Temperley necesitado de puntos recibió a Huracán que tiene como meta alcanzar un cupo para la próxima Copa Libertadores y, con el triunfo de ayer, está cada vez más cerca.
La realidad de ambos clubes hizo que los jugadores de Temperley y Huracán salieran a jugar con todo este partido, que tuvo constantes emociones y un penal polémico, que pudo haber cambiado el resultado del encuentro.
El encuentro comenzó con un Globo muy agresivo, que tenía la intención de no dejar reaccionar a su rival y poco a poco se fue acercando al arco de Ayala. Luego de tanto insistir la apertura del marcador llegó a los 17′ gracias a Adrián Arregui, el volante del Gasolero rechazó hacia su arco de una manera poco ortodoxa y dejó mano a mano a Andrés Chávez que, con mucha tranquilidad, superó al arquero local.
Luego de ponerse en ventaja, la visita empezó a sufrir los ataques de Temperley, pero por fortuna de ellos apareció la figura del partido, Marcos Díaz, que en cada ataque del local respondió con mucha eficacia y evitó el empate en más de una oportunidad.
El Gasolero tuvo tres ocasiones muy claras de gol, primero fue Giordana que con un cabezazo bajo exigió a Díaz, luego Ozuna remató desde lejos y otra vez el arquero respondió muy bien. Ya en el final del encuentro Temperley tuvo otra oportunidad de empatar pero no lo logró gracias a Marcos Díaz, quien logró dejar su valla en cero al finalizar la primera parte del partido.
Durante el transcurso de este período surgió la polémica por un dudoso penal que Marcos Díaz “no” cometió en un mano a mano que tuvo con Brandán, cuando el volante encaró al arquero quiso aprovechar la salida acelerada de éste y al momento de eludirlo se ve en la repetición como el que tira el pie para que exista el contacto es el jugador de Temperley y trató de confundir a Delfino, que supo ver bien la acción.
La segunda parte arrancó igual que como terminó la primera, el local arremetió constantemente el arco de Huracán que por suerte esa tarde contaba con un seguro Marcos Díaz y no lograba llegar al merecido empate. Pero como dice un refrán futbolero, “los goles que no se convierten en un arco se hacen en el otro”, así le sucedió con el Gasolero y luego de errar tantos goles sufrió uno en su propio arco. Mientras ellos atacaban, los jugadores de Huracán esperaban la oportunidad de atacar con contundencia, oportunidad que llego a los 57′ cuando en una arremetida veloz Pussetto superó en velocidad a dos jugadores de Temperley y cuando quedó frente a frente contra Ayala, simplemente la picó por encima del cuerpo del arquero, desatando la desazón de la hinchada local, que veía como se les escapaba el partido.
Este golpe no hizo que el Gasolero tratara de buscar el arco rival, siguió atacando y acrecentando la imagen de Marcos Díaz que siempre respondía con firmeza en cada ataque, pero de tanto insistir por fin llegó el gol de Temperley. El descuento llegó a los 33′ gracias a Franco Sosa, que recién había ingresado a la cancha para tratar de cambiarle la cara al partido, el volante avanzó solo por el centro del campo y cuando divisó un espacio remató por lo bajo, aprovechando que el arquero visitante se encontraba retrocediendo y lo dejó sin chances de reacción ante el remate.
Este resultado dejó un panorama muy claro para uno y otro muy complicado para otro. Huracán todavía se encuentra en la lucha por el ingreso a la Libertadores 2019 y siguiendo el camino que viene recorriendo tiene muchas chances de conseguirlo. El camino de Temperley ahora es mucho más complicado, las constante derrotas y los pocas fechas que quedan para la finalización del torneo hacen que cada vez sea más difícil poder salir de la zona de descenso.
Resumen del Partido:
Temperley (1): Ayala; Scifo, Boggino, Riveros y Pinto; Martelli, Arregui, Di Lorenzo y Ozuna; Brandán y Giordana.
Huracán (2): Díaz; Chimino, Matheu, Nervo y Araujo; Bogado, Damonte, Callelo y Solís; Pussetto y Chávez.
Goles: 17′ Chávez (H) – 57′ Pussetto (H) – 80′ Sosa (T).
Amonestados: Scifo – Riveros – Arregui (T) – Mathue – Araujo – Chávez (H).
Árbitro: Germán Delfino.
Estadio: Alfredo Beranger (Temperley).
Foto: Clarín
