Rodríguez, y Carlo Ancelotti le manifestó a la dirigencia del Everton, las pretensiones por integrarlo a la delegación.
En la distribución de la normativa implementada en FIFA, Banfield conserva el 1,25 % del monto total de la transacción. En medios ingleses, se transcriben unos 30.000.000 de euros. De ser lo noticiado, el ingreso serán 375.000 euros.
Autor: Gabriel Vázquez
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