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“El bailarín de papel”

Probablemente haya sido el más grande futbolista austríaco de todos los tiempos. Vivió en los años dorados del “Wunderteam” y murió en circunstancias que aún se desconocen… pero en franca oposición al nazismo. Austria y Alemania medirán fuerzas en Klagenfurt y es una buena excusa para recordar a un ser humano probo e íntegro.

Matthias Sindelar fue un delantero formidable que representó a Austria entre 1926 y 1937. Jugó 43 encuentros y señaló 26 goles y fue parte esencial del denominado Wunderteam. Este seleccionado – dirigido por el checo Hugo Meisl – se mantuvo invicto 14 partidos, en una racha que incluyó 2 goleadas sobre Alemania (5-0 y 6-0), Suiza (6-0) y Hungría (8-2). Inglaterra le puso fin a su ascendente marcha al vencerlo 4-3 en Stamford Brigde.

“De alguna manera tenía cerebro en las piernas”, escribió el crítico de teatro Alfred Polgar para describir a Sindelar. Su extraordinaria habilidad para filtrarse entre los defensores rivales lo hizo merecedor del apodo “Der Papierene” (“El Hombre de Papel”). Lo más justo sería recordarlo con su mejor apelativo: “El Mozart del Fútbol”.

Austria disputó la II Copa del Mundo (Italia 1934) con muchas expectativas. En octavos de final tuvo que batallar para imponerse 3-2 sobre Francia, en el primer partido de la historia de los Mundiales que tuvo tiempo extra (Sindelar convirtió el primer gol austriaco).

En cuartos de final se vio las caras con Hungría y ganó 2-1 en Bologna. Esperaba en semifinales el dueño de casa, una nación impulsada por Benito Mussolini bajo el lema “ganen o mueran”. El San Siro de Milán contó con un arbitraje demasiado parcial por parte del sueco Ivan Eklind y la victoria italiana por la mínima (cortesía de un argentino, Enrique Guaita), alivió a un grupo de jugadores que sabía que les iba la vida en esa contienda deportiva. El partido por el bronce no fue consuelo para Austria, que cayó 3-2 ante Alemania y ni siquiera pudo subirse al podio.

El Wunderteam volvió a mostrar sobradas pinceladas de su talento como equipo y 2 años más tarde se colgó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, ante la atenta mirada de Adolf Hitler. Sindelar no formó parte de ese equipo, que un año más tarde sufriría un golpe inesperado: la muerte de su entrenador Hugo Meisl (al menos no vio lo que iba a suceder un 12 de marzo de 1938).

El afán expansionista de Hitler comenzó con el país vecino. La Alemania Nazi anexó a Austria en lo que fue la primera acción armada del III Reich. Ahora era conocida como Ostmark (“Marca del Este”) y el fútbol también sería una importante propaganda para consolidar el régimen nazi en toda Europa.

Alemania decidió organizar el “Partido de la Reconciliación” ante Ostmark y para este duelo convocó a Matthias Sindelar. Sería el último encuentro de Austria como nación independiente y la orden de Hitler fue clara: los germanos tenían que ganar este partido.

Sindelar convirtió un gol y hasta se dice que lo festejó de manera burlona frente al palco donde estaban los generales de alto rango. Fue victoria 2-0 de Austria y muestra de rebeldía ante el naciente régimen opresor.

Pese a su desparpajo final, a Sindelar lo convocaron para que formase parte de la Selección de Alemania, pero el delantero siempre se negó: inventaba lesiones con tal de no comulgar con el nazismo.

Adolf Hitler lo quería sí o sí en su equipo, sin importar su origen judío: necesitaba de él para lograr la Copa del Mundo de 1938. Pero Sindelar jamás se apartó de sus ideales, pese a las sumas de dinero ofrecidas por el Führer… simplemente dijo “No”.

No hubo reconciliación posible en el partido que Sindelar se negó a perder (Foto: Juan Fútbol)

El campeón del mundo continúa con su preparación por la defensa del título obtenido en Brasil y visitará desde las 13 (hora argentina) a Austria en el Stadion Wörthersee, a orillas del homónimo lago.

Alemania tiene una amplia superioridad sobre su país vecino en el historial: entre partidos oficiales y amistosos, “Die Mannschaft” acumula 25 victorias contra apenas 8 halagos austríacos (6 empates).

En duelos por campeonatos del mundo, se enfrentaron en 4 ocasiones y el registro es a favor de los teutones por 3-1. Los 2 primeros juegos fueron para Alemania: en Italia 1934 hubo triunfo 3-2 en el partido por el bronce (Ernst Lehner por duplicado y Edmund Conen; Hansi Horvath y Karl Sesta para Austria) y goleada 6-1 en las semifinales de Suiza 1954 (cortesía de sendos dobletes de Fritz Walter y Ottmar Walter + los restantes tantos de Hans Schaffer y Max Morlock; Erich Probst el descuento austríaco).

El “Wunderteam” se vengó en Argentina 1978 al imponerse 3-2 en Córdoba por anotaciones de Berti Vogts en contra y la factura por duplicado que imprimió Hans Krankl (Karl-Heinz Rumeniegge y Bernd Holzenbein las dianas para los “Panzers”). La última batalla mundialista todavía está envuelta en un manto de sospecha: el 1-0 en favor de Alemania (gol de Horst Hrubesch) en el Estadio El Molinón de Gijón, por el Grupo 2 de España 1982, aún se recuerda por un supuesto amaño de un resultado que favorecía a ambos y dejaba afuera al debutante Argelia.

Austria no le gana a Alemania desde 1986, cuando goleó 4-1 en el Prater de Viena (hoy conocido como Ernst Happel Stadion). Dos penales que Toni Polster cambió por gol y un doblete de Reinhardt Kienast completaron el póker austríaco, mientras que Rudi Voeller descontó para los germanos.

El mausoleo donde descansa en paz Sindelar, con su fiel compañera de toda la vida: la pelota (Foto: Vienna Tourist Guide)

La mañana del 23 de enero de 1939, Matthias Sindelar fue hallado sin vida junto a su novia Camilla Castignola, en su departamento de Annagasse. Las causas del deceso apuntan a un calefactor defectuoso que emitió monóxido de carbono, lo que derivó en una asfixia. Sin embargo, nunca se aclaró si se trató de un accidente o si fue algo intencional.

El talento de este verdadero poeta del fútbol vino de la mano con su firmeza para mantener sus convicciones fuera del campo de juego. Un canto a la integridad, para un hombre incorruptible.

La poca evidencia sobre su muerte apunta a un suicidio impulsado por la lealtad a su tierra natal. El sentimiento refleja una encrucijada aún no resulta: ¿se puede jugar fútbol así, dándole la espalda a Viena? ¿Y se puede vivir, cuando una vida sin fútbol no es nada?

Unas 55 mil personas asistieron a su funeral, pese a la amenaza nazi. Flores blancas adornaron su tumba y cada 22 de enero toda Austria le rinde homenaje a sus restos en Zentralfriedhof.

Primero fue el fútbol como expresión de identidad, con un sentido de pertenencia inamovible para Sindelar. Pero lo que demostró fue un manifiesto político que salió desde adentro de su ser. “El Bailarín de Papel” se despidió de las canchas como quiso: burló al tirano y poderoso, cuando sacudió la red de la opresión con un gol que todavía se grita en nombre de la libertad.

(Foto: FourFourTwo)

Emiliano Schiavi

Soy Emiliano Schiavi y siempre me interese por el fútbol internacional. Sin cable ni internet me las arreglaba leyendo el "Guerin Sportivo" o cualquier revista extranjera que sólo se conseguía en pocos kioscos del Centro. También me acompañaba algún VHS sobre la historia de los mundiales y nunca me cansaba de verlos. Por eso le preste atención al fútbol de Europa, Africa, Asia y - si estaba aburrido - Oceanía. Descubrí un medio maravilloso como la radio y conocí buena gente (grandes amigos) que me acercaron al Rincón del Fútbol. La radio es una pasión, pero escribir es un deleite. Y todos los dias lo hago en este espacio, donde investigo y me gusta informar y entretener. Mi mayor expectativa para este nuevo proyecto es seguir aprendiendo. Porque a los 45 años también se aprende, créanme. Tengo total libertad para expresarme, leer y ser leído. Porque nadie desafina cuando uno escribe lo que se le canta. Digamos todo ...

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