El presidente de Vélez y el jefe de seguridad prestaron declaración por la fiesta clandestina que se realizo en el club.
Diversas cuestiones extra futbolísticas llevaron a Vélez a estar en el ojo de la tormenta desde hace unos meses. En esta oportunidad, por la fiesta clandestina que se realizó en el polideportivo el pasado 31 de marzo en la cual estuvo presente el músico Elián Ángel Valenzuela, conocido popularmente como L-Gante, y en la que hubo, al menos, cien personas.
Denuncias de vecinos, filmaciones e investigaciones de la policía de la Ciudad de Buenos Aires determinaron que se violaron los artículos 202, 203 y 205 del Código Penal. Se estableció que no se respetaron los protocolos vigentes dado la situación epidemiológica que atraviesa el país y derivó en la imputación del presidente del club, Sergio Rapisarda, y el jefe de seguridad, Eduardo Capuchetti.
La fiscal, Celsa Ramírez, citó a declarar a Rapisarda y Capuchetti quienes vía zoom cumplieron con dicho llamado, aunque ambos presentarán un descargo por escrito en los próximos días.
La pesquisa no concluye aquí, sino que el cantante también fue citado a declarar en el día de hoy. Además se investiga la responsabilidad de otros socios de Vélez, como así también de Adriano “Nano” Mautone, socio e hijo del empresario Daniel Mautone, quien está señalado como uno de los organizadores.
De momento, el único integrante de comisión directiva que se expresó públicamente fue Mariano Lizardo, Jefe del Departamento de Legales de Vélez.
“Hubo fallas en los controles y también en la dirigencia, el permiso otorgado había sido para celebrar un cumpleaños con un tope máximo de 30 personas”.
Mientras tanto la fiscalía continúa trabajando y no se descartan más citaciones e imputaciones.
Por Lorena Gago