Italia Serie A

Serie A: “El Gigante de los Alpes”

Algunos dicen que rozaba lo sobrenatural porque al nacer pesó 8 kilos. En 1906 en la región italiana de Sequals llegaba al mundo Primo Carnera, el hombre que se convirtió en una leyenda del boxeo.

A los 18 años ya medía 2,05 metros y pesaba 125 kilos. Criado en el seno de una familia muy pobre, Primo tuvo que emigrar a Francia donde trabajó en un circo debido a su tamaña envergadura (el promedio de altura de cualquier galo en ese entonces era 1,65 metro). Paul Jornée, un ex pugilista francés, lo descubrió y le propuso la idea de boxear en forma profesional. Primo aceptó el desafío y viajó por las principales capitales europeas. Con un estilo tosco – lo salvaba que era gigante, digamos todo – consiguió imponerse en 14 de sus 15 combates.

Europa ya le quedaba chica y entonces Carnera emprendió una nueva aventura del otro lado del Atlántico, donde se fue a “hacer la América”. Un italiano en los Estados Unidos fue presa fácil en beneficio de la mafia y pronto comenzó a cobrar popularidad en el gran país del norte: “El Gigante de los Alpes” estaba destinado a ser campeón.

Sin embargo, muchas de sus peleas fueron arregladas. “El rival más complicado al que se enfrentó Carrera fue Charles Chaplin”, se mofaba la prensa cuando el boxeador y el genial actor se conocieron. Cuando Primo quiso enfrentarse con púgiles de verdad sufrió derrotas dolorosas, lo que motivó su vuelta a Europa.

Nuevos triunfos en el “Viejo Continente” – sobre todo el recordado ante el español Paulino Uzcudum ante 75 mil espectadores – fortalecieron a Carnera los deseos de revancha en América. En 1931 estuvo a punto de enfrentarse en un combate por el titulo mundial ante el campeón Max Schmeling, pero aún no lo consideraban como un verdadero contendiente.

Sin embargo, hubo una pelea que marcó su vida para siempre. Fue el 10 de febrero de 1933 y en el Madison Square Garden. Primo enfrentó al marine Ernie Schaaf, a quien noqueó en el 13er round. El desenlace sería fatal …

En Italia hay un gigante en la cima y no se quiere bajar. Juventus navega hacia su sexto título consecutivo (y con viento a favor) pero todavía algunos mantienen las esperanzas. Por ejemplo Napoli, que en poco menos de 2 horas abrirá el juego de la giornata 24 del fútbol italiano, en el San Paolo y ante Genoa.

Mañana tan sólo un partido y el escenario será la bella ciudad de Florencia. Es que Fiorentina quiere recuperarse del cachetazo recibido el martes ante Roma y recibe en casa en impredecible Udinese.

El madrugón de domingo nos lleva a Calabria, donde Crotone se juega sus últimas chances de quedarse en la Serie A nada menos que ante Roma, que se envalentonó por haber alcanzado las 14 victorias consecutivas en casa.

Inter no quiere ceder su posición europea y recibe en el Giuseppe Meazza a Empoli, que por ahora está lejos de la zona ardiente. No es así para Palermo, que justamente está a 8 puntos de Empoli y necesita achicar el margen de error ante el difícil Atalanta.

Sassuolo abrirá las puertas del Cittá del Tricolore para recibir a Chievo Verona y Torino intentará soñar con Europa ante el casi condenado Pescara. Sampdoria se la juega en el Luigi Ferraris frente a un Bologna que lleva 3 partidos sin ganar y el tradicional posticipo será una nueva función del puntero Juventus: esta vez en el Sant´Elia, la casa de Cagliari.

Cierre promisorio el día lunes con un duelo atractivo: Lazio recibirá a Milán en el Olímpico de esa ciudad a la que conducen todos los caminos.

Ernie Schaff murió 4 días más tarde del combate ante Primo Carnera. El boxeador italiano sufrió una terrible depresión y ya la prensa los trataba de “asesino” y “monstruo”.

Primo volvió al cuadrilátero el 29 de junio de 1933 y se quedó con el título de campeón de pesos pesados tras arrebatarle la corona a Jack Sharley. Apenas unos meses le duró la alegría porque el 15 de junio del año siguiente perdió el cinturón de campeón ante Max Baer en Long Island, en una batalla épica que terminó con ambos púgiles en la lona.

Carnera regresó a Italia y nuevamente fue usado por el poder: Benito Mussolini se sacó varias fotos con él para contarle al mundo de las hazañas de un italiano. En 1938 colgó definitivamente los guantes.

La madre del fallecido Ernie Schaff dijo tiempo después: –“el campeón Primo Carnera sufre el mismo dolor que yo. Celebro su lealtad y la sinceridad de su alma. No hay rencor alguno por lo que pasó con mi hijo. Tendrá mi cariño por siempre”. Las reconfortantes palabras de esa mujer volvieron a llenar de vida a Primo. Y el haber encontrado a otra que le brindase su corazón definitivamente lo sacó de la oscuridad. Carnera conoció a Giussepina Kovacic, con quien se casó y fue ella la que se convirtió en su manager, para alejarlo de las malas compañías y de los engaños sufridos.

Primo regresó al ring pero esta vez como profesional de la lucha libre. Fue campeón del mundo y ahora lo conocían como “El Gigante Bueno”. En 1967 perdió la batalla contra el cáncer y su vida se apagó.

Todo el pueblo de Sequals lo despidió como un gran campeón. Porque Primo llego a sobreponerse de los peores momentos y al final pudo lavar esa culpa que lo atormentó hasta el último de sus días. Quizás se haya reencontrado con Ernie. Ojalá que el tañido de la campana no empañe ese abrazo postergado.

(Foto: ABC.es)

Emiliano Schiavi

Soy Emiliano Schiavi y siempre me interese por el fútbol internacional. Sin cable ni internet me las arreglaba leyendo el "Guerin Sportivo" o cualquier revista extranjera que sólo se conseguía en pocos kioscos del Centro. También me acompañaba algún VHS sobre la historia de los mundiales y nunca me cansaba de verlos. Por eso le preste atención al fútbol de Europa, Africa, Asia y - si estaba aburrido - Oceanía. Descubrí un medio maravilloso como la radio y conocí buena gente (grandes amigos) que me acercaron al Rincón del Fútbol. La radio es una pasión, pero escribir es un deleite. Y todos los dias lo hago en este espacio, donde investigo y me gusta informar y entretener. Mi mayor expectativa para este nuevo proyecto es seguir aprendiendo. Porque a los 45 años también se aprende, créanme. Tengo total libertad para expresarme, leer y ser leído. Porque nadie desafina cuando uno escribe lo que se le canta. Digamos todo ...

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