En las últimas presentaciones de la Selección de Corea del Sur, el jugador Kim Shin-Wook demostró ser el elegido de llevar a su equipo a lo más lejos, como lo hizo alguna vez Charisteas para Grecia.
Nacido el 14 de abril de 1988, Kim Shin-Wook debutó en el Ulsan en el año 2009. Si bien su gran popularidad quedó enmarcada geográficamente al sur de la península coreana, hoy tiene la posibilidad de romper las barreras a los 30 años. Desde su infancia, su altura fue el motivo que llamó la atención de su entorno y su 1,96 m. es aprovechado en el fútbol para ser el principal referente del área rival.
En el año 2011 comenzó su destape tras ganar la Copa de Corea con el Ulsan y encumbrarse con la Liga de Campeones de Asia en el 2012.
En el año 2016 firmó su traspaso hacia el Jeonbuk Motors. En esa misma temporada alzó la AFC Champions League nuevamente y al año siguiente consiguió con sus goles, la K-League. Este certamen también comenzó recto para el gigante coreano, ya que su club se ubica primero con siete puntos de diferencia sobre el escolta.
En cuanto a su Selección Nacional, su debut se dio el 25 de enero de 2011 frente a Japón en la Copa Asiática (partido que perdió por 3-0 en los penales). Recién en el 2013 fue convocado nuevamente para jugar las eliminatorias del Mundial de Brasil 2014.
Hasta la fecha tiene 30 partidos disputados y 11 goles, de los cuales cuatro los marcó en los últimos cinco partidos. Ese es el dato característico que lo dejará a Kim Shin-Wook, no solamente con las puertas abiertas para entrar en el listado de cara al Mundial de Rusia 2018, sino también como el as bajo la manga para llevar a la victoria a un equipo ordenado tácticamente; situación muy similar a la relación entre el ángel Charisteas y aquella Grecia que le robó la Eurocopa a Portugal, en su casa, en el año 2004.
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