Un 25 de junio pero de 1978, Argentina obtenía por primera vez en su historia la Copa del Mundo tras derrotar a Holanda por 3 a 1. Ya pasaron 40 años de aquel abrazo del alma y la estrella quedó bordada en el pecho para siempre.
El país vivía bajo una dictadura atroz; el pueblo en su mayoría ignoraba y en otra parte sufría los crímenes mas aberrantes que se puedan describir. Pero el fútbol, el bendito fútbol venía a traer un poco de alegría ante tanta tragedia. El Gobierno del General Videla intentó aprovechar la fiebre mundialista para distraer a la población, mientras se hacía oídos sordos a las pocas (y tristes) noticias que llegaban del exterior que alertaban sobre las terribles violaciones a los Derechos Humanos.
En ese contexto el seleccionado de César Luis Menotti asumió la responsabilidad de representar al país y tras ese plantel se embanderó la nación toda.
El primer proyecto serio que tuvo la AFA para su equipo nacional había arrancado en 1974 tras la dura eliminación sufrida en el Mundial de Alemania.
El Flaco Menotti hizo recorrer al seleccionado por casi todas las provincias; enfrentó a combinados provinciales, trajo al país a potencias extranjeras, salió de gira por Europa, probó jugadores y armó un equipo dispuesto a representar la idiosincrasia del fútbol local adaptándolo a los tiempos que corrían.
Cuando tuvo que dar la lista definitiva dejó afuera de la convocatoria a un pibe de 17 años; un tal Diego Armando Maradona; en esa época los ¨10¨ clásicos sobraban. Bochini, Babington entre otros cracks de aquellos tiempos tampoco formaron parte del seleccionado; claro dentro de la lista estaba Mario Alberto Kempes, el Beto Alonso, la Rana Valencia… nombres no faltaban.
Y así el equipo arrancó con dudas pero superando obstáculos: 2 a 1 a Hungría, idéntico marcador para superar a Francia y luego la derrota ante Italia por 0-1 que hizo mudar a Rosario toda la ilusión para la serie semifinal. En la fase de grupos se destacó Leopoldo Jacinto Luque.
Un 2-0 ante Polonia, duro empate en cero ante Brasil y el recordado 6-0 a Perú clasificaron a la Argentina a su segunda final de un Mundial luego de aquella de 1930. Ya sin bigote apareció en esta etapa la estirpe de Mario Kempes y las atajadas memorables del Pato Fillol.
Y finalmente el 25 de junio el sueño se transformó en realidad. En el estadio Monumental de River Plate, a pocas cuadras de la terrorífica ESMA, Argentina enfrentó a Holanda y con una soberbia actuación del Matador Kempes superó a su verdugo de 4 años atrás y lo derrotó por 3 a 1 en tiempo suplementario. 2 goles de Kempes y 1 de Bertoni sentenciaron la gesta.

Argentina era campeón del mundo por primera vez; la imagen del gran capitán Daniel Alberto Passarella con la copa en alto daba la vuelta al planeta.
Y como dijo Menotti, arquitecto de ese equipo la copa no era más que ¨Un homenaje al viejo y querido fútbol argentino¨.

Foto Principal: Revista El Gráfico