El Verdolaga venció 3-1 a Patronato en Caballito y aseguró su permanencia en la Primera Nacional. Los entrerrianos, pese a la derrota, se metieron en el Reducido por el segundo ascenso.
Ferro Carril Oeste despidió la temporada con una mezcla de desahogo y esperanza. En la última fecha de la Primera Nacional, el conjunto de Caballito venció 3-1 a Patronato en el estadio Arquitecto Ricardo Etcheverry y logró mantenerse en la categoría después de un torneo que lo tuvo al borde del abismo. Los goles del Verdolaga fueron convertidos por García, Olguín y Esidín, mientras que Asís descontó para el elenco paranaense.
El inicio fue todo de Ferro. Con decisión y empuje, los de Caballito se adueñaron de la pelota y abrieron el marcador rápidamente: a los 9 minutos, García aprovechó una gran asistencia de Cuzzani y definió cruzado para el 1-0 que encendió la ilusión en las tribunas. A partir de allí, el local controló el ritmo del juego, sostenido por el orden de Meritello y la entrega de Campos en la mitad de la cancha. Patronato intentó reaccionar, pero careció de precisión en los metros finales. Así, el 1-0 parcial marcó el cierre del primer tiempo.
En el complemento, el equipo de Paraná salió decidido a buscar el empate y lo consiguió a los 16 minutos: Asís, tras una buena combinación con Barinaga, definió de zurda para el 1-1. Sin embargo, lejos de derrumbarse, Ferro mostró carácter y temple en un contexto de máxima presión. A los 23’, Esidín, que había ingresado minutos antes, aprovechó un rebote en el área para poner el 2-1 y devolverle la ventaja al Verdolaga.
El golpe fue duro para Patronato, que perdió claridad y empezó a dejar espacios. Ferro, en cambio, jugó con el envión anímico y liquidó el partido a los 33 minutos con un derechazo de Olguín, que selló el 3-1 definitivo. El Etcheverry fue una fiesta: los hinchas desahogaron meses de sufrimiento, conscientes de que este triunfo significaba la salvación tras una temporada irregular, con rachas negativas y un cierre que exigía ganar para no depender de nadie.
En números, Ferro dominó el encuentro: tuvo el 57% de la posesión, 11 remates al arco y 4 tiros de esquina, reflejando un desempeño sólido y decidido en el momento más importante del año. El árbitro Julio César Barraza condujo un partido sin expulsados y con apenas una amarilla, para Montiel, en el tramo final.
Con esta victoria, Ferro culminó el torneo en el puesto 11 de la Zona A, con 41 puntos, escapando por poco de la zona roja y asegurando su continuidad en la Primera Nacional. Por su parte, Patronato, pese al traspié, finalizó octavo con 48 unidades, accediendo al Reducido por el segundo ascenso gracias a su regular campaña.
En Caballito, el pitazo final fue mucho más que el cierre de un partido: fue el alivio de una hinchada que volvió a creer. El Verdolaga ganó, se salvó y cerró el año con la esperanza intacta de que este renacer sea el punto de partida para volver a mirar hacia arriba.
@FerroOficial
Lautaro E. Petroccello