Liverpool debió esperar hasta el final, pero terminó llevándose por 1-0 un Merseyside Derby que lo tiene sin perder hace doce partidos. Sadio Mané fue el héroe que decretó el triunfo en el cuarto minuto de descuento para un elenco de Klopp que es el único escolta.
El encuentro entre los dos clubes más importantes de la ciudad de Liverpool se dio en un marco muy especial, con un Everton deseoso de ganar su primer derby desde 2010 para empezar a resurgir y unos Reds en busca de adueñarse en soledad del segundo puesto, aprovechando la caída de Arsenal. La primera mitad fue intensa pero no estuvo para nada bien jugada, literalmente sin ningún disparo de los conjuntos entre los tres palos. El local hizo un buen trabajo presionando alto y cortando los circuitos de un elenco de Jürgen Klopp altamente impreciso -y con su entrenador muy fastidioso- pero no mostró la misma lucidez a la hora de generar peligro. A pesar de esto, el dueño de casa elaboró una buena ocasión sobre los veinte minutos cuando un centro de Aaron Lennon fue directo hacia Romelu Lukaku, aunque el belga fue anticipado justo a tiempo por el central Ragnar Klavan. Liverpool, por su parte, sacó a relucir unas pocas gotas de su poder ofensivo con una buena jugada entre Sadio Mané y Georginio Wijndalum que derivó en un centro de Nathaniel Clyne para un Divock Origi que remató por arriba. Sobre el final de la etapa los Toffees se acercaron con pelota parada: Ramiro Funes Mori ganó en el área tras un córner de Ross Barkley, pero el testazo del argentino salió desviado.
La parte final del encuentro fue más favorable al visitante, que desde el inicio mostró otra iniciativa. A los cinco, James Milner le puso un pase largo a Roberto Firmino, que burló la marca de Funes Mori y definió ante la salida de Maarten Stekelenburg, pero el holandés le negó el gol con una buena salvada. En el rebote, el atacante brasileño metió la pelota hacia el medio, pero ni Mané ni Clyne pudieron transformar esa cesión en gol. Unos minutos después, el arquero de Everton tuvo que salir reemplazado tras ser golpeado por Mané en una pelota dividida, siendo Joel Robles quien tomó su lugar. Se pudo ver una marcada intensidad en el choque, a veces con demasiada pierna fuerte como por ejemplo una plancha de Barkley sobre la tibia de Jordan Henderson que increíblemente el juez Mike Dean consideró solamente como una entrada de amarilla. La visita se le acercaba cada vez más a Everton y estuvo muy cerca de concretar cuando el duelo pisaba los ochenta minutos. Firmino remató de aire un tiro de esquina desde la derecha y obligó a Robles a sacarle el tanto estirándose forzosamente.
Con menos de diez minutos por jugar -serían más luego por el amplio tiempo de descuento- Klopp introdujo a Daniel Sturridge y Emre Çan en procura del tanto que le concediera los tres puntos, sin embargo esa enjundia visitante pareció apagarse y el duelo amago a irse sin tantos. Sin embargo, en el cuarto minuto de descuento Liverpool encontró la alegría. Sturridge realizó una jugada personal y la finalizó con un zurdazo directo al palo cuyo rebote capturó Mané, más rápido que nadie para llegar a esa pelota, empujarla a la red y desatar la locura de los fanáticos reds. En la última del partido Firmino pudo liquidar el pleito en su tercera oportunidad del choque, pero su remate tras la cesión al medio de Mané fue salvado en la línea por Seamus Coleman. No quedó tiempo para más en casa de los Toffees, consumándose de esta manera un nuevo triunfo para un Liverpool que no conoce la derrota con su acérrimo rival desde hace nada menos que doce encuentros, toda una paternidad. Los de Klopp son los únicos escoltas de la Premier, a seis puntos de Chelsea. Les tocará pedirle a Papá Noel que a partir del Boxing Day los Blues pierdan la mayor cantidad de puntos posible.
Mirá el gol de Mané:
https://www.youtube.com/watch?v=c9GAojUiJXA
Foto destacada: Sky Sports
