El partido había terminado, Arsenal caía derrotado y quedaba en suspenso la clasificación a la siguiente fase, esa que le daría la posibilidad de pelear por uno de los dos ascensos a la Primera B. Entre llantos, una de las referentes del plantel me negaba la nota y yo, en ese momento, lo entendía. Unas horas más tarde, con la mente fría, me escribía para pedirme disculpas innecesarias. Ahí comencé a conocerla mejor, a ver que la pasión por este deporte es más fuerte que ella misma.
Victoria Denise Sisterna nació un 24 de octubre de 1993 y desde su Berisso natal mamó el fanatismo por el fútbol gracias al contagio familiar: “En mi casa somos muy fanáticos del fútbol, mis abuelos, mis bisabuelos, muy futboleros todos y yo creo que herede esa pasión”.
De niña jugaba en el fondo de su casa con su hermano, él fue quien le enseñó a mover la redonda, sin embargo, no todo fue color de rosa porque para poder desplegar esas ganas de jugar debía rebuscárselas un poco: “Me escapaba para ir a jugar con mis amigos. Con amigas no, porque era difícil encontrar otra nena para jugar. Me escapaba porque a mis viejos no les gustaba, era un momento de la sociedad y la cultura que el fútbol femenino estaba mal visto y que solo lo jugaban los varones. Entonces a mis viejos no les gustaba mucho que jugara porque “te lastimás”, “te ensuciás”, “sos nena”…
Resultan graciosas estas anécdotas porque los Sisterna, hoy en día, están presentes en cada partido donde juega Victoria: “Mis viejos pudieron darse cuenta y entender que el deporte es deporte. Que no hay un deporte para hombres y uno para mujeres, sino que el deporte no tiene género y que todos podemos hacer lo que nos hace feliz. Ellos vieron que a mí me hacía feliz esto y entendieron lo que significaba. Hoy no les reprocho nada porque entiendo la época, entendí que fue un proceso y estoy súper contenta y agradecida con que hayan abierto la cabeza. Ahora me siguen a todos lados. Han viajado a San Luis, fueron a Rosario, a Rafaela y de local van todos los partidos. Para mí es un apoyo fundamental, me hace muy feliz verlos del otro lado del alambrado y me genera mucho orgullo, eso es un apoyo que necesitan todos los deportistas”.
Haciendo camino al andar…
Cuando Vicky (así la apodan) comenzó a crecer, el handball apareció en su vida: “Al handball jugaba en Educación Física, en la escuela, y después en una escuelita municipal en Berisso. Es un deporte que me apasiona, me gusta mucho. Un técnico de Estudiantes de La Plata fue a dar una charla a los Profes y las alumnas de ahí estábamos jugando. Me vio atajar (yo era arquera) y me llevó a Estudiantes. Ahí jugué dos años y después arranqué la facultad”.
Mientras iniciaba la carrera de Educación Física (le faltan 4 materias para recibirse), Victoria jugaba al handball dedicándole muchas horas al entrenamiento, tenía su futuro enfocado allí. En paralelo, jugaba al fútbol de manera recreativa, con amigos y en la Selección de la Universidad, pero algo comenzó a cambiar, el amor por el fútbol y el hecho de que su familia ya no la persiguiera tanto, la decidió a abandonar el handball.
Y lo hizo tras una charla con Juan Bianchi quien era compañero suyo en la Colonia Rucalhue donde trabajaban juntos. Juan era parte del Cuerpo Técnico de San Lorenzo de Villa Castels, uno de los equipos que formaban parte de la incipiente Liga Amateur Platense. Vicky tenía 19 años y su presente (y futuro) comenzaba a forjarse allí: “En San Lorenzo di mis primeros pasos como futbolista en un equipo de futbol femenino. Estoy muy agradecida con el club porque en esa época nos brindó un espacio. Eran pocos clubes los que estaban en la Liga (creo que 7 u 8 equipos) y, sin embargo, era bastante competitiva, nosotras hemos llegado a una final que perdimos contra Argentino Juvenil, ese equipo tuvo a la Chule (Ruth Bravo), Julieta Gergo, Yeyo Arrien…”
Para entrenar se tomaba dos colectivos y terminaban tarde, sin embargo, el motor que mueve su vida, es decir, la pasión, no le impedía estar presente en cada entrenamiento. Su estadía allí comenzó en 2014 y terminó cuatro años después. De toda experiencia se obtienen vivencias, a Vicky, San Lorenzo le dejó varias cosas: “Me dejó humildad, crecimiento, aprendí mucho. Fueron 4 años en donde conformé un equipo de jugadoras, algo que nunca me había pasado. Aprendí lo que era un club de barrio en constante crecimiento, el sentido de pertenencia, el compañerismo. Creo que esos valores me los inculcó un club como San Lorenzo que se destaca por el crecimiento que tiene desde abajo”.
A jugar en el bosque ¿loba está?
“Después quise dar un paso más y decidí irme a probar a Gimnasia”. Y vaya momento en que lo hizo, porque aquel equipo al que pudo sumarse comenzó ese mismo año a competir en la Primera B y de la mano de Mauro Córdoba y un grupo de jugadoras de la talla de Florencia Sánchez, Milagros Díaz y Lali Esquivel, lograron consagrarse campeonas ascendiendo a la Primera División.
“No teníamos un sueldo de profesionales, pero los entrenamientos y la dedicación era profesional. Esa experiencia para mí estuvo muy bien, te sentías una jugadora de Primera. El club siempre se portó muy bien con nosotras, desde la indumentaria, los espacios, los elementos, siempre estuvieron presentes y Gimnasia es un club muy grande en ese sentido. Tiene muy bien a las disciplinas y eso está buenísimo, también te genera mucho sentido de pertenencia”.
La frutilla del postre o, tal vez, el hecho menos esperado también lo vivió en el conjunto tripero porque un buen día Diego Armando Maradona, su ídolo, se hizo presente en una práctica cuando el 10 era DT del conjunto masculino: “Yo soy muy fanática de Maradona , increíble lo que viví. Siempre digo que Maradona fue a dirigir Gimnasia para que yo lo pudiera conocer y tuve la oportunidad de entrenar en una cancha al lado de donde estaba entrenando él, de verlo llegar, de verlo irse, de poder abrazarlo, decirle lo que soñé toda mi vida, de que me firme el gemelo y tatuármelo. Eso también me dejó Gimnasia y lo agradezco”.
En el verano del año 2020, Victoria dejó Gimnasia: “Por temas laborales y de estudio no pude continuar. Lo que pasa con el fútbol femenino es que en Primera División tenés una exigencia de profesional sin serlo, porque estaban los contratos pero no eran para todas, en ese momento eran solo 8 y las demás teníamos viáticos (uno de los pocos clubes que los daban), pero no me alcanzaban como para dejar de trabajar y dedicarme 100% a eso y entonces el rendimiento cambia, baja, estaba preocupada por otro tipo de cosas, sentía cansancio, entonces dejé pero no me quise alejar mucho de la competencia de AFA”.
Seguir caminando en un ámbito distinto
Ese año 2020 lo recordamos muy bien por haber sido fatídico en cuanto a la aparición del Coronavirus. Victoria se sumó a Cambaceres, club que comenzaba a armarse para competir en la Primera C, la categoría más chica del Ascenso regido por AFA. Sin embargo, aquella estadía iba a ser muy corta ya que unos meses después, el Cuerpo Técnico fue despedido y ella tomó la determinación de acompañar a quienes la habían llevado al club de Ensenada: “En ese momento, Federico Quiroga estaba dirigiendo ahí para ingresar al torneo de la C. Me llamó y lo pensé bien, me pareció un desafío lindo. Luego, decidí seguir a Fede, porque él me había convocado y yo sentía que era más jugadora de Fede que del club. Hacía poco tiempo que estábamos y no se llegó a generar ese sentido de pertenencia”.
Pasión, pertenencia, equipo… son palabras que aparecen todo el tiempo en la charla con Victoria, son sus valores, sus sentires, esos que la llevaron a seguir a Federico Quiroga a quien ya conocía de la Liga Amateur Platense cuando el DT dirigía a Nueva Alianza: “Éramos como un clásico con San Lorenzo, nosotras teníamos muy buen equipo, ellas también y los partidos eran muy peleados”.
Entre las dirigidas por Quiroga jugaba Florencia Sánchez quien luego fue su compañera en Gimnasia: “Tuve el placer de jugar con ella, pero jugábamos en contra, ella jugaba para Alianza y era como que siempre nos peleábamos el puesto de goleadoras. Siempre me encantó como juega, es muy completa, muy inteligente y, además muy buena persona. En Gimnasia se nos dio que pudimos jugar juntas y la verdad que siempre lo digo: para mí ella es mi referente”.
En la rama masculina, Martín Palermo, Santiago Silva y Zlatan Ibrahimović también aparecen en la mente de Vicky como jugadores que siempre le gustaron y admira: “Soy media antigua en cuanto a los delanteros que me gustan (risas)”.
El desembarco en Arsenal, equipo en el que actualmente vive sus días como jugadora de fútbol fue muy bueno porque se encontró con compañeras que había enfrentado en la Liga, como Nadia Teclaff, Noelia Suárez y Cleo Santos. En relación con esta última, dice: “Nunca había jugado con ella, solo me la había enfrentado y dije: bueno, es momento de formar una dupla ofensiva con la negra”. La dupla ofensiva funcionó porque de los 53 goles que convirtió el Arse, 14 fueron de Santos y 13 de Sisterna.
Este desafío de jugar en la menor de las categorías de AFA no lo toma como un retroceso, todo lo contrario. Este torneo 2022 de la Primera C fue muy competitivo y de buen nivel futbolístico, esto opina Vicky: “Hay mucho nivel, jugadoras excelentísimas que, tranquilamente, pueden estar jugando en Primera División. Talleres y San Luis se dispararon, pero tienen otra estructura, económicamente están de otra forma. En la cancha se nota la diferencia, pero después pasa que nosotras fuimos a San Luis, viajamos, jugamos y le empatamos 3 a 3. A Talleres (de Córdoba) le empatamos, Talleres de Escalada empata con San Luis y nosotras les habíamos metido 4 goles una fecha antes, entonces no sabes que va a pasar y me parece que está buenísimo. Acá, los partidos los tenés que jugar y esta bueno tener esa competitividad”.
El presente del fútbol femenino y las jugadoras del Ascenso
Algunos de los aspectos que pudieron verse en el desarrollo del torneo fue la inconstancia y la deserción de algunas jugadoras en medio de la competencia. Analizando el todo, Victoria encuentra y puntualiza algunas cuestiones: “Creo que tiene que ver con que no tienen una formación juvenil y de no mamar desde chicas esto de luchar por llegar a una Primera División. Muchas, la primera vez que jugaron al fútbol, lo hicieron jugando en una Primera, ya sea liga, sea AFA, sea lo que sea. Entonces, yo creo que falta ese esfuerzo de decir: sé lo que es un equipo desde chica y me esfuerzo para ir subiendo de categoría y llegar a una Primera División. Es un problema de base”.
Y agrega: “Pasa mucho esto de no bancar ciertas cosas, por más de que sean injustas o no. Yo entiendo que todas queremos jugar, ser titulares, jugar los 90 minutos, tener el espacio, pero a veces queda de lado que hay un Cuerpo Técnico que es el que elige, entonces, a veces el camino más fácil es irte en vez de pelearla. Una no está acostumbrada a sufrir ciertas injusticias o entender que es un equipo y que te tenés que romper el lomo para conseguir un espacio”.
“Yo creo que se nos dan tantas conquistas, se conquistó tanto, gracias al movimiento feminista obviamente, y al apoyo de todas nosotras, que medio que se tergiversa lo que es el deporte, que es un Cuerpo Técnico que elige, un club que tiene una línea y que esto no es una ONG. No pasa que la que trabaja tiene más prioridades de jugar, no es que vos tenés privilegios porque vivís más lejos y te tomas dos micros que la que tiene auto y vive cerca del Predio. Acá juega la que mejor está y la que es de agrado del Técnico, eso pasa en todos los deportes, no solo en el futbol femenino o en el masculino”.
Cada respuesta es contundente, el camino transitado la fue dotando de conocimientos y experiencias. Hoy, a sus 29 años, Vicky sigue soñando y disfrutando fútbol, así se define: “Soy una apasionada por lo que hace, de gran corazón, de dar el 100 y que cuando no le sale dar el 100, lo intenta. Soy alguien que ama lo que hace y le gusta el bienestar del equipo dentro y fuera de la cancha, también soy una apasionada por el gol, que es mi motor”.
Luego de tener una buena temporada defendiendo los colores del Viaducto, Victoria Sisterna sigue recorriendo su camino. Como cuando va a patear un tiro libre, apunta y dispara, en este caso, no solo a un arco rival, sino también a recibirse como Profesora de Educación Física y a seguir escribiendo el libro de su vida. Ese libro que piensa ir llenando con páginas y relatos siempre relacionados al fútbol, ya sea en el Ascenso o en la Primera División, lugar al que aspira volver cuando los tiempos le permitan acomodarse para dedicarle el 100 por ciento.
Voy terminando la charla y pienso en la situación que describí al principio. En definitiva, los altibajos emocionales que le provoca este deporte la hacen ser como es, como lo define ella misma: “Me corre el fútbol por las venas. Lo sufro, lo disfruto y las mejores cosas de mi vida me las dio el fútbol”.
Foto principal: Depto. de Prensa de Arsenal (Twitter @ArsenalOficial)
