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Liverpool vibra a través de la música y el fútbol

Muchas son las ciudades que tienen impregnado al fútbol en cada recoveco de ellas. Pero pocas son las que pueden darse el lujo de lucir una convivencia tan particular entre las pasiones que despiertan tanto la música como el deporte de la redonda. Liverpool es, sin lugar a dudas, el lugar por excelencia donde esto ocurre.

A casi 300 kilómetros de Londres, la capital de Inglaterra, Liverpool fue siempre una ciudad importante para el país debido a su imponente puerto, el cual vio -y aún ve- pasar gran parte del comercio del Reino Unido y del mundo.

Vista nocturna del puerto de Liverpool (Foto: www.myholidayguru.co.uk)

Sin embargo, a pesar de su gran importancia económica y de su crecimiento constante, la ciudad no contaba con una gran trascendencia por su falta de atractivo a nivel turístico. Hasta que a partir de la década de los 60, todo cambió debido a cuatro hombres. A cuatro genios. John, Paul, George y Ringo. The Beatles.

La icónica banda de pop revolucionó la nación entera con su música, y eso le dio vida a Liverpool como nunca antes. Gente de todo el mundo empezó a interesarse por la ciudad de los Fab Four, y ese interés se mantiene incluso hoy en día, a más de 50 años de su surgimiento. Sitios como el Cavern Club, donde fueron descubiertos cuando eran jóvenes; la calle Penny Lane, que dio nombre a uno de sus hits; o el Strawberry Field, orfanato cercano a la casa de la niñez de John Lennon y que también le dio denominación a una canción. Esos lugares, entre otros, pueden ser recorridos a través de diferentes tours cuyos títulos hacen alusión al grupo.

Cavern Club (Foto: Stuart Homer)

La magia que transmite la música Beatle puede sentirse en cada rincón de una urbe moderna y ordenada -fiel al estilo inglés-, pero que también conserva sus barrios tradicionales en las afueras (donde se encuentra la imponente catedral anglicana, por ejemplo), contrastando así con los llamativos edificios vidriados del centro.

Por supuesto que la noche no es ajena a tal sentimiento por la música, que de hecho se amplifica considerablemente cuando el sol se oculta. En Mathew Street, la calle del mítico Cavern, pueden encontrarse una gran cantidad de bares, pubs y restaurantes en los cuales el ritmo no falta. Entre ellos se destacan Rubber Soul y The Grapes, pub en el cual se juntaban los cuatro famosos músicos antes de realizar sus conciertos.

Catedral anglicana (Foto: Shutterstock)

Y justamente en este tipo de lugares es donde aparece la otra pasión de los liverpulianos: el fútbol. En cada calle y en cada bar del centro no faltan las banderas rojas y las azules, que representan a los dos grandes clubes que posee la ciudad: el Liverpool y el Everton, respectivamente.

El equipo colorado es uno de los más ganadores de Inglaterra. A pesar de que no se corona campeón de liga desde 1990 -de hecho, nunca la ganó desde que cambió su denominación a Premier League-, está a sólo dos títulos del Manchester United, que es el máximo ganador. A eso, además, hay que sumarle 7 Copas FA, 15 Community Shields y 8 Copas de la Liga, todas ellas correspondientes al ámbito local. Por otro lado, a nivel internacional, el éxito no deja de ser rotundo: 5 Ligas de Campeones, 3 Copas de la UEFA y 3 Supercopas. Impresionante palmarés.

Anfield, hogar del Liverpool Football Club (Foto: www.liverpoolfc.com)

En la vereda de enfrente, en cambio, la mano viene distinta. El Everton, club más modesto, cosechó a lo largo de su historia 9 títulos de liga (lo cual lo posiciona en el cuarto lugar de la tabla histórica, por detrás del United, el Liverpool y el Arsenal), 5 Copas FA, 9 Community Shields y una Recopa de Europa, siendo este último el único título internacional obtenido.

Sin embargo, a pesar de sus diferencias los Reds y los Blues tienen algo muy importante en común: Anfield. El mítico estadio, hoy propiedad del Liverpool, fue muchos años atrás el escenario donde el Everton disputaba sus partidos de local. Los Toffees le alquilaban las instalaciones a su dueño, John Houlding, hasta que la renta se tornó demasiado elevada y decidieron irse para construir su propio estadio, Goodison Park. Este hecho produjo algo paradójico: ante la falta de un equipo que utilizara su campo de juego, Houlding decidió crear su propio club… que fue nada más y nada menos que el Liverpool. Las curiosas vueltas de la vida.

Goodison Park, estadio del Everton (Foto: Getty Images)

Si todo lo anterior aún no convence a la hora de incluir a Liverpool en un itinerario de viaje, vale la pena refrescar los conceptos. Música, cerveza, noche, color, fútbol, goles, pasión. Todo eso tiene esta vibrante ciudad del norte inglés, que parece no descansar. Por el contrario, no duerme y vive al ritmo de The Beatles y de los cánticos futboleros. A preparar las valijas que The Pool espera.

Imagen destacada: Colin Lane

Martín Bugliavaz

Periodista. Me gusta contar historias.
Llegué al Rincón con el objetivo de comunicar con responsabilidad y también para aportar una mirada diferente del fútbol, con la cultura como pilar fundamental.

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