La ansiedad mendocina por comenzar esta copa se cortó rápido en seco. Tras un pelotazo desde la mitad de la cancha del conjunto local y una posterior falla en la última línea brasilera, Correa quedó mano a mano contra el arquero, y lo cambió por gol a los 2 minutos.
Durante el resto del primer tiempo, el Tomba tuvo gran comodidad jugando de contragolpe con varias llegadas al arco rival. Por el lado de Atlético Mineiro, su alta posesión de pelota no le dio sustento al llegar, con pocas ideas, al área del conjunto local.
A los 25 minutos, por el carril derecho, dos jugadas de centro bajo fueron contundentes para demostrar que lo más conveniente para Godoy Cruz era atacar a espaldas de Fabio Santos. A los 44′ tuvieron una chance clarísima, por el mismo carril, claro: González lanza un buscapié y Garro no pudo convertir solo frente al arco.
En el segundo tiempo, el equipo mendocino le brindó a sus contrincantes lo que no pudieron encontrar en la primera parte del partido: el gol. Penal cometido a los 48′ y Fred, con frialdad, estampa el empate a los 50′.
A partir de aquí, el Tomba tuvo que replantear el partido y empezó a crear juego e ideas. En esta nueva coyuntura, Atlético Mineiro encontró más espacios y Robinho mostró su talento pero aún no podía llegar con contundencia y jugadas peligrosas al área rival.
Tras este empate a los fanáticos mendocinos les quedó una sola jugada boyando en su cabeza…. la que Garro desaprovechó y mandó, por una cabeza, fuera del arco. Y si lo intentara mil veces en la vida, metería las mil.
En los últimos minutos también Atlético Mineiro no ganó el partido por una cabeza… pero justo en la raya aflojaron al llegar.
¿A los hinchas tombinos le borrarán la tristeza?¿Le calmarán la amargura? Por cómo festejaron al final, ellos demostraron que sí.
Foto principal: Gentileza de Infobae.
