Como todos los clubes del fútbol argentino, Banfield está dentro de la crisis económica y eso pone de malhumor a muchos. El plantel no cobra en tiempo y forma y ya no bastan las promesas de dirigentes con buena voluntad. Las vacaciones y el descanso no son suficiente para sobrellevar el malestar. A eso se suma la presión que ejercen los líderes y las convocatorias de otros equipos a los jugadores destacados del último semestre. Lo cierto es que el grupo y el club no pueden darse el lujo de perder ninguna pieza porque, si bien costó mucho, ya se estaba armonizando el equipo y dando los resultados esperados.
Ayer por la tarde, una vez más, el capitán volvió a amagar con el hecho de no volver a ponerse los colores del Taladro. Walter Erviti, si bien confirmó que seguirá jugando al fútbol, reveló no saber en dónde jugará el año próximo. ¿Será acaso ésta una manera de presionar para que se cumplan con los pagos prometidos? Siempre peculiar para apretar y obtener lo que busca.
En cuanto a las propuestas que dicen llegar por algunos jugadores, no hay nada formal y la realidad es fundamentalmente económica, si hay plata de por medio se vende. Llámese Matheu, Silva o Soto. Por ahora hay que esperar que avancen los días y que comiencen con la pretemporada, si es que empieza el 4 de enero como estaba previsto.
Foto: La Voz
