A pesar de no haber empezado bien el año, en el medio de todo, se consiguió un titulo más en el torneo local. Con nuevos refuerzos, la gran importancia se encontraba en la Copa Libertadores y se llegó a la final con el clásico rival de toda la vida. Boca Juniors no terminó como lo esperaba, pero apuntará todo al 2019.
En el comienzo de año, más refuerzos, con nuevas esperanzas por conseguir la séptima Copa Libertadores y el Mundial de Clubes, Boca Juniors primeramente tuvo que enfrentarse con los partidos de verano. El regreso de Carlos Tevez fue dio la ilusión para coronarse campeón, junto a él también se sumaron Emmanuel Más, Julio Buffarini, Emanuel Reynoso y Ramón Ábila. El día 14 de enero, disputó su primer partido con Godoy Cruz, que resultó una derrota por 3 a 2. Luego se encontró con Aldosivi y a pesar de haber empatado, se recurrió a los penales y el equipo de Guillermo Barros Schelotto perdió por 4 a 2 en penal. Para cerrar el verano, y como nos tendrá acostumbrados, se jugó el clásico encuentro. En este año los dos equipos se encontraron en varias ocasiones y en una final jamás pensada. Los de Núñez se llevaron el triunfo por 1 a 0.
Se dejó de lado el mal paso por el verano y todo el plante se concentró en la Superliga, que se llevaba una gran racha sin bajarse de la punta del campeonato. En medio de los buenos resultados, La Copa Libertadores entró en sesión y el “Xeneize” debutó en la fase de grupos con Alianza Lima, de Perú, con un empate 0 a 0.
Luego del primer partido de la Copa, se volvió a la Superliga. Una derrota contra Argentinos Juniors y una victoria frente a Tigre, Boca llegaba de las mejores formas a la final con River por la Supercopa Argentina el día 14 de marzo. Nuevamente las alegrías se las llevaron los “Millonarios” tras ganar por 2 a 0.
Con la desilusión de no haber podido obtener una alegría a los hinchas, Boca abrió una gran incógnita sobre su juego, su falta de eficacia para ganar los partidos importantes y se llegó a decir que el equipo de la ribera se encontraba a la sombra de River. Con todos estos factores en contra, se jugó en Tucumán una nueva fecha del torneo. Solamente se consiguió un empate, pero todo desapareció cuando se ganó contra Talleres por 2 a 1 en La Bombonera.
El empate con Alianza lima, anteriormente, el turno le tocó a Junior de Colombia. Con un resulto ajustado, los dirigidos por Schelotto salieron victoriosos. Pero lo bueno de la Copa, fue distinto en el torneo. En dos ocasiones se perdió. El tercer encuentro, de seis de la fase de grupos, finalizó con un empate frente a Palmeiras en Brasil.
Un triunfo contra Newell´s tranquilizó a un poco las aguas en el club. Los malos resultados se evidenciaron en la Copa. La mala actuación de Agustín Rossi contra Palmeiras le dio la victoria al equipo brasileño. Nuevamente se abrieron las incógnitas por el estado del arquero. Y se habló hasta estos últimos días del año. Todo empeoró con el empate en Barranquilla frente a Junior.
A pocos pasos de un nuevo título por la Superliga, Boca ganó un partido vital contra Unión por 2 a 0. Un encuentro difícil en el Bosque, el “Xeneize” se encontraba a solo un punto de la consagración. Gimnasia y Esgrima La Plata no le dio el partido servido a conjunto de Schelotto. Con un resultado de 2 a 2, con goles de Pablo Pérez y Ábila, se coronó campeón de la Superliga 2017-2018 y acumuló su estrella 67 en la institución. Luego de todos los festejos por el nuevo titulo en La Bombonera con toda la gente, se disputó el último partido del torneo frente a Huracán. Lo novedoso del partido pese al 3 a 3, fue la vuelta de Fernando Gago a las canchas después de su lesión en el tendón de Aquiles.
Para terminar la primera mitad del semestre, con resultados adversos y con una posible eliminación de la competición, se jugó el último encuentro contra Alianza lima. Aunque fue un desahogo de 5 goles, todo el mundo Boca estaba concentrado en Palmeiras y Junior. Por suerte el conjunto brasileño ganó su partido y así otorgarle la llave de la clasificación a los octavos de final de la Copa Libertadores.
El gran foco de los “Bosteros” fue y será siempre la Copa Libertadores. El técnico “Xeneize” pidió nuevos refuerzos en la nueva pretemporada, algunos llegaron tarde, pero llegaron. El comienzo de la pretemporada en Estados Unidos ayudó un poco en el nuevo armado del equipo. El día 1 de agosto, comenzaron las competiciones y Alvarado, de Mar del Plata, fue la primera víctima en la goleada por 6 a 0 por Copa Argentina. En este partido se notaron las nuevas incorporaciones. Mauro Zárate, Sebastián Villa, Carlos Izquierdoz y Esteban Andrada.
Los partidos por Copa cada vez se aproximaron. Por octavos de final, el primer rival fue Libertad de Paraguay. Zárate cada vez fue mas importante en el plantel del once inicial y fue autor de uno de los tantos en el 2 a 0.
El inicio de un nuevo torneo, Boca se enfrentó con un adversario difícil. Talleres de Córdoba, que últimamente se le hacía difícil ganarle con un resultado abultado, esta vez no fue la excepción. Con un marcador de 1 a 0, se mantuvo la racha del equipo como puntero.
El día 15 de agosto, Boca rompió las barreras internacionalmente contra uno de los mejores equipos del mundo. En un partido por el Trofeo Joan Gamper contra el Barcelona, se hizo todo lo posible para traerlo a la Argentina, pero no se pudo. Enfrente se nos encontró un equipo distinto y rápido. En este partido otro de los jugadores que llegaron fue la de Lucas Olaza, quien llegó al club luego de la lesión de Frank Fabra en el Mundial por ligamentos cruzados.
Llegó el final de una gran racha. En la segunda fecha de la Superliga, Estudiantes le cortó el récord a Boca después de ganarle 2 a 0. Al plantel no le dolió mucho estos números, sino que la mente siempre se mantuvo en la Copa. Y así fue. Otra nueva victoria contra Libertad por 4 a 2, levantó el ánimo y autoestima de los jugadores para seguir adelante. Gracias a esto siguió una racha de tres partidos ganados: dos en el torneo y uno en la Copa Argentina frente a San Martín de Tucumán para seguir en la competición.
La peor etapa de Boca se concluyó con los siguientes acontecimientos. Se disputó el Superclásico en La Bombonera, era un partido que se tenia que ganar para sacar el sabor amargo de las últimas derrotas contra el rival de toda la vida, pero todo no resultó como se esperaba. La supremacía de River fue notable y le ganó por 2 a 0.
Golpeados por la derrota en el clásico, el plantel tuvo una revancha, o mejor dicho un desquite en la semana posterior al encuentro con los millonarios. En frente otra vez Gimnasia y Esgrima La Plata por Copa Argentina. Si en juego anterior de esta competición al equipo lo salvó Andrada y se superó la instancia con un resultado ajustado, los octavos de final fueron la perdición. El “Lobo” amargó más la herida de Boca luego de ganarle 1 a 0 en la ultima jugada del partido.
En casi dos semanas caóticas que fueron para Boca, donde se perdió con el clásico rival y quedó eliminado en octavos contra el “Lobo”, solo costó once días para levantar la cabeza y volver al triunfo en la Superliga frente a Colón por 3 a 1.
Con Andrada lesionado en su mandíbula y con Rossi como titular, el último refuerzo para el plantel fue la de Carlos Lampe. Todo se jugaba en Brasil. Aunque se llevó una buena diferencia en la ida, en la vuelta no fue tan sencillo. A solo pocos minutos del segundo tiempo Cruzeiro consiguió el gol. Al “Xeneize” le costó en todo momento, pero tanto se lo criticó a Rossi en la semana, que salió como una de las figuras del partido después de salvar varias chances. Agonía y suspenso. A nada de finalizar, Cristian Pavón declaró el empate y la clasificación a semifinales.
Ubicados entre los mejores cuatro de América, Boca solamente se concentró en este objetivo. La séptima Copa Libertadores. Primeramente, tuvo que disputar, en condición de visitante, con Racing, a pesar de estar abajo en el marcador logró empatarlo y llevarse un gran punto de Avellaneda. Una semana después, otro empate sorprendió frente a Rosario Central.
Como en todos los partidos, el hincha cada vez apoyó mas al equipo. El hincha está loco. Un viejo conocido que le dio vida en la fase de grupos y les permitió el acceso a los octavos de final, fue el adversario. Palmeiras. El conjunto brasileño no solo le complicó el partido a Boca, sino que pudo haberse llevado una diferencia a favor para la vuelta. Todos recordamos el pasado de Martín Palermo cuando volvió a la cancha luego de su lesión, en esta oportunidad la similitud con este acontecimiento fue con Darío Benedetto. El delantero que se había recuperado, pero que no se encontraba con su juego pleno, Schelotto lo metió en el segundo tiempo y volvió como el “Loco”. En solo cinco minutos, convirtió dos goles que quedarán para el recuerdo de todos. Volvió el “Pipa”.
En el partido de vuelta en Brasil, Schelotto realizó modificaciones en el planteamiento del partido para obtener la llave de la final. Con un resultado a favor, los primeros minutos se intentó neutralizar al adversario y contrarrestarlo con un contraataque. Con un gol de Ábila, se abrió el marcador. Rápidamente en el segundo tiempo todo cambió. El resultado cambió a favor de los locales y se veía venir una goleada. Los jugadores en el banco de suplentes tuvieron mucha influencia en Boca. El cuerpo técnico decidió el ingreso de Benedetto, y otra vez marcó. Con un empate se obtuvo la clasificación.
La final menos pensada. Los dos equipos más grandes de la Argentina disputaron la final de la Copa Libertadores. Previo al encuentro, medios de todo el mundo empezaron a palpitar este choque. Finalmente llegó el día. Un domingo 11 de noviembre se jugó en la Bombonera. Aunque estaba confirmado para el 10, no se llevó a cabo debido a las fuertes lluvias que imposibilitaron y estropearon el campo de juego. Con un resultado de 2 a 2 dejó todo abierto para la vuelta el 24 de noviembre.
Llegó el sábado tan esperado. A solo horas de jugarse un partido tan épico, en el ingreso del micro de Boca, sufrió destrozos de los hinchas “Millonarios”. Gases, piedras, botellas y vidrios rotos fueron lo que causaron las heridas y el mal estado de muchos jugadores. Muchas idas y vueltas en el transcurso que si tenia que jugarse o no. Tal y como estaba en los artículos del reglamento, no se cumplió. Las autoridades quisieron que se juegue el domingo, pero las condiciones de los futbolistas no era el óptimo. El mal empeño de la Conmebol quedó evidenciado una final que debió jugarse en América, se decidió llevarlo a España porque las medidas de seguridad no eran eficientes. El Santiago Bernabéu fue el anfitrión de este último choque.
Una final que quedará marcada para siempre. River y Boca se jugaron la vida en la cancha. Schelotto decidió a ultimo momento jugar con Villa, Benedetto y Pavón en la delantera. A pesar de no tener buen juego en el mediocampo, lo sufrió mucho por el exceso de jugadores contrarios en ese sector. El “Xeneize” fue el primero en abrir el marcador. Con un resultado a favor y la finalización del primer tiempo, todo aparentó que la final se la llevaba Boca. El inicio del complemento fue distinto. Los de Núñez consiguieron el empate y a pesar de no poder convertir otro gol, los dos equipos fueron al alargue. Jugadores cansados, lesionados y sin tener ningún “distinto” en el banco de suplentes para que cambiara el panorama, el ingreso de Juan Fernando Quintero sentenció el partido con un gol. A pocos minutos de finalizar el segundo tiempo del suplementario, se jugó todo en el área de River. Andrada también fue participe para tener una chance. Si lo del colombiano definió el partido, lo de Gonzalo Martínez mató a Boca. 3 a 1 concluyó el resultado, una final que se manchó varios partidos atrás por la Conmebol.
A pesar de no haber comenzado bien el año, disputar cuatro encuentros con River donde solo se empató una vez y se perdieron en tres oportunidades, se rompió la racha de estar muchos días punteros y no conseguir la Copa Libertadores, todo Boca Juniors dejó la vida en cada partido. En el medio de todo lo anterior se logró un Bicampeonato del torneo local, que quedó muy apartado de las estadísticas. Para todos los programas de fútbol, solo importará si ganas una Copa internacional. Posteriormente al encuentro de la Final, Guillermo Barros Schelotto dejó de ser el técnico y en su reemplazo asumirá Gustavo Alfaro, que tiene pensado un nuevo equipo y con jugadores más jóvenes que apuntarán a la triple competición.
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