Tras una nueva reunión entre dirigentes y referentes del plantel de Gimnasia, el conflicto económico por los salarios adeudados se solucionó y mañana los dirigidos por Gustavo Alfaro comenzarán con los entrenamientos de pretemporada en Estancia Chica.
Fue una reunión bien diferente a la del jueves, cuando la CD encabezada por Gabriel Pellegrino y los líderes del plantel discutieron por más de dos horas, incluso con algunos gritos de por medio. Desde el desconocimiento -que a veces implica desconfianza- la relación empezó mal y parece encaminarse. Fue una puja, desde el lugar de encuentro (la sede y no el Campus de Abasto, “lugar” de los jugadores) hasta las muestras de poder de unos y otros. Los jugadores tal vez no creyeron, “curados de espanto” a partir de una relación fría en los últimos tiempos de la CD anterior. Los dirigentes esperaban un voto de confianza y no el reclamo airado a un mes de la asunción y con deudas que son del club pero no de la gestión.
Tras el acuerdo, hay que leer explícitamente y entre líneas las declaraciones de los protagonistas.“Nos estamos conociendo. Yo no hablaría de asperezas. Son momentos. Ellos venían viviendo situaciones, es muy atendible y a nosotros no nos gustó porque recién arrancamos. Hemos llegado a un acuerdo de manera inmediata”, dijo Claudio Moretto, el vice primero que hoy estuvo al frente de la propuesta de pago junto al tesorero Gerardo Marzola. Para Facundo Oreja: “Está claro que el fútbol argentino está muy mal. Ellos son una Comisión nueva. Prácticamente no nos conocíamos porque a los diez días de gestión entramos en vacaciones. Se han encontrado con un club muy desordenado que no está en óptimas
condiciones y va a llevar trabajo arreglarlo. Nosotros teníamos que mostrar una postura y seguramente nuestra paciencia después de varios años de mal manejo se colmó rápido”. Posturas divergentes: “recién arrancamos” de un lado, “paciencia que se colmó rápido” del otro.
¿El paro era el mejor camino? Para el club, no. Otra vez en la tapa de los diarios por un conflicto. “Ayer se tomó una decisión. Sirvieron mucho las reuniones para no parar de aquí en más. El fútbol argentino está pasando un momento muy difícil”, opinó el capitán Lucas Licht. Una opinión mayoritaria dentro del plantel, que entendió la (nunca mejor llamada) medida de fuerza como necesaria para mejorar desde una discusión inicial que pone a dirigentes y a futbolistas en el Km 0 de una relación que necesariamente debe mejorar.
“Tanto ayer como hoy hablamos. Queríamos emprolijar todo y tener la cabeza solamente en lo deportivo. Todos queremos lo mejor para Gimnasia”, sentenció Sebastián Romero, un símbolo del club del que nadie puede permitir(se) dudar. No fue una decisión felíz ni saludable parar. Pero fue una decisión, que debe respetarse aunque no se comparta, porque entre los pibes -que están casi al día- y los grandes -con deudas importantes, pero “salvados”- hay más de 15 jugadores que se cansaron de promesas incumplidas, con algún premio de Copa Argentina que se adeuda todavía.
“A los pibes se les va a dar prioridad y ya se están haciendo pagos parciales”, contó Moretto. Ya hay un plan de pago. Se abonó un dinero importante. La semana que viene quedarán al día los contratos más “baratos” y habrá un plan de pago para el resto de los jugadores. Y la dirigencia pedirá disculpas a los juveniles por haberlos liberado a las vacaciones sin dinero, confiando en un pago de AFA que nunca llegó.
El plantel entrenará sábado y domingo en turno único y el miércoles viajará a Tandil. El uruguayo Brahian Aleman y el delantero Mauro Matos suenan como posibles refiuerzos, más avanzado el volante de Liga de Quito, próximo a desvincularse del club ecuatoriano.
