Durante la década del 90′, los “Blågult” contaron con una estrella en sus filas. Se lució en el Mundial de Italia y brilló en Estados Unidos 1994. Se trata de Tomas Brolin una potencia que quedó en el corazón de los suecos.
El rubio oriundo de Hudiksvall nació un 29 de noviembre de 1969 y rápidamente mostró su potencial futbolístico en la liga de su país. Con apenas catorce años debutó en el Näsvikens, en dicho encuentro anotó tres goles demostrando de esta manera su gran categoría con la pelota.
Su gran actuación en su primer club le valió el pase al IFK Nörrkoping y de éste al Parma de Italia, donde conquistó varios títulos internacionales, entre ellos la Copa de la UEFA. Fue una de las grandes figuras del conjunto italiano durante cinco años (1990-1995), para muchos durante estos años desplegó su mejor fútbol en carácter colectivo e individual. Luego de su gran estadía en Italia se trasladó a Inglaterra para jugar en el Leeds United, donde para los aficionados del fútbol fracasó.
En una encuesta publicada por “The Times” en el año 2007, titulada “Los 50 peores jugadores de la historia de la liga inglesa”, Brolin ocupa un injusto segundo lugar. Esto es lo que el prestigioso diario decía del sueco: “Es difícil imaginar que el Leeds United, normalmente un modelo de honestidad fiscal, pagara 4,5 millones de libras en 1995 por esta albóndiga sueca. Un buen futbolista trata su cuerpo como un templo. El de Brolin era un castillo hinchable”.
Sus últimos años como fútbolista los pasó de cesión en cesión. En 1996 fue parte del Zurich, en 1997 regresó al Parma, en el año 98 estuvo en las filas del Crystal Palace y finalmente se retiró en el mismo año, en el equipo de su ciudad natal, Hudiksvall. En su último juego ingresó a falta de quince minutos y se desempeñó como arquero. Su alejamiento de las canchas se debió a varias lesiones que aquejaban su pierna (sufrió una fractura anteriormente); sumado a esto, Brolin sufría problemas de sobrepeso.
Su etapa en la Selección Nacional de Suecia fue una de las mejores durante su carrera, formó parte de los “Blåguts” durante cinco años y participó de dos mundiales: Italia 1990 y Estados Unidos 1994.
En vísperas de la Copa Mundial de la FIFA Italia 1990 tuvo un debut soñado con la Selección de su país. Participó de dos encuentros, el primero frente a Gales donde anotó dos goles, y el segundo frente a Finlandia donde también convirtió dos tantos. Esto le valió la participación en el Mundial tras dejar sorprendido al técnico.
Suecia no tuvo uno de los mejores mundiales en 1990, quedó eliminado en la primera ronda y no obtuvo puntos, ya que cayó en todas sus presentaciones. Sin embargo, Tomas Brolin dejó su huella tras anotarle un magnífico tanto a Brasil en lo que sería derrota de su país por dos tantos contra uno.
Cuatro años más tarde fue el turno de Estados Unidos 1994. Allí Suecia brilló con Brolin como una de sus figuras indiscutidas. La Selección llegó a instancias de semifinales donde cayó frente a Brasil, quien sería el campeón del certamen internacional. Luego en el partido por el tercer puesto contra Bulgaria, Brolin marcó un gol y propició otros dos gracias a su extraordinaria visión de juego, en aquel encuentro Suecia vencería por cuatro tantos contra cero.
Su gol más famoso también fue en ese Mundial, por los cuartos de final ante Rumania, gracias a una jugada de estrategia que realizó junto a Schwarz.
Durante su breve carrera internacional, Tomas anotó 26 goles en 47 partidos. En 2005 fue uno de los candidatos propuestos al título de mejor futbolista sueco de los últimos 50 años y resultó elegido en segundo lugar, superado sólo por Henrik Larsson.
En la actualidad, la ex Estrella del Norte tiene un restaurante italiano en Suecia llamado Undici (Once, en italiano, que era el dorsal que llevaba en el Parma). Además, es inversor en otras empresas, como en una inmobiliaria y en otra de electrodomésticos.
Foto: FIFA
