Con el oficio de siempre y esta vez sostenidos por un Courtois magnánimo, los “Merengues” batieron a Liverpool y sumaron su “orejona” número 14. Son los más ganadores del “Viejo Continente” y le sacan el doble de títulos a quien se atreva a desafiarlos.
A veces la mística, el peso de la historia o simplemente la grandeza de un gigante. Se dan las 3 juntas o quizás alcancen por separado, con el resultado ya conocido. Real Madrid derrotó 1-0 a Liverpool en el Stade de France de París y se proclamó campeón de la UEFA Champions League.
En sintonía con lo que se vio en la etapa eliminatoria, el conjunto de Carleto Ancelotti no pudo imponer su juego y por momentos se vio superado por el rival. Claro que en el instante que se lo ve abatido y al borde del abismo, el elenco español SIEMPRE se las ingenia para meter una estocada inesperada y enderezar el rumbo pese a cualquier escenario desfavorable.
Un primer tiempo en el que los “Reds” hicieron el gasto e inclinaron la cancha frente a un Madrid demasiado pasivo. Un mediocampo partido con un Federico Valverde gravitante pero sin demasiadas luces por parte de los más experimentados: Casemiro, Kroos y Modric casi que pasaron desapercibidos y allí ganó la batalla el equipo inglés.
Fabinho la recuperaba y Thiago la distribuía. Henderson oficiaba de rueda de auxilio y la pelota de movía con criterio cuando la tenían los de rojo. En defensa 2 laterales que hacían un surco en cada orilla y 2 zagueros que anularon por completo las amenazas de Benzema y Vinicius Jr.
El Madrid se apoyó en una férrea defensa, que se mantuvo indemne gracias a la descollante actuación del arquero Thibaut Courtois. El belga literalmente sacó todo lo que le tiraron y contagió tanto a Eder Militao en la marca como a Daniel Carvajal en la concentración, y así los “Merengues” evitaron a los siempre peligrosos Mané y Salah y al ascendente Luis Díaz.
Las jugadas más claras estuvieron en el arco español y Sadio Mané hizo sonar el metal en el minuto 21. Gran latigazo de zurda del senegalés y excepcional respuesta de Courtois con un manotazo. La pelota dio en el poste y de milagro no le rebotó en la espalda al portero belga.
Cuando se acababa la primera mitad, la polémica se instaló por un gol que le anularon al elenco ibérico. Karim Benzema aprovechó una indecisión (la única hasta el momento) de los 2 centrales y definió por bajo ante el achique de Alisson Becker. El VAR se tomó su tiempo para analizar la posición del delantero galo, tanto al inicio de la jugada como en la resolución final. Benzema estaba en off-side en segunda instancia porque solamente había un rival delante de la línea de la pelota. Ahora bien, lo que se discutía era si quien le dio el pase al francés fue Valverde o Fabinho. En cada repetición se veía una situación distinta y todo quedó en manos de la interpretación del árbitro Turpin. Y finalmente el tanto fue anulado.
En el complemento bajó un poco el ritmo el conjunto de Jürgen Klopp debido al esfuerzo físico. Ya no había tanta presión y de repente el Madrid empezó a jugar un poco más. Y en el momento que los ingleses bajaron la vista un segundo, llegó la inesperada mano de ese boxeador que parece vencido y de repente saca fuerzas de donde no las tiene.
Minuto 59 y la salida limpia desde el fondo fue crucial. De Eder Militao para Valverde y el uruguayo escaló por la derecha a toda velocidad. En posición de 7 bravo, el montevideano metió un buscapié rasante que tuvo final feliz: Trent Alexander-Arnold lo perdió en la marca a Vinicius Jr. y el carioca le metió bossa nova a su botín para empujar la bola al fondo de las mallas.
¿Lo merecia?. Claro que no. ¿Era justo? (¿acaso importa?). Los “Merengues” acertaron en la que tuvieron y golpearon a su rival donde más le dolió. Liverpool sintió el impacto pero no resignó su idea de base y fue a buscar de la misma manera que lo hizo desde el minuto inicial.
Y en su intento de evitar el nocaut, allí se encontró con la figura de Courtois. El belga fue una verdadera muralla y conjuró una y otra vez cada embate inglés. Le sacó una pelota imposible a Mohamed Salah, quien se las ingenió para bajar un bochazo largo y tras un regate en una baldosa calibró la mira para el disparo de derecha. Courtois se mandó una atajada que se gritó como gol propio, como para motivar a cualquier soldado.
El eco resonó en el costado derecho de la defensa, donde Carvajal fue otro de los punto altos para contener a un Luis Díaz que no brilló como lo venía haciendo (mérito exclusivo del defensor nacido en Leganés). Federico Valverde completó el podio con su despliegue y visión de juego, que le permitieron al Madrid enlazar la defensa con el ataque cuando más lo requería.
Real Madrid le tiró la historia encima a Liverpool y se quedó con un nuevo título. Catorce en el palmarés, el doble que Milán – su principal perseguidor – y 8 más que sus vencidos ingleses. Un equipo que parecía apagado de octavos en adelante y que siempre caminaba por la cornisa. Pero tuvo su gran noche en la “Ciudad Luz” y enseguida acalló las críticas de algunos miserables. Mostró fiereza y sacó a relucir su instinto copero, tan salvaje como inexplicable. El excelso Víctor Hugo dijo alguna vez: -“París siempre enseña los dientes; cuando no ruge, ríe“. Y la sonrisa del multicampeón quedó impresa en los libros de ayer, hoy y mañana.
Por Emiliano Schiavi / @ejschiavi
Síntesis:
Liverpool (0): Alisson; Alexander-Arnold, Kontaé, van Dijk y Robertson; Henderson (Keita), Fabinho y Thiago (Firmino); Luis Díaz (Diogo Jota), Sané y Salah. DT: Jürgen Klopp.
Real Madrid (1): Courtois; Carvajal, Eder Militao, Alaba y Mendy; Modric (Dani Ceballos), Casemiro, Kroos y Valverde (Camavinga); Vinicius Jr. (Rodrygo) y Benzema. DT: Carlo Ancelotti.
Gol: Vinicius Jr. (59´) (REA)
Árbitro: Clement Turpin (Francia)
(Foto Principal: @ChampionsLeague)
