Amadeo Carrizo fue quién cambió para siempre el puesto de arquero en el fútbol argentino, un revolucionario del arco que defendió los colores de River Plate durante tres décadas distintas, también cuidó el arco de la Selección Argentina y el de Millonarios de Colombia. Hoy, 20 de marzo, pasó a la inmortalidad.
De los primeros en trascender el área, del juego con los pies, de arriesgar su humanidad tirándose a los pies del delantero rival, Amadeo (de los que no hace falta decir su apellido para saber de quién se habla) fue un pionero y un ejemplo para otros arqueros que lo tuvieron como ídolo. Una leyenda de River Plate que fue elegido por la IFFHS como el mejor arquero del siglo XX
Nació en Rufino (Provincia de Santa Fe) el 12 de junio de 1926, debutó a los 19 años y jugó 595 partidos de los cuales 520 fueron defendiendo el arco de River. A los 42 años estableció el record de 769 minutos con el arco invicto, en 1968. Dicho récord se lo cortó un joven Carlos Bianchi con la camiseta de Vélez quién también lo tenía como ídolo personal.
El Senado de la Nación estableció su fecha de nacimiento como EL DIA DEL ARQUERO.
En River fue participe de la conquista de 7 torneos locales (1945,1947, 1952-1953, 1955,1956,1957)
Dos perlas negativas en su brillante trayectoria fueron el Mundial de Suecia 1958 donde soportó una dura derrota ante Checoslovaquia por 1-6 y la final de la Libertadores perdida ante Peñarol en 1966 pero fueron más sus enseñanzas y lo brillante de sus actuaciones que llevaron al gran Lev Yashin (la araña negra) a llenarlo de elogios. El arquero ruso le regaló un par de guantes y Amadeo estableció esa moda en el pais que a partir de allí fue de los mas normal para todos los arqueros.
Terminó su carrera en Colombia defendiendo el arco de Millonarios durante 2 años.
Un sector del estadio Monumental lleva su nombre; además River lo condecoró declarándolo presidente honorario en el año 2013
Nos dejó Carrizo. A los 93 años, se fue una leyenda del fútbol argentino. Gracias por todo Amadeo
Foto principal: Club River Plate
¡Hasta siempre, Amadeo!