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Los Leones de Teranga rugieron en su única participación

Senegal vuelve dieciséis años más tarde a una cita mundialista que lo tuvo presente por única vez en ese Corea-Japón 2002, donde sorprendió a todos sacando a Francia y Uruguay en fase de grupos para terminar llegando a cuartos de final. Reviví la historia de la Cenicienta africana que hizo mucho ruido cuatro mundiales atrás.
Senegal es una selección particular, una que con tan sólo participar una vez en mundiales logró dejar su huella, en la edición de Corea-Japón 2002. Detrás de cada sorpresa para los ojos de todos siempre hay detrás un interesante trabajo previo, y esto fue lo que ocurrió con una generación de futbolistas senegaleses que obtuvieron roce en la Copa África de Mali 2002, previa al Mundial. Los Leones de Teranga alcanzaron la final de esa competencia, y aunque sucumbieron por penales ante Camerún -que retuvo su corona- luego de igualar 0-0, esa actuación sentó un precedente para luego llevar a cabo un logro inédito y festejado fervorosamente por todos los habitantes de un suelo que siempre había visto de afuera como otros países del Continente Negro competían de igual a igual con potencias e incluso lograban dar batacazos, con el oro de Nigeria en Atlanta 1996 como mayor ejemplo de ello. Al Mundial fue la totalidad del plantel senegalés finalista en Mali, más el tercer arquero Kalidou Cissokho, demostrando lo asentado que estaba ese grupo y la confianza que el entrenador Bruno Metsu les tenía. Ahora les había tocado el turno a ellos de hacer historia.
El camino mundialista había comenzado con dificultades desde el vamos: Senegal salió sorteada en el Grupo A junto a la vigente campeona Francia, a la siempre difícil Uruguay y a una Dinamarca que llegó a ese Corea-Japón en buena forma. Todo indicaba que la primera participación senegalesa en la máxima cita futbolística iba a ser bastante corta, no obstante los Leones de Teranga desandaron un camino basado en su fortaleza física, su solidaridad colectiva y la inspiración ofensiva, sobre todo a la hora de contragolpear, de sus hombres de arriba. Con estos argumentos lograron llegar hasta cuartos de final e igualar la mejor actuación de un elenco africano en mundiales, logro que todavía ostentan en sociedad con Camerún -en Italia 1990- y Ghana -en Sudáfrica 2010-. Una actuación sobria de Tony Sylva, elegido por el entrenador por sobre el más experimentado Omar Diallo para ocupar los tres palos, una buena defensa constituida por Omar Daf, Ferdinand Coly, Lamine Diatta y Malick Diop -luego casi todos terminaron en ligas de primer orden europeo-, un mediocampo con músculo y dinámica encabezado por Papa Bouba Diop, una de las grandes figuras de los senegaleses en la cita, más el liderazgo del capitán Aliou Cissé, hoy entrenador de esta selección, el aporte de Salif Diao y el desequilibrio adelante de Khalilou Fadiga, Henri Camara y el joven El-Hadji Diouf fueron las principales armas de los conducidos por el francés Bruno Metsu. Un equipo ignoto en los papeles que pisó fuerte en suelo asiático y terminó enamorando a más de uno en el proceso.
El-Hadji Diouf tuvo un excelente Mundial, haciendo gala de su habilidad y desparpajo para transformarse en baluarte ofensivo. Semejante actuación le aseguró posteriormente una pila de años en la Premier League inglesa. (Foto: Goal.com)
Fase de grupos: el zarpazo de los Leones de Teranga
A la hora de revisar circunstancias, pocas han sido tan complicadas a la hora de un debut absoluto mundialista como las que afrontó de Senegal: partido inaugural de Corea-Japón ante los ojos de un repleto estadio en Seúl, la capital surcoreana, y nada menos que frente Francia, que pretendía iniciar con el pie derecho la defensa de la corona obtenida como local en 1998 de la mano de jugadores como Zinedine Zidane, uno de los candidatos a ganar el Balón de Oro ese año, Thierry Henry, Patrick Vieira, David Trezeguet, Emmanuel Petit, Claude Makélélé, Marcel Desailly y Lilian Thuram, entre otros. Nada de esto intimidó al cuadro africano, que aprovechó el nerviosismo habitual de un primer partido mundialista de una selección francesa con la presión de ganar para hacer su juego y, a la media hora de juego, dar un único y definitivo golpe. El medicampo presionó y provocó una pérdida, El-Hadji Diouf recibió con espacios, se sacó de encima a Frank Lebeouf y le sirvió el gol a Papa Bouba Diop, quien dio una muestra de sus condiciones de volante llegador estableciendo el 1-0 que fue a la postre definitivo. Debieron aguantar la embestida de los galos como también pudieron ampliar la ventaja en el complemento, aunque finalmente el duelo se cerró con esa victoria por la mínima. Los Leones de Teranga habían dado su primer zarpazo con un resonante triunfo con el que se ganaron los flashes y el estar en boca del mundo futbolero durante varios días.
El primer gol en la historia mundialista de Senegal fue uno bien pesado: un 1-0 histórico ante Francia que ni Bouba Diop ni ningún senegalés olvidará jamás. (Foto: Getty Images)
El camino continuó ante Dinamarca, en un partido que sorpresivamente tomó gran importancia en lo fue el destino del grupo. Los daneses, que se habían impuesto a Uruguay por 2-1 en el primer duelo, aventajaron al cuadro africano en la primera parte con un penal de Jon Dahl Tomasson, pero en el complemento un eléctrico ataque directo de Senegal finalizado por el volante Salif Diao decretó un empate que dejó a ambos seleccionados a las puertas del pase a octavos. Y llegó la hora de la verdad: un empate ante el aguerrido Uruguay, obligado a vencerlos para pasar, bastaría para hacer historia. Lejos de especular, el cuadro africano jugó un gran primer tiempo en el que aprovechó sus virtudes y explotó algunos errores charrúas para irse 3-0 arriba al descanso. Un penal de Khalilou Fadiga y un doblete del ingobernable Papa Bouba Diop le estaban entregando por entonces la llave a una nueva fase del torneo y el primer lugar de la zona, pero en el complemento la historia dio un fuerte giro que terminó con los africanos sufriendo hasta el final. Y es que a un seleccionado uruguayo no hay que darlo nunca por vencido, experiencia que Senegal atravesó en carne propia: un rápido gol de Richard Morales y otro descuento de Diego Forlán pusieron el duelo 2-3, los africanos se descontrolaron y lo que iba a ser una goleada impactante terminó por ser un suplicio. A dos minutos del final, Álvaro Recoba decretó el 3-3 desde el punto de penal y Uruguay buscó tirarle la historia encima a los Leones de Teranga, que terminaron esquivando una bala peligrosísima en tiempo de descuento cuando Morales falló insólitamente de cabeza un balón que le quedó servido para dar vuelta de forma épica el encuentro. Pero nada de eso ocurrió y fue Senegal la que logró hacerse paso terminando en segundo lugar del grupo, dejando a los charrúas y a los franceses en el camino. El siguiente rival fue Suecia, otra selección que alcanzó los octavos al cargarse a un coloso como Argentina.
La memorable victoria ante Suecia y el fin de la aventura en cuartos
El duelo de octavos entre suecos y senegaleses no decía demasiado en un principio, pero la realidad es que terminó siendo uno de los mejores de aquella instancia. Tras un buen arranque, los escandinavos se pusieron arriba por intermedio de Henrik Larsson, por entonces su jugador insignia, que anticipó una mala salida de Tony Sylva para poner el 1-0. Sin embargo, Senegal no se achicó para nada y reaccionó sometiendo a los europeos durante lo que quedó de esa primera mitad. Un tanto anulado a Papa Bouba Diop no frenó el ímpetu de los africanos, que llegaron al empate a través de una gran jugada de Henri Camara, quien se sacó un rival de encima y acomodó la pelota contra uno de los palos. En la segunda mitad el nerviosismo empezó a apoderarse del cuadro africano, y en el intento por ganarlo quedaron algunos espacios atrás que Suecia estuvo cerca de aprovechar, pero Sylva se redimió y logró que el encuentro, al menos, fuera a tiempo suplementario. Aquella Copa del Mundo fue la única en la que se aplicó el sistema de ‘gol de oro’, en el que finalizaba automáticamente el duelo cuando alguno de los equipos rompía la igualdad. Tras zafar increíblemente de la eliminación cuando un disparo a quemarropa de Anders Svensson diera de lleno en el poste, Senegal aprovechó su chance justo antes de que finalizara el primer tiempo del alargue. Camara, en lo que probablemente haya sido el partido de su vida, recibió un pase de taco de Diop, se internó en el área y venció al golero sueco mediante un disparo algo defectuoso para desatar la alegría incontenible de una selección que demostró que lo de la fase de grupos no había sido casualidad. La historia había sido escrita al alcanzar el logro de Camerún en Italia ’90, pero hambre de gloria estaba intacta, y la oportunidad de las semifinales si se le ganaba a Turquía -otra selección que jamás había llegado tan lejos- era más que plausible.
El festejo loco de los muchachos senegaleses, que al superar a Suecia escribieron una gloriosa página, la más, en su historia, y una inolvidable en la existencia del fútbol africano. (Foto: BBC)

La ciudad japonesa de Osaka recibió con brazos abiertos una horda de hinchas esperanzados con seguir haciendo historia. El duelo tuvo poco de vistoso, con mucho nerviosismo, pero en el mismo ambos pudieron habérselo llevado antes de tener que ir a tiempo suplementario. A Camara le invalidaron correctamente un gol en el entretiempo, en tanto que Omar Daf salvó sobre la línea de gol una chance clarísima de los turcos. La contienda culminó 0-0 en los 90 minutos y hubo que recurrir nuevamente al tiempo extra, en donde esta vez el ‘gol de oro’ le iba a arrancar la ilusión a los senegaleses. A los cinco minutos del primer período, Ümit Davala no dio por perdida una pelota y sacó un centro muy bueno en dirección de Ilhan Mansiz, quien anticipó a todos y le cruzó el balón a Sylva, dejándolo sin chances y acabando con las posibilidades de Senegal de seguir haciendo historia. En el duelo de ‘novatos’ fueron los turcos los que alcanzaron por primera vez en su historia la chance de jugar los siete partidos del Mundial. Pese a la eliminación, nadie tenía nada para reprocharse y así lo reflejaron las declaraciones post encuentro de Bruno Metsu: “Si, perdimos, pero las equivocaciones que pudimos haber cometido estuvieron relacionadas con errores de juventud arrastrados por nuestro entusiasmo. Puedo decir a pesar de todo que estoy muy orgulloso de lo que hicimos”, dijo el entrenador francés, que falleció en 2013 a los 59 años y fue recordado en un funeral gigantesco por la gente de Senegal.

Bruno Metsu y sus chicos, tras la eliminación frente a Turquía. La frustración de aquel momento se transformó más tarde en orgullo por formar una selección que quedó en la historia. (Foto: Getty Images)

Aunque no hubo ningún título que inmortalizara ese buen trabajo de 2002, ese año ha quedado grabado en la mente de cada uno de los habitantes senegaleses, que esperan con ansias ver cuál será la suerte de su equipo en esta nueva presencia mundialista. Aliou Cissé, entrenador de los Leones de Teranga, vivió aquella gesta bien desde adentro y, tras lograr devolver a Senegal a un Mundial, su objetivo será intentar llegar lo más lejos posible. Rusia 2018 será la segunda participación de Senegal en un Mundial, y si bien la vez anterior dejaron la vara bastante alta, esta simpática selección africana dejó claro que ya sabe lo que es sorprender, e intentará hacer otra demostración de ello conducida desde el banco por el capitán de aquella histórica selección.

 

Foto destacada: ESPN

Juan Saber

Mi nombre es Juan Sáber, tengo 22 años y estoy por recibirme de Licenciado en Ciencias de la Comunicación en UADE. No conocía RDF antes, llegué porque me acercaron la propuesta y sentí que era un proyecto viable y en el que podía aportar. Me tocará cubrir Arsenal, club en el que ya estoy trabajando para otro medio y que aprendí a conocer bien (más allá de ser hincha). Es un club muy especial, por diversos motivos, y siento que la posición que logré en mi otro trabajo me da las condiciones como para poder acercar buena información sobre el mismo.

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