Sin recurrir a su mejor actuación, los Citizens se alzaron con la primera corona de la temporada superando claramente a un sombrío Arsenal por 3-0, con tantos del Kun Agüero -estuvo desde el arranque junto a Otamendi-, Kompany y David Silva. Es el primer título de Pep Guardiola como entrenador del cuadro de Manchester.
El primer trofeo de la temporada en Inglaterra se definió con un lindo duelo entre un Manchester City que pretendía un título para envalentonar una campaña que viene sobre ruedas y un Arsenal cuyo objetivo era levantar esta EFL Cup para aliviar las penas de esta temporada. El City, con Sergio Agüero y Nicolás Otamendi de titulares, comenzó apretando desde el primer minuto y se asomó cerca del arco rival, pero fue Arsenal el que tuvo la primera al encontrar una grieta en el fondo de los Citizens. Jack Wilshere ganó un balón en tres cuartos de cancha, Aaron Ramsey le dio progresión para un Mesut Özil que, llegando desde atrás, le sirvió el gol con un centro a Pierre-Emerick Aubameyang, sin embargo el gabonés definió flojo y Claudio Bravo, con más fortuna que otra cosa, le quitó el gol de las narices. Pese a ese susto, el cuadro de Manchester siguió luciendo mejor y a los dieciocho minutos abrió el marcador mediante una variante, quizás, impensada. Un saque de arco de Bravo encontró a un Agüero muy despierto para sacarse de encima con el cuerpo a Shkodran Mustafi y luego definir por encima de la salida de David Ospina dando una muestra de auténtica calidad.
Aunque los de Pep Guardiola se pusieron arriba, el resto de ese primer tiempo transcurrió bajo los términos de la paridad futbolística, con unos Gunners que siguieron apostando a que Aubameyang cuente con espacios a la contra mientras que el City buscó encontrar espacios interiores entre Granit Xhaka y los centrales, alternando también con salidas largas de Bravo para los delanteros. Cerca del descanso, cuando no pasaba demasiado exceptuando una salida de Nacho Monreal por lesión, una jugada individual de Agüero casi culmina en otro golazo. El Kun se escapó de Calum Chambers y definió nuevamente por encima de Ospina, que fue salvado por el despeje de Laurent Koscielny, y porque Kevin De Bruyne no encontró el arco en la segunda jugada. Ni bien comenzó la segunda parte, la historia se decantó del lado de un elenco skyblue decidido a intentar aumentar la ventaja y estuvo muy cerca de hacerlo. A Vincent Kompany se la bajaron dentro del área, el belga disparó y solamente un desvío de Koscielny evitó el gol. Igualmente, el capitán de los Citizens tuvo revancha minutos más tarde. Un córner en corto para Ilkay Gündogan, un remate del alemán y el posterior desvío a la red de Kompany, estableciendo el 2-0. El trámite estaba definido.
Pese a tener el duelo en la mano, los mancunianos no desaceleraron hasta hacer sangrar más aún al Arsenal con un tercer gol que cayó a los veinte del complemento. Danilo la filtró para David Silva y éste, batiendo a Ospina con un latigazo de zurda, estableció un incontestable 3-0. Guardiola tuvo el contratiempo de la lesión de Fernandinho y debió hacer un par de ajustes en un mediocampo que, con el ingreso de Bernardo Silva y ayudado por la merma en la actitud de la línea de volantes rivales, dispuso del balón a placer para ‘planchar’ el partido. Por otro lado, Arsène Wenger acumuló con Danny Welbeck y Alex Iwobi hombres en ataque que no mejoraron la deslucida actuación de unos vulnerados Gunners en ese complemento cuya triste imagen en esta final invita a pensar en un epílogo de la misma tonalidad de una de las peores temporadas, sino la peor, del entrenador francés al frente de los londinenses. La contracara es este Manchester City de un Guardiola que ha contruido un equipo fantástico que deslumbra a Inglaterra con su fútbol y consiguió hoy su primer título desde que comanda a los Citizens, con la esperanza de sumar la Premier y, por qué no la Champions a una temporada de momento espectacular.
Imagen destacada: Mancity.com (@ManCity)
