Y llegó el día en el que el último gran ídolo de River colgó las botas. Luego de varias operaciones que lo tuvieron marginado de las canchas desde su último paso, Fernando Cavenaghi tendría decidido ponerle punto final a una vasta trayectoria futbolística.
El Gordo, quien tuvo 3 etapas en River Plate, forjó su amor con los hinchas a base de goles y demostraciones. El pibe de O’Brien debutó en el 2001 en un partido de Copa Libertadores faltando 17 minutos, en el cual metió una asistencia y un gol. Ahí comenzaría esta historia que fue alimentada a base de goles y títulos.
Luego de 3 años en la Primera del elenco millonario, Cavegol armó las valijas y se fue con sus goles al Spartak ruso, en el que dos buenas temporadas le sirvieron para pegar el salto al Girondins Burdeos francés, donde dejó un grato recuerdo a base de sus 46 goles en 115 partidos.
Dejó el fútbol francés para pasar a préstamo primero al Mallorca español y luego al Inter brasileño. Fue estando en el fútbol gaucho cuando sintió la necesidad de volver a River para ayudarlo en el peor momento de su historia. Aún con contrato vigente del préstamo en Inter, rescindió para luego viajar a Francia y romper vínculo con Burdeos.
Finalmente volvió a Núñez y fue pieza vital para el anhelado regreso a Primera División. No obstante, cuando todo hacía suponer que se quedaría en Primera con River, la decisión de Matías Almeyda (en supuesta concordancia con Daniel Passarella) lo llevaron a alejarse y a tener muy buenos pasos por el Villareal español, y luego por el Pachuca mexicano.
Ya con el cambio de directiva en Núñez y sin el Kaiser en el sillón presidencial, el Torito volvería de la mano de Ramón Díaz para cumplir con su tercera etapa con la banda roja.
Fue en ese interín que cumplió uno de sus mayores objetivos: llegar a los 100 goles y lograr el máximo deseo que tenía como jugador e hincha: ganar la Copa Libertadores, esta última conseguida con Gallardo como DT.
Artífice fundamental del torneo local ganado por Ramón Díaz metiendo incluso dos goles en el partido consagratorio frente a Quilmes, Fernando Cavenaghi se vería relegado en el plano internacional con la llegada de Marcelo Gallardo, aunque con bastante participación en el torneo local.
Fue allí donde llegó a los 100 goles, convirtiendo el gol número 100 y festejándolo con una camiseta alusiva que tenía escondida entre los colaboradores.
Marcado por el destino y signado por los hinchas como el último ídolo riverplatense, fue titular en la final frente a Tigres de México, partido en el que se retiraría ovacionado al ser relevado. Luego de levantar la ansiada Copa, anunciaría su retiro del Club, dándose por satisfecho con todo lo conseguido y yéndose de la misma manera que lo han hecho otros ídolos de River como el Beto Alonso o Enzo Francescoli.
Al continuar su carrera, priorizaría el bienestar familiar y económico por sobre lo deportivo, firmando contrato en el Apoel Nicosia chipriota. Fue un nuevo destino en el que el rubio delantero dejaría una marca a base de goles, aunque debería rescindir contrato para someterse a una operación en su rodilla derecha.
Desde entonces y hasta la actualidad, Cavenaghi estuvo primero en la rehabilitación lógica luego de una operación y luego entrenándose por su cuenta en España. Sonó como posible refuerzo de varios equipos, entre ellos el Palermo italiano y clubes de la MLS y del fútbol árabe, aunque finalmente llegó a la conclusión de dar punto final a su carrera.
Volcado a su emprendimiento de indumentaria deportiva con su marca FC9, será hora de ver si el Toro vuelve a la institución en forma de manager o director deportivo, o algún puesto similar, ya que en varias ocasiones declaró que no era de su agrado ser director técnico.
Por lo pronto, es un Toro sin rodeo.
¡Excelente recorrido por la carrera de Cave! Fue el único que me hizo llorar de alegría en la cancha.
Ya lo extraño.
jajaja ya te podes retirar axel (?)