23 largos años tuvieron que pasar para que la selección Colombia volviera nuevamente a una final de la copa América, Colombia llegaba con un invicto de 28 compromisos sin conocer la derrota y con las ilusiones de todo un país. El camino a la final no fue fácil, pero el fútbol mezclado con el amor por la camiseta, la sed de revancha y el hambre de gloria volvieron al equipo de Néstor Lorenzo uno de los favoritos al título.
Colombia empezó su camino en el grupo D, donde terminó primero con dos partidos ganados (Paraguay y Costa Rica) y uno empatado (Brasil) en cada compromiso se vio como fue creciendo la selección y adaptándose al juego que iba desarrollando el rival. En cuartos fue contundente ante Panamá y lo goleó 5-0 y en semifinales en un partido fuerte derrotó por la mínima diferencia a Uruguay y se dio paso a la gran final, lo esperado, lo soñado y ante un grande como Argentina.
Dicen que el futbol es ”solo un deporte de 22 hombres corriendo tras un balón”, pero para las personas que aman y sienten este deporte, no es solo eso, en un país tan sufrido como el nuestro, donde cada día las noticias malas, logran sobrepasar las buenas y las esperanzas a veces parecen diluirse, el futbol es un escape a la realidad, es ese momento donde la familia se reúne a compartir, donde por unos minutos las preocupaciones del día a día se olvidan, donde aprendemos a soñar en grande, ser los mejores de América, y donde las historias de superación de cada jugador representan al pueblo. acá las enemistades por los equipos locales se entrelazan en el amarillo, azul y rojo y así estaba toda Colombia para la gran final como una sola familia de más de 50 millones de colombianos, unos queriendo volver a sentir la alegría indescriptible de volver a ver la selección levantar la copa América como en el 2001, pero esta vez en manos de un capitán amado por muchos, criticado por otros, pero que cuando se pone la piel de su país nadie puede dudar de su magia, amor y entrega, acompañado de uno de los mejores laterales de la copa un jugador que primero vivió el fútbol como hincha de esos que exige que dejen hasta la ultima gota de sudor por la camiseta talvez por eso su forma de jugar, de un portero que espero pacientemente su oportunidad, estuvo mas de 40 partidos como suplente, pero que en esta copa termino siendo figura, de un Rios que juega la futbol con la misma picardía que sus tiempos en el futbol sala, de un Diaz que aplica velocidad y gambeta y así podemos pasar por cada jugador y ver que esta selección, tiene esa mezcla entre la experiencia y juventud y que empezando un nuevo episodio con un futuro prometedor, ojalá de mas alegrías que tristezas, la ilusión era levantar la copa, pero no se dio y aunque en este momentos no hay en parte palabras para calmar el dolor, el sin sabor de tener un titulo tan cerca y perderlo, pero esta era Néstor Lorenzo esta cambiando algo, algo muy importante y que mas que el futbol, que Colombia lleva años teniéndolo, pues no olvidemos esa selección del 2014 que nos hizo soñar, esta era sigue trabajando en la mentalidad, algo que siempre nos jugo en contra, el respetar mucho el rival y no creer que teníamos para jugarle de tu a tu a cualquiera. la historia dirá que Argentina ganó, que Colombia fue subcampeona, pero si de algo estamos seguros es que se empezaran a construir otros sueños, con una base buena de jugadores, donde se debe valorar llegar a finales, pero donde logremos levantar títulos porque se tiene con que, lo mejor de la copa América no solo fue el subcampeonato sino recuperar a James, quien terminó siendo el mejor jugador de la copa con 6 asistencias y un gol, descubrir nuevos jugadores, ir ganando confianza y mentalidad y saber que se tiene con que empezar a escribir nuestra propia historia.
Informe: Kathe Gómez (corresponsal en Colombia)